El glorioso bautismo de fuego, de los bomberos voluntarios de Chivilcoy: Se registró el sábado 8 de diciembre de 1945, al producirse un incendio en la iglesia del Rosario.

El glorioso bautismo de fuego, de los bomberos voluntarios de Chivilcoy: Se registró el sábado 8 de diciembre de 1945, al producirse un incendio en la iglesia del Rosario.

diciembre 9, 2019 0 Por archivol
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La página evocativa de la fecha, la destinaremos, de un modo emocionado y justiciero, a la especial recordación, del singular y glorioso bautismo de fuego, de los intrépidos y admirables bomberos voluntarios, de nuestra ciudad, el cual, hubo de registrarse un sábado 8 de diciembre de 1945, “Día de la Inmaculada Concepción”, cuando se declaró un incendio, alrededor de las 6. 50, de la mañana, en los ámbitos religiosos, del templo mayor de Nuestra Señora del Rosario, durante el desarrollo de una celebración litúrgica, de primera comunión, y ante la vasta y significativa presencia, de una gran y fervorosa feligresía, que colmaba, ampliamente, las naves de la iglesia. Dicho siniestro, se originó en dependencias, de la vieja sacristía, utilizada como depósito de ciertos elementos: velas y túmulos, fácilmente inflamables, y poco después, comenzó a propagarse, de una manera inquietante y peligrosa, hacia el interior del propio templo. Esta dramática y muy patética circunstancia, despertó una inmediata alarma y, a los pocos minutos, hubo de acudir el valeroso cuerpo, de servidores públicos locales, quienes con firme decisión, manifiesto coraje y claro denuedo, al cabo de casi dos horas, de una ardua e infatigable labor, lograron dominar el fuego, sofocando las llamas del citado siniestro.

