El Día Internacional de la Mujer. Las mujeres chivilcoyana, y un libro del año 1914.

El Día Internacional de la Mujer. Las mujeres chivilcoyana, y un libro del año 1914.

marzo 8, 2018 0 Por archivol
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El libro de poemas «La Argentina que yo he visto», del autor español, Miguel Toledano, quien utilizaba el seudónimo literario de Manuel Gil de Oto. En dicho volúmen,publicado en 1914, se exalta la hermosura, el hechizo y el especial encanto, de las mujeres chivilcoyanas.

El 8 de marzo, se conmemora el Día Internacional de la Mujer, una cara y significativa fecha, del calendario universal, que se estableció en homenaje, a las ciento veintinueve operarias, de la fábrica textil Cotton, de Nueva York (Estados Unidos de América), quienes, en la mañana del 8 de marzo de 1908, como auténticas y gloriosas mártires, de la causa obrera y las reivindicaciones sociales y laborales, perecieron quemadas, por defender sus sagrados derechos de trabajadoras. En medio de la conflictiva situación, de una huelga, los propietarios de dicho establecimiento fabril, procedieron a encerrar, a las citadas operarias, en el interior del edificio, y al declararse después, un voraz y pavoroso incendio, todas murieron, de una manera trágica y despiadada, presas de las terribles llamas del siniestro. Pocos años más tarde, el 27 de agosto de 1910, la Segunda Conferencia de Mujeres Socialistas, reunida en Copenhague (Dinamarca), hubo de consagrar el 8 de marzo, como Día Internacional de la Mujer. Con posterioridad, esa importante fecha, que comenzó a recordarse, universalmente, fue reconocida, desde el año 1945, por la Asamblea General de las Naciones Unidas. El 8 de marzo, constituye pues, en la extensa y rica historia de la humanidad, un verdadero y glorioso símbolo, que evoca las difíciles e intensas luchas del movimiento feminista, en favor de mejores condiciones de trabajo, el sufragio femenino, la adecuada y bien merecida valoración profesional de la mujer, y la tan ansiada y entrañable justicia social.

El Día Internacional de la Mujer, nos invita a rememorar, un curioso y llamativo dato histórico, ciertamente desconocido, por la mayor parte de los chivilcoyanos, digno del rescate y el recuerdo; el cual, ahora, ofrecemos a ustedes, gracias a la ilustrativa y muy estimable información, obtenida de un artículo periodístico, publicado el jueves 25 de junio de 1981, que pertenece al polifacético y caracterizado músico, escritor, conferenciante y docente, profesor Domingo Mundo (1912 – 1998), y que se titula: “De cómo la mujer chivilcoyana, salvó el prestigio del país”. Hacia el año 1914, se editó en Barcelona, el libro de versos “La Argentina que yo he visto”, del poeta y periodista español, Miguel Toledano, quien hubo de firmar, el mencionado volumen, utilizando el seudónimo literario de Manuel Gil de Oto. El autor, reunió un conjunto de composiciones poéticas, en las cuales, reflejó y tradujo sus distintas vivencias, después de un viaje a la Argentina; efectuando una serie de consideraciones críticas, bastante desfavorables, respecto del país. Entre aquellos textos, de Manuel Gil de Oto (Miguel Toledano), podemos encontrar un poema, titulado “Tres días en Chivilcoy”, en el que comenta su particular experiencia, al visitar nuestra ciudad, en el mes de diciembre de 1905. Allí, exalta, de un modo apasionado y fervoroso, la hermosura, el hechizo, la gracia y el encanto de las mujeres chivilcoyanas, bellas, fragantes y deliciosas flores, del jardín argentino, por sus virtudes, prendas y atributos personales. Y como bien lo puntualizaba, el profesor Domingo Mundo, las mujeres de Chivilcoy, hubieron de salvar, auténtica y honrosamente, el buen nombre, el honor y el prestigio del país, en ese extraño e ignorado libro de versos, del año 1914.

Canto a la Mujer, por Carlos Armando Costanzo, fundador y director – organizador del Archivo Literario Municipal y el Salón del Periodismo Chivilcoyano, y miembro correspondiente de la Academia de Folklore de la Provincia de Buenos Aires y la Academia Porteña del Lunfardo.

Hoy, te nombro, mujer – estrella y rosa -, de una forma romántica y sentida, por tu clara presencia, tan querida, en la calle, el hogar y cada cosa. Hoy, te nombro, tenaz y laboriosa, con tu fuerza profunda y encendida; tu valor y tu lucha, ante la vida, tu emoción y tu entrega generosa… Hoy, te nombro, con toda tu pujanza, tus proyectos, tus sueños y esperanza, tu sonrisa, tu impulso y tu energía… Y al ver siempre, tu cálido consuelo, pienso que eres el ángel, flor y cielo, del encanto, el amor y la alegría.

Le canto a la mujer, por su belleza, su gracia, su sentir y su dulzura, su espíritu de amor y de ternura, su honda emoción, su fiel delicadeza. Le canto a la mujer, por su entereza, su lucha cotidiana, firme y dura; su gesto maternal, que el alma cura, su inmensa calidez y su nobleza… Le canto, por su alegre compañía, su entrega y su bondad, de cada día, los sueños y el trabajo, más fecundo… Y sé, que su presencia luminosa, es una flor, romántica y hermosa, del jardín de los cielos y del mundo.