El Día de la Maestra Jardinera. La Escuela Formativa de Profesoras para Jardines de Infantes, que se creó en Chivilcoy, en 1948, y fue el antecedente histórico, del Instituto de Formación Docente.

El Día de la Maestra Jardinera. La Escuela Formativa de Profesoras para Jardines de Infantes, que se creó en Chivilcoy, en 1948, y fue el antecedente histórico, del Instituto de Formación Docente.

mayo 28, 2019 0 Por archivol
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El Jardín de Infantes Nº901 «Tambor de Tacuarí» -el primero, creado en Chivilcoy-, que se inauguró, el 19 de octubre de 1948, como un anexo, de la Escuela Formativa de Profesoras para Jardines de Infantes, el tercer establecimiento de esa índole, fundado en la provincia de Buenos Aires, gracias a las importantes gestiones, del Senador Provincial, Don Andrés Casanova, oriundo de nuestra ciudad. Fue el primer Senador justicialista, de Chivilcoy, y hoy merece, por su fecunda y plausible labor legislativa, nuestro mejor reconocimiento y homenaje.

El 28 de mayo, se conmemora el Día de la Maestra Jardinera, como especial reconocimiento y, un sincero y merecido homenaje, a la destacada figura, de la notable y prestigiosa docente y escritora argentina, Rosario Vera Peñaloza, quien había nacido en la localidad de Atiles (Provincia de La Rioja), el 25 de diciembre de 1873, y falleció en La Rioja, el 28 de mayo de 1950, a los 76 años de edad. Tenaz  y gloriosa fundadora y organizadora, del primer Jardín de Infantes, de nuestro país, fue sin dudas, una infatigable y gran propulsora, de la enseñanza preescolar; volcando en sus múltiples iniciativas, inquietudes y proyectos, un enorme caudal de nobles bríos, largo y pujante entusiasmo, singular empeño, constante voluntad realizadora y, una firme y admirable capacidad de acción. Con el educador, Carlos María Biedma, hubo de establecer, las bases fundacionales, de la Escuela Argentina Modelo, y creó además, el Museo Argentino, para la Escuela Primaria. Autora de diversos estudios, ensayos e investigaciones, sobre temas históricos y pedagógicos, de sus obras editadas, citaremos los volúmenes: “Didáctica froebeliana”, “Enseñanza práctica de la geometría” y “El paso de los Andes por las seis rutas”. Madre espiritual, de los Jardines de Infantes y de las maestras jardineras, Rosario Vera Peñaloza, se ha ganado un espacio de consideración, respeto y honrosa nombradía, en las mejores páginas y, el más sentido recuerdo, de nuestra instrucción pública nacional; una instrucción pública que, a través de muchos años, de un arduo y sostenido trabajo, se enalteció y enriqueció, con su auténtica vocación, por la docencia, y su fiel y extraordinaria labor educadora, sembrando el saber y la luz del conocimiento, en la mente y el corazón, de tantas generaciones argentinas.

El 30 de octubre de 1946, bajo la gestión, del gobernador bonaerense, coronel Domingo A. Mercante, la Legislatura de la provincia de Buenos Aires, hubo de sancionar la Ley Nro. 5096, que instauraba y establecía, la educación preescolar o inicial, en los ámbitos del territorio provincial. Dicha Ley, de significativa y apreciable trascendencia, para la época, surgió como un proyecto, del diputado, Dr. Jorge Alberto Simini, un caracterizado y distinguido escribano y abogado, de reconocida trayectoria notarial, quien había nacido en 1910, y falleció, a los 61 años de edad, en 1971.

Luego, en ese mismo 1946, se constituyó la correspondiente Rama de Educación Preescolar, y un año siguiente, en 1947, hubo de aprobarse el Reglamento General de los Jardines de Infantes, promoviéndose la creación, en la ciudad de Trenque Lauquen, de la primera Escuela Formativa para Profesoras de Jardines de Infantes. Con posterioridad, en 1948, se fundaron, otras dos establecimientos educacionales, de esa índole, en la localidad de Azul, y aquí, en nuestra ciudad.

En Chivilcoy, esta Escuela Formativa para Profesoras de Jardines de Infantes – la tercera, creada en la provincia de Buenos Aires, en 1948 -, se instaló y organizó, en nuestro medio, gracias al espíritu hacedor y ejecutivo y, la ponderable actividad emprendedora, del entonces senador provincial, el chivilcoyano, Don Andrés Casanova, quien durante su mandato legislativo, de una manera diligente y empeñosa, desarrolló una constante y ejemplar actividad, de valiosos logros, en favor del quehacer educativo, y dentro de las más diversas esferas, de la salud y el progreso urbano y edilicio, de nuestra ciudad, como las obras de ampliación y restauración, del Hospital Municipal, y el ansiado entubamiento, de la vieja cañada, a principios de la década de 1950. Una nota periodística, fechada el 4 de junio de 1948, señalaba que “La Escuela Formativa para Profesoras de Jardines de Infantes, constituía una gestión lograda por el senador Andrés Casanova”.

