Inauguración del Hospital Municipal de Chivilcoy.

Fachada del Hospital Municipal, en la década de 1980.

El 25 de mayo de 1887, a la hora 15, se llevó a cabo la inauguración oficial, del Hospital Municipal de Chivilcoy; el cual, fuera fundado por una comisión de vecinos, que hubo de presidir Don Eleuterio S. Mujica, abuelo del gran escritor argentino, Manuel Mujica Láinez (1919 – 1884), quien dos años antes, el 18 de enero de 1885, había convocado a una reunión, a los efectos de exponer su iniciativa, de creación de un hospital, y organizar una labor en conjunto, para la materialización de ese noble y elevado objetivo. La bendición de las instalaciones, de dicho centro de salud, estuvo a cargo del entonces cura párroco, presbítero Don Manuel Badano, y ejercieron funciones, de padrinos del citado acto, el señor Ramón Ydoyaga y su esposa, la señora Martina Molina de Ydoyaga. Por otra parte, hubieron de firmar el acta fundacional, además de los nombrados, los vecinos, Sebastián F. Barrancos, Guillermo Sánchez, Juan M. Díaz, Florentino Blanco, Robustiano Reina, Carlos Luchini, David Rothenburger, Pastor Miranda, Manuel E. López, José Suárez, Alejandro García, Julio Juliánez, Fernando Bustamante y Cirilo Coronado. Leer más…

Inauguración del Hospital Municipal de Chivilcoy.

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Fachada del Hospital Municipal, en la década de 1980.

Fachada del Hospital Municipal, en la década de 1980.

El 25 de mayo de 1887, a la hora 15, se llevó a cabo la inauguración oficial, del Hospital Municipal de Chivilcoy; el cual, fuera fundado por una comisión de vecinos, que hubo de presidir Don Eleuterio S. Mujica, abuelo del gran escritor argentino, Manuel Mujica Láinez (1919 – 1884), quien dos años antes, el 18 de enero de 1885, había convocado a una reunión, a los efectos de exponer su iniciativa, de creación de un hospital, y organizar una labor en conjunto, para la materialización de ese noble y elevado objetivo. La bendición de las instalaciones, de dicho centro de salud, estuvo a cargo del entonces cura párroco, presbítero Don Manuel Badano, y ejercieron funciones, de padrinos del citado acto, el señor Ramón Ydoyaga y su esposa, la señora Martina Molina de Ydoyaga. Por otra parte, hubieron de firmar el acta fundacional, además de los nombrados, los vecinos, Sebastián F. Barrancos, Guillermo Sánchez, Juan M. Díaz, Florentino Blanco, Robustiano Reina, Carlos Luchini, David Rothenburger, Pastor Miranda, Manuel E. López, José Suárez, Alejandro García, Julio Juliánez, Fernando Bustamante y Cirilo Coronado. El primer director del Hospital, fue el eminente y prestigioso médico cirujano, Dr. Santiago Fornos (1856 – 1919), quien condujo los destinos del nosocomio, hasta 1897, cuando lo reemplazó el Dr. Julio Zunino. En tanto, la comisión administradora inicial, del Hospital de Chivilcoy, estuvo presidida por Don Carlos Ceballos y Don José Suárez, e integrada por Federico E. González, Juan Burtín y Juan Zoppi. El Hospital, que en tiempos del gobierno justicialista, se denominó “Policlínico Eva Perón”, se municipalizó, ingresando a la órbita de nuestra comuna, el 22 de septiembre de 1950. El 29 de agosto de 1973, a través de la ordenanza Nro. 1304, se creó la Cooperadora del Hospital Municipal, que a lo largo de muchos años, de una tenaz e infatigable labor, ha realizado una magnífica y extraordinaria obra, de ampliación, crecimiento y desarrollo edilicios, en beneficio del nosocomio y en favor de toda nuestra comunidad. El primer presidente de la Cooperadora, fue el señor Oscar Rafael Fontana. Durante varias décadas, de fecunda y admirable tarea asistencial, se desempeñaron en los ámbitos del Hospital, de las religiosas de la congregación “Hijas de San José”, quienes en 1996, abandonaron nuestra ciudad, y fueron suplantadas por las hermanas “Hijas de la Misericordia”, las cuales, también se alejaron de nuestro medio, hace unos pocos años. En suma, el Hospital Municipal, con su prolongado y rico historial, su arduo trabajo cotidiano, y la eficiencia y calidad humana, de sus profesionales médicos y de su personal de enfermería, junto a los  auxiliares y administrativos; constituye sin dudas, un legítimo y bien merecido orgullo para Chivilcoy.