El principal y verdadero problema argentino: La aceptación de la sociedad (Si la sociedad acepta todo, jamás cambiará nada…)

El principal y verdadero problema argentino: La aceptación de la sociedad (Si la sociedad acepta todo, jamás cambiará nada…)

mayo 19, 2023 Desactivado Por archivol
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“Para que triunfe el mal, sólo se necesita que los buenos no hagan nada a fin de impedirlo”

Los chantas, los chorros y los vendedores de imagen, existen, porque hay una sociedad que los acepta…

El principal, dramático y verdadero problema argentino, no reside en la corrupción, la inmoralidad, la permanente nivelación hacia abajo, la ignorancia, la falta de valores éticos, salud y enseñanza, la miseria dependiente, el proceso inflacionario, la emisión monetaria, el endeudamiento externo, la injusticia, el engaño, las falacias y mentiras, la degradación, el vacío y la decadencia, la deshonestidad, la carencia de producción, desarrollo y generación de riqueza, la droga, el narcotráfico, la inseguridad, la violencia delictiva y, la ausencia de expectativas y perspectivas, de presente, futuro, destino salida, fe, ilusiones, proyectos, motivaciones, sueños y esperanzas…

El principal, dramático y verdadero problema argentino, no reside en haberse convertido la Argentina, en el triste y deprimente país del eterno y fatal círculo vicioso del siempre lo mismo y del más de lo mismo, donde no cambia nada, nunca pasa nada, todo queda judicialmente en la nada, siempre se habla mucho de lo mismo, todo resulta igual, todo da lo mismo y, todo termina, indefectible e inexorablemente siendo siempre lo mismo y más, más, más, más de lo mismo…  

El principal, dramático y verdadero problema argentino, no reside en haberse transformado la Argentina, en el obscuro y lastimoso país, donde ganan los chantas, los chorros y los vulgares vendedores de imagen, cuyo primordial objetivo consiste en que no cambie nunca nada y, todo siga igual o peor de lo que está…; pero pierden los anónimos y esforzados laburantes, y las personas buenas, nobles, decentes y honradas, que trabajan, luchan, se esfuerzan, pagan impuestos y cargas tributarias y, hasta se funden económicamente, sucumbiendo ante la tragedia cotidiana…

El principal, dramático y verdadero problema argentino, es ni más ni menos, la mansa, paciente y silenciosa aceptación de la sociedad… Si la sociedad, sumida en la indiferencia, la frivolidad, la chabacanería y la pavada, y con una actitud de notoria y manifiesta resignación conformista, acepta, tolera, se banca, naturaliza y, es completamente funcional a los chantas, los chorros y los vulgares vendedores de imagen – que no tienen la más mínima voluntad de cambio -, seguramente, nunca habrá de producirse ninguna transformación alentadora y positiva… Si la sociedad acepta todo, jamás cambiará nada, pues “para que triunfe el mal, sólo se necesita que los buenos no hagan nada a fin de impedirlo” y “los pueblos que olvidan su pasado, están condenados a repetirlo”.  

Los chantas, los chorros y los vulgares vendedores de imagen, entongados o confabulados entre ellos – aunque simulen ser adversarios, rivales u opositores -,  mediante trenzas, transas, roscas, arreglos, pactos de impunidad, componendas y contubernios, para que no cambie nada, y todo prosiga igual o peor de lo que está; engrupen o embaucan a la sociedad con diferentes pantallas televisivas, versos, chamuyos, camelos y cortinas de humo, mientras van transcurriendo los días, las semanas, los meses, los años, las décadas y hasta la propia vida; no cambia nunca nada y, todo continúa de ese modo, igual o peor de lo que está… Si la sociedad acepta todo, jamás, entonces, cambiará nada, y acaso, dentro de cinco, diez, quince o veinte años, la Argentina proseguirá padeciendo idéntica situación a la actual y, hablando de lo mismo, lo mismo, lo mismo que ahora…

El principal, dramático, patético y verdadero problema argentino, es la aceptación de la sociedad, frente a la realidad que nos abruma y atormenta… Los chantas, los chorros y los vendedores de imagen, existen, porque hay una sociedad que los acepta… Si la sociedad, resignada y conformista, se entrega, se rinde, baja los brazos y, acepta completamente todo, jamás, jamás, cambiará nada…

No te resignés, por el procurador Carlos Armando Costanzo, fundador y director – organizador del Archivo Literario Municipal y el Salón del Periodismo Chivilcoyano, y miembro correspondiente de la Academia de Folklore de la provincia de Buenos Aires y la Academia Porteña del Lunfardo.

Che, flaco, yo te bato honestamente, / qué no te resignés – pálida dura -, / al camelo y el verso persistente, / la matufia y la eterna mishiadura. / Qué no te resignés, calladamente, / al país del bajón – forte amargura -, / donde ganan el garca y delincuente, / pero pierde el salame que labura… / Qué no te resignés, che, buen gomía, / al afano, la triste fulería, / o el fayuto y fatal siempre lo mismo… / Y sin chantas ni chorros – gran matina -, / con valores, hagamos la Argentina / del laburo, la fe y el optimismo. / Y no te resignés – tené confianza -, / y ponele una ficha a la esperanza.