La tan expresiva y elocuente crónica periodística, del matutino “La Razón”, del domingo 8 de diciembre de 1945, bajo el título “Estalló un incendio en la iglesia de Nuestra Señora del Rosario – En ese instante se oficiaba la misa de primera comunión – Se produjo un pánico indescriptible, entre la numerosas concurrencia de fieles “, puntualizaba: “En las primera horas de la mañana de ayer, la ciudad entera fue sacudida por poderosas bombas de estruendo y el toque de alarma de la sirena del cuerpo de bomberos. Se oyó también la descarga de un revólver y el tañido de las campanas de la Iglesia de Nuestra Señora del Rosario. Todo el pueblo salió a la calle con la completa impresión de que algo grave sucedía. Y así era. Ardía una de las dependencias de la Iglesia de Nuestra Señora del Rosario, dando lugar a escenas de pánico indescriptible entre las muchísimas personas que llenaban el templo, al ser oficiada la misa de primera comunión”. Después, con el título “En la antigua sacristía se notó el fuego”, el minucioso comentario de “La Razón”, subrayaba: “Serían  alrededor de las 6. 50 horas de la mañana, cuando se notó que en la antigua sacristía de la Iglesia de Nuestra Señora del Rosario, lugar donde se encuentran depositadas cantidades de cajones de velas y túmulos para los funerales, algo se estaba quemando y apenas abierta la puerta, lenguas de fuego comenzaron a extenderse en dirección al recinto sagrado”. Luego, la información del matutino, bajo el título “Se producen entonces escenas de pánico indescriptible”, señalaba: “Es de imaginarse entonces, el pánico que se produjo dentro de la Iglesia. Todos se dieron cuenta exactamente de lo que ocurría, y lejos de serenarse, ante la inminencia del peligro, corrían presurosos dirigiéndose a la puerta de salida. Como es natural, la gente, presa de la desesperación se encontraba aterrada en un solo grito. Muchos cayeron unos arriba de otros, produciéndose por lo consiguiente, lesiones de mayor y menor importancia, que en los primeros momentos, como es lógico, no pudieron precisarse. Personas que tuvieron la oportunidad de ver la dramática escena, vieron cómo el público se desesperaba por abandonar la Iglesia, relatando casos que obedecieron a la desesperación imperante”. Con el título “El cuerpo de bomberos y la policía en el lugar del siniestro”, el matutino “La Razón”, indicaba: “Rápidamente se encontraron en el lugar del incendio, los integrantes del cuerpo de bomberos voluntarios y la policía de nuestra ciudad, representada por el comisario Lanfranco, oficiales y una nutrida dotación de agentes que acudieron. Los camiones de riego de la Municipalidad también prestaron una gran utilidad al servicio de defensa, y se comenzó así a atacar al fuego, el que luego de no pocos esfuerzos, ya estaba completamente dominado pocos antes de las 8 de la mañana”. Seguidamente, bajo el título “Lo que fue destruido por el efecto del fuego”, el diario “La Razón”, detallaba: “Peso al ímprobo trabajo que desarrollaron bomberos, policías y vecinos, el fuego destruyó totalmente la antigua sacristía en la cual fue notado primeramente el fuego. También se ha perdido casi en su totalidad el altar de San Patricio y quemado una de las partes del techo de uno de los cruceros. A raíz del siniestro que se produjera, puede decirse que los daños advertidos de primera intención son apreciables. Aparte de lo que se ha quemado totalmente, de lo que dejamos expresado en el párrafo anterior, los efectos del fuego han producido deterioros en una pared contigua a la vieja sacristía. Los cortinados del interior del templo también han sentido el efecto de las chispas que saltaron al estallar el incendio. Al producirse el tumulto en el interior del templo, mujeres, niños y hombres, al querer abandonar con rapidez el lugar, perdieron zapatos, carteras, mantillas, rosarios, crucifijos, libros de misa, etc. Todo fue recogido con el mayor cuidado, y más tarde, en el despacho parroquial y en una de las dependencias del Centro Estrada, se notó la presencia de muchísimas personas que volvían al lugar, animadas de retirar, en cualquier estado que estuvieran, los efectos sagrados que habían perdido. La tarea se desarrolló durante toda la mañana y luego por la tarde, y muchas personas recuperaron lo que habían perdido”. Luego, con el título “Fue sacado a la calle, el mobiliario del templo”, el matutino “La Razón”, nos decía: “Previendo que podría haber ocurrido una desgracia mayor, los padres integrantes del cuerpo eclesiástico de la Iglesia de Nuestra Señora del Rosario, dispusieron el desalojamiento del mobiliario que podía retirarse del interior del templo. Es así que con marcada rapidez, fueron sacados a la calle todos los bancos y otros efectos, los que fueron custodiados con notable respeto, por la gran cantidad de público que ya a esa hora e había congregado frente a la Iglesia y en sus alrededores. Al igual que para cooperar en la lucha contra el siniestro, que en un principio adquirió caracteres alarmantes, trabajaron en esta tarea, numerosos vecinos”.

Después, bajo el título: “Se procura establecer el origen del fuego”, la crónica de “La Razón”, apuntaba: “Como es natural se han realizado ayer diligencias en procura de establecer cuál ha sido el origen del fuego. Se presume con justa razón, que el incendio se haya producido por un corto circuito o bien por alguna chispa que puede haber salido de una cocina que se encuentra en el lugar”. Respecto de la evaluación, en dinero, de los daños y perjuicios sufridos, la noticia de “La Razón “, señalaba: “Según informaciones que hemos podido recoger, los daños causados por el siniestro a que nos estamos refiriendo, alcanzarían a la suma de cuatro mil pesos moneda nacional”.

También, el comentario periodístico de “La Razón”, informaba que “varios vecinos sufrieron lesiones de distinta importancia”, entre ellos, Don Francisco Carmona, jefe del cuerpo de bomberos voluntarios, quien “resbaló mientras trabajaba en el lugar del siniestro, sufriendo un desvanecimiento que inspiró serios temores. Fue conducido al Hospital Municipal, y al producirse una completa reacción se trasladó a su domicilio, donde ayer a la tarde se encontraba bien”.

