Apertura industrial, de la antigua cervecería Rothenburger (1876).

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El clásico porrón, de la Cervecería "Rothenburger", fundada en 1876, y desaparecida en 1926, después de medio siglo, de una intensa y fecunda actividad productiva.

El clásico porrón, de la Cervecería «Rothenburger», fundada en 1876, y desaparecida en 1926, después de medio siglo, de una intensa y fecunda actividad productiva.

El 9 de octubre de 1876, se registró, en la faz industrial y mercantil, de nuestra ciudad, la feliz apertura de la fábrica de cerveza “Rothenburger Hnos.”, fundada por Carlos y David Rothenburger; un antiguo establecimiento, de vasta notoriedad y bien merecido prestigio comercial, que fue el primero y el único, existente, del amplio y prolongado historial de Chivilcoy. Los hermanos Rothenburger, auténticos y gloriosos pioneros o precursores de la industria cervecera, en los ámbitos de la República Argentina; al arribar a nuestro terruño chivilcoyano, ya contaban con sólidos conocimientos, de índole técnica, una apreciable pericia y, una singular experiencia, en dicha materia. Tenaces y laboriosos, casi de inmediato, procedieron a instalar la mencionada cervecería, construyendo un inmueble, con una superficie aproximada, de unos trescientos metros cuadrados; el cual, comprendía un cuarto de manzana, hallándose, precisamente, ubicado, entre las calles General Rodríguez, Colón y Vicente López. El citado establecimiento fabril, hubo de elaborar una cerveza, de excelente calidad, que deleitó, por unas cinco décadas, los paladares de muchos chivilcoyanos; alcanzando además, gracias a su especial sabor, sus cualidades y sus virtudes, de tan ponderada bebida, una considerable y clara nombradía, en diversos puntos geográficos y zonas del país. El mencionado producto, se colocaba en un envase o porrón, de arcilla cocida o terracota, de un color blanco amarillento, con su correspondiente denominación, que estaba inscripta en relieve, mediante letras azules. En algunas oportunidades, aquel curioso porrón de terracota, se empleaba para calentar los pies y los lechos, en tantas frías e inclementes noches de invierno.Además, de la óptima elaboración, de su inconfundible cerveza, el establecimiento fabril, hubo de brin dar al público, otros productos, como hielo, refrescos, algunas bebidas gaseosas, limonada y zarzaparrilla. En el año 1908, asumió la conducción de la fábrica, la señora Luisa P. de Rothenburger, y tiempo después, prosiguió la actividad, su hijo, Federico Rothenburger.La famosa cervecería “Rothenburger Hnos.”, conducida en su última etapa, por Don Federico Rothenburger –caracterizado hombre público, de una importante actuación, en diferentes instituciones y círculos sociales, culturales y deportivos, de nuestra ciudad -, culminó su fructífera trayectoria, hacia el año 1926, después de medio siglo, de un trabajo férreo, honrado y generoso, siempre al servicio de la vida fabril, y del progreso económico lugareño. Su nacimiento, en 1876 – significativo y memorable suceso histórico -, y su simpático y entrañable recuerdo, honrosamente, hubieron de incorporarse, a los anales del pasado, y al sentir, el genuino espíritu y, la verdadera identidad de Chivilcoy.

A la Cervecería Rothenburger, soneto de Carlos Armando Costanzo, fundador y director – organizador del Archivo Literario Municipal y el Salón del Periodismo Chivilcoyano, y miembro académico correspondiente, de la Academia de Folklore de la Provincia de Buenos Aires y la Academia Porteña del Lunfardo.

Quiero evocarte, gran cervecería, de sostenida y rica trayectoria, que en un rincón feliz de la memoria, con tu recuerdo vives, todavía… Fiel trabajo, constancia y energía, calidad relevante y meritoria; prestigio comercial y clara gloria, vasta experiencia y larga nombradía… Quiero evocarte, industria cervecera, con tu fábrica activa y vigorosa, tus porrones, tu entrega cotidiana… Y sintiéndote, auténtica y pionera, saber que fuiste, en forma laboriosa, orgullo y tradición chivilcoyana.