El alumbrado público chivilcoyano, en sus orígenes.

El alumbrado público chivilcoyano, en sus orígenes.

febrero 21, 2018 0 Por archivol
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Operarios de la Compañía de Electricidad de Chivilcoy, la «Usina del Pueblo», trabajando en las avenidas principales de nuestra ciudad: Sarmiento, Ceballos, Soarez y Villarino, y en la plaza principal, 25 de Mayo, hacia el año 1933. Dicha compañía, hubo de prestar sus servicios, entre 1929 y 1949.

La página evocativa de la fecha, la destinaremos a la interesante rememoración, de los lejanos orígenes del alumbrado público, aquí, en Chivilcoy, cuando nuestro pueblo, del oeste geográfico de la provincia de Buenos Aires, nacido aquel histórico 22 de octubre de 1854, había transitado, apenas unos pocos años, desde su promisoria fecha fundacional. El siempre recordado investigador, del pasado lugareño, dirigente político y deportivo y, patriarcal y caracterizada figura lugareña, Don Vicente José Abriola (1907 – 2003), en uno de los capítulos de su libro “Trozos de historias chivilcoyanas”, editado en el mes de octubre de 1997, refiriéndose a dicho tema, señalaba que: “El primitivo alumbrado, con que se intentó romper la cerrada obscuridad, de las calles de nuestra ciudad, fue instalado, hacia el año 1864, y consistió en faroles a kerosene, que se adosaban a las paredes esquineras de las calles más centrales; quedando aún restos, de esas instalaciones, en algunas viejas casas. Cuando comenzaba a anochecer, el farolero de turno, provisto de un recipiente con kerosene, de un palo largo o de una cana, y de una escalera, recorría las calles, llenando los depósitos de los faroles, y encendiendo la mecha de los mismos. Se producía, entonces, una tenue llama, que si bien, no alumbraba, mayormente, servía de orientación, al transeúnte nocturno, de 1870”. Tiempo después, en el año 1888, bajo la gestión municipal de Don Carlos Ceballos, hubo de llevarse a cabo, una licitación, a los efectos de dotar a Chivilcoy, del servicio de alumbrado a gas. Dicha licitación, le fue adjudicada, a una empresa de Buenos Aires, la cual, procedió a levantar una “Usina”, en cercanías del actual edificio de la Escuela Normal “Domingo Faustino Sarmiento” y la plaza España, sobre la avenida Dr. José León Suárez. Años más tarde, en 1897, durante la administración comunal de Don Manuel Esteban del Castillo, siendo presidente del Honorable Concejo Deliberante, Don Vicente Domingo Loveira, se realizó la correspondiente instalación, del primer alumbrado eléctrico, en los ámbitos de la plaza principal 25 de Mayo; una labor, confiada al técnico electricista, Don Alejandro Mercante, oriundo de la vecina ciudad de Mercedes. El mismo electricista, con posterioridad, a unos pocos meses, de este singular y verdadero acontecimiento, procedió a efectuar una instalación, de corriente eléctrica, en la antigua farmacia “La Botica de la Salud”, del químico farmacéutico, Don Guillermo Sánchez, ubicada en la intersección de las calles, 9 de Julio e Hipólito Yrigoyen. Allí, en ese edificio, junto al citado establecimiento de farmacia, había en pleno funcionamiento, dos fábricas: una de hielo, y otra, de aguas gaseosas. Casi una década después, en 1906, en tiempos de los comisionados municipales, Don Manuel Esteban del Castillo y Don Mariano Castellanos, se habilitó el servicio del alumbrado público eléctrico, en diferentes calles de Chivilcoy. La inauguración oficial, se realizó, el 25 de Mayo, de aquel año. Posteriormente, hubo de funcionar, en Chivilcoy, el servicio de la “Compañía de Electricidad del Sud Argentino S. A.”, que tenía su sede administrativa, en la calle Gobernador Arias (En la actualidad, Hipólito Yrigoyen) Nro. 25, con las líneas telefónicas: 618 y 154. Por otra parte, el 22 de octubre de 1927, en el transcurso de una asamblea vecinal, realizada en el local de la Aseguradora del Oeste, se hubo de crear y constituir, la Compañía de Electricidad, de Chivilcoy, denominada, de una manera usual y cotidiana, como la “Usina del Pueblo”. Dicha Compañía, comenzó a prestar sus servicios de alumbrado público, el 1 de marzo de 1929, y tras dos décadas, de una intensa e infatigable actividad, con un espíritu, fundamentalmente localista, defendiendo los intereses económicos y los derechos, de nuestra comunidad chivilcoyana; se disolvió, en el mes de julio de 1949. Don Vicente José Abriola, en otro fragmento, de su crónica evocativa del alumbrado público, subrayaba que: “Como dato histórico curioso, en la segunda década del siglo XX, aún había faroles, alimentados a kerosene, en las esquinas apartadas del centro de la ciudad, y se podía ver a los faroleros, que escalerilla en mano, acudían a llenarlos de combustible, y encenderlos, todas las noches”.

Volver a nuestra historia, por el procurador Carlos Armando Costanzo, fundador y director – organizador del Archivo Literario Municipal y el Salón del Periodismo Chivilcoyano.

Hoy, debemos volver a nuestra historia, rescatando el pasado, ya perdido, para luego, del modo más sentido, revivir otro tiempo azul de gloria. Hoy, debemos soñar la trayectoria, de esos hombres de ayer, que ya se han ido, y después, levantar desde el olvido, tantos hechos, que esconde la memoria… Hoy, debemos volver a los valores, el fervor de los padres fundadores, el más profundo origen ciudadano… Y con pasión, trabajo y persistencia, hallar al fin, la imagen y la esencia, de nuestro propio ser chivilcoyano.