La Estación Sur (Lunfardo)

Compartir

La Estación Sur
Hoy, te bato mi homenaje, estación de lunga historia, por tu firme y forte aguante, tu cancha y tu posta gloria.
Hoy, te bato mi parola, como un coso, medio otario, por tu ayer de fiel jotraba, y tu mundo ferroviario.
Hoy, te bato mi cariño, con un flor de sentimiento, por tu onda dichosa y piola, y tu lindo movimiento.
Hoy, te bato mi chamuyo, por tu embale sin reposo, tu alma noble y macanuda, y tu cuore generoso.
Hoy, te bato mi puesía, por tu facha bien junada, y tu vieja tradición, que la tengo remanyada.
Hoy, te bato aquí, mi espiche, como un humilde gomía, mientras estoy a tu lado, siempre seco y en la vía.
Hoy, te bato así, la justa, por tu pinta duradera, y tu espíritu canyengue, que palpita en la sesera.
Un pasado sin olvido, -jeta chipola y lejana-; el reloj, la ventanilla, y la sonora campana.
Un presente muy pulenta, que bancás -lucha y laburo-, junto al yugo cotidiano, y tus sueños de futuro.
Y yo, con ansias mistongas, aquí estoy en el andén, aguardando, tranquilino, que algún yorno, llegue el tren.
Ese tren grande y diquero, del recuerdo y la añoranza, el tiempo que se piantó, el amor y la esperanza.
Hoy, te bato mi homenaje, estación guapa y querida. Dame un boleto debute, para el viaje de la vida.

Estación Sur