La epidemia de cólera, en Chivilcoy, durante los años 1867 y 1868.

La epidemia de cólera, en Chivilcoy, durante los años 1867 y 1868.

enero 25, 2018 0 Por archivol
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El ilustre y siempre recordado, fundador y pionero de Chivilcoy, Don Federico Soarez (1811-1890), tenaz y destacado presidente de la comisión de Salubridad Pública, durante la epidemia de cólera, en los años 1867-1868. 

Recordaremos hoy, la devastadora e implacable epidemia de cólera morbo, que hubo de asolar a Chivilcoy, en la segunda mitad de 1867, y los primeros meses del año 1868, originando un significativo número, de víctimas fatales; las que fueron inhumadas, en un puntual y específico sector (área geográfica norte), del viejo cementerio, de nuestra ciudad, denominado “Fosa de los coléricos”.  Dicha necrópolis lugareña, había sido creada y habilitada, por la Corporación Municipal, hacia el año 1865, y allí funcionó, con la existencia de sepulturas en tierra, y también de bóvedas, hasta el 6 de noviembre de 1893, cuando se inauguró el actual cementerio, de nuestra ciudad. La vieja necrópolis, de Chivilcoy, se hallaba situada, sobre la actual avenida 22 de octubre, en la zona del barrio PYM (Plan de Viviendas, Provincia y Municipio, inaugurado el 22 de octubre de 1969), la escuela primaria Nº 33 “Dr. José León Suarez”, el Jardín de Infantes Municipal “República de Venezuela”, y el Complejo Asistencial y Recreativo “Atilio Luis Maradei”, junto al Centro Médico del Barrio del Pito “Dr. Daniel Emilio Pastorino”. Las ruinas, del antiguo cementerio chivilcoyano, desaparecieron, a comienzos de la década de 1930, durante la gestión municipal, del señor Don Rafael Juan Falabella. Frente a la tan grave y feroz epidemia, hubo de conformarse, una comisión de Salubridad Pública, presidida por el ilustre fundador y pionero chivilcoyano, Don Federico Suarez, e integrada, asimismo, por Francisco Castagnino, Cirilo Laredo, Eduardo Benítez, Esteban Ojeda, Francisco Grindón, José María Barsoba, Carlos Augusto Fajardo y, Manuel Villarino y Maximiliano Pacheco y Obes. Esto dos últimos, infortunadamente fallecieron, a raíz de la letal y muy penosa enfermedad infecciosa. Encabezaba por entonces, la Corporación Municipal, Don Aparicio Islas. La mencionada comisión de Salubridad Pública, a raíz de las urgentes e infaustas circunstancias, emitió una serie de instrucciones y directivas; procediendo a la apertura de cuatro Lazaretos, para la debida atención de las distintas personas afectadas; las cuales, representaban más de un 10%, del vecindario chivilcoyano de la época. Durante el año 1867, fallecieron, por la enfermedad, alrededor de veinte pacientes, y en el año 1868, dejaron de existir unas 1150 personas. Tuvieron una participación destacada, en el duro combate a la epidemia, además, de los abnegados y laboriosos miembros, de la comisión de Salubridad Pública, los valerosos y humanitarios médicos, Dres. Juan Bautista Gagliardino, Victorio Pontgratz y Bartolomé Schinelli; los químicos farmacéuticos, Dres. Francisco Viñas y Felipe Bonnell; el jefe de la Estación Ferroviaria Luis Elordi; el titular de la Parroquia San Pedro, Presbítero Manuel Badano, y el sacerdote Francisco Javier Aquabella; el comisario de Policía Eduardo de Esterhazi; los diferentes alcaldes del distrito; los obreros de carpintería, que fabricaron, los innumerables féretros o ataúdes; y un importante números de vecinos, de nuestro medio. Al año siguiente, en 1869, bajo el gobierno de Don Domingo Faustino Sarmiento, se llevó a cabo en el país, el primer Censo Nacional, que en Chivilcoy, arrojó el número de unos 14.232 habitantes. De aquella cifra, 6.338 personas, residían en el centro de población, y el resto, en la zona de nuestra campaña.

El libro de la historia, por Carlos Armando Costanzo..

Hoy, abramos el libro de la historia, recobrando las voces del pasdo, y de un modo tenaz y apasionado, mantengamos bien viva la memoria. Desandemos las páginas de gloria, de otro tiempo, tal vez, casi ignorado; recordando el espíritu esforzado, el terruño y su larga trayectoria… Hoy, abramos el libro, y hondamente, descubramos la esencia y la simiente, de los hechos del mundo ciudadano… Y buscando el sendero, ya perdido, rescatemos, quizá, del negro olvido, el histórico ayer chivilcoyano.

Antiguo cementerio, de nuestra ciudad, que construyó la Corporación Municipal -primer gobierno, de la comuna local-, hacia el año 1865. Funcionó, hasta el 6 de noviembre de 1893, cuando se inauguró, la actual necrópolis, de Chivilcoy. Allí, hubieron de sepultarse, en una fosa común, las víctimas de la grave e implacable epidemia de cólera morbo, producidas, entre la segunda mitad del año 1867, y los primeros meses de 1868.