Por último, la crónica del matutino “La Razón”, con el título “Fue eficaz el servicio contra incendio”, remarcaba que: “Debe destacarse que el cuerpo de bomberos voluntarios, tuvo una muy sobresaliente actuación y eficaz, que ha sido elogiosamente comentada por el público. Se trata de la primera actuación real de esta nueva institución, y por el acierto, decisión y disciplina con que ha procedido, se puede augurar a los bomberos voluntarios de Chivilcoy un descollante porvenir. También es justo señalar el comportamiento de las fuerzas policiales, que cumplieron a conciencia sus delicadas funciones, colaborando decididamente para extinción del incendio. Obreros de la Municipalidad de Chivilcoy, y vecinos en general, aportaron también su valiosa y desinteresada cooperación, por lo que sumado a los factores anteriores evitó que el siniestro adquiriera proporciones de una verdadera catástrofe”.

El titular de la Parroquia San Pedro Apóstol, de la Iglesia Nuestra Señora del Rosario, presbítero Dr. Luis Ramón Conti, “agradeció vivamente a los Bomberos Voluntarios, policía, personal municipal y vecinos, que colaboraron con su eficaz ayuda en las tareas de extinción del  incendio que estalló en el templo”.

Por otra parte, un artículo del matutino “La Razón”, publicado en la primera plana, de aquel domingo 9 de diciembre de 1945 (Edición Nro. 11. 612),  bajo el título “El comportamiento de los Bomberos Voluntarios”, expresaba que: “Una circunstancia lamentable permite destacar, dentro de las consecuencias negativas de todo siniestro, el comportamiento de los miembros del Cuerpo de Bomberos Voluntarios de Chivilcoy, a los que ha correspondido iniciar, luego de las tareas de preparación  para la eficacia de su función de auxilio, su benemérita labor específica de protección y amparo de la comunidad. Nos particularizamos con la naciente institución de bomberos, porque la emergencia ha venido a corroborar lo que se ha dicho sobre la acción que le toca cumplir al citado cuerpo, y cuánto debe estimarse su organización en nuestro medio, por lo que representa como custodio de la seguridad colectiva. Ante la característica divisa de llamada, se hicieron presentes los bomberos voluntarios dispuestos a luchar contra el voraz elemento que por un designio inexplicable, atacaba el templo de la Iglesia de Nuestra Señora del Rosario amenazando destruir su magnífica arquitectura y poniendo en un peligro a una crecida cantidad de fieles, entre los que se contaban numerosos niños. La actuación de los integrantes del cuerpo, ha merecido los más cálidos encomios, máxime si se tiene en cuenta que aún tropiezan con ciertos inconvenientes ajenos a su voluntad, que una progresiva organización irá salvando. Unimos, pues, a los aplausos de la opinión general los nuestros, con la íntima convicción de que los bomberos voluntarios de nuestra ciudad, se han ganado en su primera actuación el reconocimiento de nuestro vecindario, que los estimula entusiastamente en la noble misión que desempeñan”.

Recordemos que, el cuerpo de bomberos voluntarios, de nuestra ciudad, nació, hacia fines de  1944, y comienzo del año 1945,  de una manera feliz y promisoria, en el seno del Centro Comercial e Industrial de Chivilcoy, enarbolando el auténtico y hermoso lema: “Abnegación, Sacrificio y Desinterés”. Se hallaba compuesto, por unos 60 miembros integrantes, quienes hubieron de recibir, la correspondientes instrucción y adiestramiento profesional, por parte del  ex bombero de Buenos Aires, Don Santana Ochoa. Y aquel histórico y memorable sábado 8 de diciembre de 1945, se registró entonces, el glorioso bautismo de fuego de los heroicos servidores públicos locales, sin duda, un genuino y honroso orgullo, para toda la comunidad chivilcoyana.

Décima a los Bomberos Voluntarios de Chivilcoy, por el procurador Carlos Armando Costanzo, fundador y director – organizador del Archivo Literario Municipal y el Salón del Periodismo Chivilcoyano.

Hoy, recuerdo aquel gran día, de este modo emocionado: El bautismo denodado, del coraje y la energía. Expresión de valentía, y de esfuerzos verdaderos, digo los nombres primeros, de esa página de historia, y exhibo toda la gloria, de los heroicos bomberos.