Cada 8 de diciembre, la Iglesia celebra, el Día de la Inmaculada Concepción de la Virgen María; una tradicional y popular festividad, ya conocida en Oriente, hacia el siglo VII, la cual, después, hubo de trasladarse a Occidente, durante el siglo VIII, y se conmemoró, de un modo particularmente solemne y jubiloso, en Irlanda. En la Edad Media, los monjes franciscanos, promovieron y defendieron la organización de esta fiesta, y en 1854, el Sumo Pontífice Pío IX – papa, entre 1846 y 1878 -, proclamó el dogma de la Inmaculada Concepción, declarando que: “María, por un privilegio único, fue preservada de la mancha original, desde el primer instante de su concepción”. Jornada de la blancura espiritual, la imagen de la Virgen María, simboliza la pureza, libre de todo pecado.
En nuestra ciudad, en las distintas parroquias, se ha conmemorado, con honda fe, y particular devoción, la festividad de la Inmaculada Concepción de la Virgen; oficiándose, asimismo, las clásicas misas de primera comunión, que dejaron, tan bellos e imborrables recuerdos, en el alma y el corazón, de nuestra niñez chivilcoyana. Perduran aún, aquellas primorosas estampas, de la “primera comunión”, tan estrechamente ligadas al amor familiar, la ilusión, la inocencia, la gracia espiritual y, los cautivantes sueños de nuestra infancia.
Décimas a la Virgen
Querida Virgen del Cielo, el amor y la belleza, y madre de la pureza, la fe, la paz y el consuelo. Te pedimos, con anhelo, tu cálida y fiel ternura, tu sonrisa que perdura, tu mano, que ampara y guía, y esa luz, que cada día, nos regala tu dulzura. Te pedimos, gran Señora, tu corazón generoso, tu encanto, tan primoroso, y tu imagen salvadora. Danos entonces, ahora, como un sol, en la pradera, tu presencia verdadera, y tu entrega maternal, que de una forma especial, nos cuide, la vida entera.
Carlos Armando Costanzo, fundador y director – organizador del Archivo Literario Municipal y el Salón del Periodismo Chivilcoyano, y miembro académico correspondiente, de la Academia de Folklore de la Provincia de Buenos Aires y la Academia Porteña del Lunfardo.
