Día Nacional del Lunfardo. Miembros chivilcoyanos, de la Academia.

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En el año 2000, hace ya, exactamente, dieciséis años transcurridos, por una feliz iniciativa, del entonces miembro de número, de la Academia Porteña del Lunfardo, el investigador, escritor y periodista, Marcelo Héctor Oliveri, se estableció el 5 de septiembre, como “Día del Lunfardo”; recordando aquel sábado 5 de septiembre de 1953, cuando finalizó la impresión del libro “Lunfardía”, del erudito y notable, investigador, estudioso, escritor y periodista, Don José Gobello (1919 – 2013), fundador, “alma mater” y, ex secretario y presidente de la Academia Porteña del Lunfardo. “Lunfardía”, constituyó una obra relevante y fundamental, para el mejor conocimiento, una adecuada definición y, la verdadera valoración, de esta típica y pintoresca jerga popular, que hubo de incorporarse, de una forma total e incuestionable, al idioma coloquial, la identidad y la genuina idiosincrasia, de todos los argentinos. El lunfardo, cuyos orígenes se remontan a la aparición, en el matutino “La Prensa”, de Buenos Aires, el 18 de junio de 1878, de un primer artículo, que contenía una serie de vocablos, directamente ligados al submundo del hampa y el delito; y luego, de otras dos notas, de las mismas características, publicadas en el diario porteño “La Nación”, el 18 de marzo y el 6 de abril de 1879, por el joven y distinguido periodista e investigador, Benigno Baldomero Lugones (1857 – 1884), reproduciendo también, palabras del lenguaje y los ambientes populares; desde el ángulo etimológico, proviene del término italiano “lombardo”, una voz dialectal, que significa “ladrón”. De allí que, en un comienzo, se asoció al lunfardo con la mala vida, el bajo fondo criminal y la delincuencia; pero tiempo más tarde, nuevos estudios, lo inclinaron hacia la inmigración y el nacimiento de nuevos términos y expresiones, a raíz de toda una mezcolanza o amalgama idiomática. Asimismo, diversas figuras y personalidades intelectuales, de las letras argentinas, hubieron de interesarse, con posterioridad, de un modo vivo y profundo, por este auténtico fenómeno lingüístico; efectuando esclarecedoras e ilustrativas investigaciones, y publicando diferentes trabajos, ensayos y monografías. El 21 de diciembre de 1962, se fundó la Academia Porteña del Lunfardo (de la cual, el autor de estas humildes líneas recordatorias, es miembro correspondiente, desde el 21 de diciembre de 2009), a los efectos de promover y fomentar el rescate, la vigencia y, la permanente difusión del patrimonio lunfardesco y de los distintos testimonios artísticos y creativos, de la cultura popular del país, bajo el muy elocuente y bello lema: “El pueblo agranda el idioma”. El lunfardo, considerado una jerga, caló, argot o germanía, conforma pues, un repertorio léxico o un vocabulario, integrado por términos o palabras, los cuales, ingresaron a nuestro país, a través de las corrientes inmigratorias; en especial, italianas, francesas, españolas y portuguesas, y después, se incorporaron al habla coloquial de los argentinos. Este vocabulario, chispeante, ingenioso y pintoresco, lleno de espontánea gracia, sabroso encanto y un particular colorido, se introdujo en el lenguaje cotidiano, y ha estado presente, en el tango y el teatro, la radiofonía, el cine, y muchas memorables páginas, de nuestra literatura argentina.

Chivilcoyanos, integrantes de la Academia Porteña del Lunfardo

Arturo Lagorio: Poeta, escritor y diplomático, nacido en nuestra ciudad, en 1892, y fallecido en Buenos Aires, en 1969. Fue miembro de número, de la Academia, desde el 26 de octubre de 1963, hasta su muerte, el 15 de agosto.

Gaspar José Astarita: Escritor, periodista e investigador de la historia local, nació en Chivilcoy, en 1928, y dejó de existir, en nuestra ciudad, en 2003. Fue miembro correspondiente de la Academia, desde el 12 de junio de 1991, hasta su fallecimiento, el 6 de junio.

Alfredo Antonio Astarita: Nacido en 1932, fue miembro “Honoris Causa” de la Academia, desde el 21 de diciembre de 2009, hasta su fallecimiento, en 2015.

Carlos Armando Costanzo: Poeta, investigador del pasado lugareño y procurador, nació en 1958. Fundador y director – organizador del Archivo Literario Municipal y del Salón del Periodismo Chivilcoyano, es miembro correspondiente de la Academia, desde el 21 de diciembre de 2009.

“Himno al lunfardo”

 Voz canyengue, de un aire orillero, labia rea, polenta parola, y chamuyo de ley, forte y piola, que en la yeca, te hacés el fachero. Jrga posta, sentir canfinflero, lengua, sangre y canción de vitrola, que a mi cuore, y también, mi sabiola, les batiste tu acento canchero. Expresión de arrabal, mishia y rante, y habla guapa del frate inmigrante, chorros, crostas, garabos y minas… Cada yorno, bien rana y sabroso, inundás mi bulín silencioso, con tu parla de riobas y esquinas. Hoy, che noble gomía, la gente, raspas, tauras y el gris sabalaje, te tributan, de un modo elocuente, un cafiolo y fetén homenaje. Es por eso, que en coro levantan, los acordes de un himno debute, y purretes y naifas, te cantan: Al gran Lunfa Argentino ¡Salute!