Los jóvenes chivilcoyanos, ex combatientes de Malvinas, frente al monumento alusivo, inaugurado el 6 de diciembre de 1999. La obra escultórica, corresponde al artista plástica y docente, profesora Beatriz Ana Cánepa, y el diseño técnico, al arquitecto Néstor R. Costanzo.
El 6 de diciembre de 1999, durante la administración municipal, del Dr. Rodolfo Bardengo, se llevó a cabo, en la plaza principal 25 de Mayo, la significativa inauguración, del monumento a los ex combatientes de Malvinas, el cual, hubo de constituir, un genuino y sincero homenaje, a quienes defendieron, con abnegación, denuedo y heroísmo, la integridad territorial y la soberanía argentina, en las islas; recordando y honrando, la querida y perdurable memoria, de los que ofrendaron sus vidas, en el conflicto bélico, entre nuestro país y Gran Bretaña, desde principios de abril, hasta mediados de junio de 1982. La obra escultórica, pertenece a la artista plástica y docente, profesora Beatriz Ana Cánepa, y el diseño de dicho monumento, a un proyecto del arquitecto Néstor R. Costanzo. Ese mismo día, se inauguró también, un monolito alusivo, donado, espontánea y generosamente, por la Sociedad de Fomento, del Barrio “Las Tejas”. Puntualicemos que, hubieron de participar, en la guerra del Atlántico Sur, los jóvenes chivilcoyanos: Jorge Luis Tarditti, Carlos Ramón Cortiana, Ricardo Gabriel Zapata, Carlos Javier Carretoni, Roberto J. Maggi, Marcelo Giuliano, Walter Mare, Oscar López, Hernán Moccia, Horacio Marón, Ángel Cejas, Rubén Cagnone, José Luis Risso y José Luis Rubbo, fallecido en la vecina ciudad de Suipacha, en el mes de agosto, del año 2000.
Al soldado de Malvinas, soneto de Carlos Armando Costanzo, fundador y director – organizador del Archivo Literario Municipal y el Salón del Periodismo Chivilcoyano, y miembro académico correspondiente, de la Academia de Folklore de la Provincia de Buenos Aires y la Academia Porteña del Lunfardo.
Mi recuerdo te nombra, emocionado, con tu fibra y tu temple vigoroso, tu honda entrega, de joven generoso, y tu firme entereza de soldado. Alma noble, de impulso denodado, un aliento profundo y sin reposo; voluntad, sacrificio valeroso, y un latir, siempre heroico y abnegado. Mi recuerdo te nombra – clara gloria -, rescatando tus luchas y tu historia, tu pasión y la fuerza de tu vida… Y aunque el tiempo, prosiga su camino, hoy renace tu espíritu argentino, y el altar de la Patria, no te olvida.