La citada Escuela Formativa para Profesoras de Jardines de Infantes, comenzó a funcionar en un aula, de la Escuela primaria Nro. 11 “Florentino Ameghino”, cuya directora era la docente, Haydée Bianchi de Alberto. Breve tiempo más tarde, se trasladó a una antigua casona, de la familia de Don Enrique Gilardi, ubicada sobre la calle Luis Alberto Mohr Nro. 66, donde en la actualidad, se encuentra situado el Jardín de Infantes Nro. 901 “Tambor de Tacuarí”. La mencionada finca, estuvo arrendada, en un principio, y después fue adquirida por el gobierno provincial y las autoridades educativas.

El 19 de octubre de 1948, en calidad de “anexo” de la Escuela Formativa, se creó e inauguró el citado Jardín de Infantes Nro. 901, que a través de más de setenta años, exhibe y acredita, un importante historial, en el camino de la enseñanza. La primera directora, de la Escuela Formativa, fue la docente, María Amalia Aronna, desempeñándose como Regente, María Elisa Figueroa, y en carácter de secretaria, Martha E. Tuffró. Ocuparon también, diferentes cargos directivos, las docentes, Elba Rioja, Argentina y Nélida Bottai, Noelia Otero y Lía Orío.

El plan de estudios, de la Escuela Formativa, comprendía materias de pedagogía y didáctica, psicología infantil, historia de la educación y la legislación escolar, higiene y puericultura, moral cristiana, literatura, pintura, música, canto y ritmo, trabajos manuales, educación física y prácticas educativas. Del cuerpo de profesores, de dicho establecimiento, mencionaremos a María Amalia Aronna, María Elisa Figueroa, Martha Tuffró, el Dr. Danilo Almirón, Ceferina Arrivillaga, Rosa C. de Carra, el profesor Francisco Antonio Menta, Ángela Schiaffino de Uslenghi, Susana Izaguirre, Noelia Otero, la profesora Leontina Poch Grondona, los Dres. Victorio A. Logioia y Antonio J. Somaruga, etc. La primera promoción de egresadas, en 1948, se hallaba integrada por cuarenta y cuatro alumnas, oriundas de Chivilcoy, y de ciudades vecinas o aledañas, como Alberti, Bragado, Mercedes, Luján,Chacabuco, Junín y Los Toldos. También, procedían de Salto, Nueve de Julio, Bolívar y General Pinto.

Hacia el año 1951, la Escuela Formativa para Profesoras de Jardines de Infantes, hubo de transformarse, en el Instituto de Pedagogía, que más adelante, en 1954, se convirtió en el actual Instituto de Formación Docente, de Chivilcoy.

Versos a la Maestra Jardinera, por el procurador Carlos Armando Costanzo, fundador y director – organizador del Archivo Literario Municipal y el Salón del Periodismo Chivilcoyano.

Fiel maestra jardinera, mi voz, te quiere cantar, celebrando, jubiloso, a tu labor ejemplar. Una labor cotidiana, de ternura y sencillez; hondo afecto verdadero, y maternal calidez. Una labor permanente, de amplia entrega y de bondad, comprensión y enorme dicha, gran servicio y hermandad. Una labor silenciosa, de afecto muy especial; de sueños y de ilusiones, y dulzura angelical. Yo le canto a tu docencia, tu clara dedicación, tu trabajo y tus esfuerzos, tu sonrisa y tu emoción. Yo le canto a tu figura, llena de gracia y amor, bajo un cielo de jardines, luz, colorido y candor. Yo le canto a tu presencia, y a tu alma, pura y sutil, que se brinda, generosa, a todo un mundo infantil. Yo le canto a tu paciencia, tu impulso realizador; tu palabra y tus caricias, tu fresco gozo interior… Fiel maestra jardinera, del fragante corazón, qué a lo largo de los años, Dios bendiga tu misión. Qué el Señor, siempre te guíe, en tu hermosa actividad: La de darte, cada día, con cariño y humildad. Porque tu firme tarea, que conocí, alguna vez…, es hoy, un bello recuerdo, de mi imborrable niñez.