Bautismo de fuego, de los bomberos voluntarios de Chivilcoy (1945).

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img_1496El 8 de diciembre de 1945, hubo de registrarse, el heroico y memorable bautismo de fuego, del recién constituido cuerpo de bomberos voluntarios de Chivilcoy, al producirse un incendio, en los ámbitos religiosos, del templo mayor de Nuestra Señora del Rosario, durante el transcurso de una tradicional misa de primera comunión. Dicho siniestro, se inició, alrededor de la hora 6.30, en el depósito de la antigua sacristía de la iglesia, donde se encontraban ubicados, distintos cajones de velas de túmulos, que se utilizaban en las ceremonias de los funerales. Las llamas, se propagaron después, hacia el interior del templo, y ello originó un pánico, profundo y generalizado, en toda la numerosa feligresía, allí presente. A raíz del incendio, se destruyeron, por completo, las instalaciones de la antigua sacristía, y el altar de San Patricio, patrono de la comunidad irlandesa; ascendiendo, los perjuicios y daños, según una evaluación aproximada, a unos cuatro mil pesos, moneda nacional. Varias personas, hubieron de sufrir lesiones, de diversa consideración, y asimismo, como consecuencia del alboroto, la turbación y el tumulto de la gente, se extraviaron zapatos, carteras, rosarios, mantillas, crucifijos y misales. El cuerpo de intrépidos y abnegados servidores públicos locales, bajo la conducción de su jefe, Don Francisco Carmona, supo cumplir, una labor altamente eficiente y ejemplar; recibiendo el púbico reconocimiento, del titular de la parroquia San Pedro Apóstol, presbítero Dr. Luis Ramón Conti, y de toda nuestra comunidad chivilcoyana. Los bomberos voluntarios, nacieron en el seno del Centro Comercial e Industrial, a fines de 1944, y comienzos de 1945, bajo el expresivo y elocuente lema: «Sacrificio, Abnegación y Desinterés»; el 26 de agosto, de ese año, desfilaron, por vez primera, frente a la Escuela primaria Nro. 5 “Remedios Escalada de San Martín”, al llevarse a cabo el acto, de recordación del 95 aniversario de la muerte, del Libertador y Padre de la Patria, y la imposición del nombre, al citado establecimiento educacional, y finalmente, el 8 de diciembre de 1945, tuvieron su valiente y glorioso bautismo de fuego, al extinguir con gran éxito y eficacia, el incendio del templo Nuestra Señora del Rosario; un vibrante e inolvidable acontecimiento, ya incorporado a las mejores páginas, de la historia de Chivilcoy.