El glorioso Centenario, de la Ley de ejercicio de la Procuración, promulgada el 20 de octubre de 1919. La celebración del Día del Procurador. Profesionales chivilcoyanos, de las primeras décadas del siglo XX.

El glorioso Centenario, de la Ley de ejercicio de la Procuración, promulgada el 20 de octubre de 1919. La celebración del Día del Procurador. Profesionales chivilcoyanos, de las primeras décadas del siglo XX.

octubre 21, 2019 0 Por archivol
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El 20 de octubre, se conmemora, en nuestro país, el Día del Procurador, una fecha del calendario argentino, que nos recuerda la promulgación, de la Ley nacional Nro. 10.996, el 20 de octubre de 1919 – hace ya, un largo y glorioso siglo transcurrido -, la cual, hubo de reglamentar el ejercicio, de la profesión de procurador, otorgándole un digno y merecido rango universitario, que hasta aquel momento no existía; desarrollando dicha actividad, individuos legos, sin una previa formación,  de índole académica, que les asignara el carácter de letrados. El mencionado proyecto de Ley, correspondió a los diputados, Nicolás A. Avellaneda, Rodolfo Moreno, Adrián  C. Escobar y Jacinto Fernández, quienes hubieron  de presentar y promover la citada iniciativa, que fuera estudiada y aceptada, con un despacho favorable, el 2 de julio de 1919. Luego, el proyecto ingresó a la Cámara de Senadores, del Congreso, que lo aprobó en general, con ciertas modificaciones, en el texto originario, el 24 de septiembre de 1919, y poco después, llegó a la respectiva Cámara de Diputados, de nuestro Parlamento, que lo sancionó, el 30 de septiembre; convirtiéndolo en la Ley Nro. 10.996. Finalmente, fue promulgada por el Poder Ejecutivo – era entonces, presidente de la Nación, el Dr. Hipólito Yrigoyen -, el 20 de octubre de 1919, publicándose en el “Boletín Oficial”, el 14 de noviembre, de ese mismo año. Al cabo del tiempo, el 5 de septiembre de 1983, mediante la Ley Nro. 22.892, sancionada y promulgada, durante la etapa del denominado Proceso de Reorganización Nacional, durante el gobierno del Gral. Reynaldo Benito Bignone, hubieron de introducirse, algunas modificaciones, a los artículos: 3, 4, 8, 9 y 13, de la Ley Nro. 10.996, que constaba, en total, de unos 21 artículos originales, cuando salió a luz, en 1919.

El procurador, con el correspondiente título expedido, por las distintas Facultades de Derecho y Ciencias Jurídicas, de nuestro país, en su ejercicio profesional, tiene a su cargo, la representación legal de las partes, en los diferentes juicios, causas y procesos judiciales, que tramiten ante los tribunales, de cualquier fuero, tanto de la justicia federal como de la ordinaria, en la Capital Federal y, en el territorio de las provincias. El destacado periodista, escritor e investigador local, Enzo Alfredo Balducci (1920 – 1986), en una nota publicada en los columnas, del siempre recordado matutino “La Voz de Chivilcoy”, el miércoles 20 de octubre de 1971, bajo el título “Día del Procurador”, señalaba: “El 20 de octubre, se celebra en todo el país, el Día del Procurador. Se conmemora con ello, la sanción y promulgación de la Ley 10.996, que fue el punto de partida, para que la profesión del Procurador, llegara a convertirse en una profesión liberal, elevada a la jerarquía universitaria, noble y respetada, llenando una necesidad, dentro de la justicia, de quien debe considerarse, un eficaz auxiliar. El devenir de los años, ratificó ampliamente la necesidad de la ley dictada, justificando la preocupación que buscaba el legislador, dado que a partir de entonces, la procuración fue elevada en su consideración general, haciendo una profesión de prestigio, dentro del ámbito de la justicia, y su titularidad de universitaria, le ha dignificado y llevado a un rango tal, que atrae a su ejercicio, la concurrencia de profesionales afines, dentro de la actividad forense”.

En las páginas, de la Guía Comercial “Aramburú”, editada por el vecino Justo Aramburú, hacia el año 1907, dentro del rubro “Procuradores, martilleros y agentes de negocios”, podemos encontrar los nombres, del propio Justo Aramburú, Sebastián Fabián Barrancos, Juan Barragán, Avelino Barrios, Isidoro Antonio Barrionuevo, Francisco Casterán, Bernardo Delfino, Juan Manuel Díaz, Enrique Garabal, Andrés Gardella, Eliseo Gigena, Juan Hamdorff, Juan Isella, José Lago, Andrés Marino, Juan M. Menéndez, Jesús Moyano, Alejandro Nenadovit, Florentino G. Ríos, Dámaso Silva y Manuel F. Trillo. Por otra parte, en la revista judicial y mercantil “Tribuna del Oeste”, publicada en la vecina ciudad de Mercedes, el 9 de julio de 1916, en la “Nómina de profesionales inscriptos, en el Departamento Judicial del Centro”, al referirse a los procuradores de Chivilcoy, menciona a Manuel M. Fernández, Marcelino Celaya – quien fuera presidente del Honorable Concejo Deliberante, e intendente municipal interino, de nuestra ciudad, en 1938 -,  y Enrique Garabal. Asimismo, en un ejemplar periodístico, de 1934, leemos el anuncio profesional, del Estudio Jurídico, Civil y Comercial, de los procuradores universitarios, los hermanos,  Antonio y Juan Salinardi; en una Guía Nacional,  de Correos y Telégrafos, de los años 1938 – 1939, encontramos el nombre del procurador Orlando H. Cufré, fundador de un acreditado Estudio Jurídico, hacia el año 1913, y ex Diputado Nacional, entre los años 1946 y 1950;  en un anuncio, de 1945, rescatamos al destacado y prestigioso procurador Oscar H. Piombo, autor de un interesante y valioso volumen, sobre la “Justicia de Paz”, editado en 1942, y de diversos artículos periodísticos, sobre asuntos y temas jurídicos, y en una Guía chivilcoyana, de 1947, en el rubro profesional de los procuradores, rescatamos los nombres, de Orlando H. Cufré, Agustín Fernández – ex secretario de la comuna, en varios períodos, e intendente municipal interino, en 1932 -, Antonio Salinardi y Antonio Sera.

Décima al Procurador, por el procurador Carlos Armando Costanzo, fundador y director – organizador del Archivo Literario Municipal y el Salón del Periodismo Chivilcoyano.

Hoy, de manera ferviente, saludo al Procurador, por su empeñosa labor, tan segura y eficiente. Y subrayo, plenamente, de un modo claro y cabal, su sello profesional, su sentir, su trayectoria, y toda su rica historia, en la vida judicial.