La gran tormenta de Navidad, del 25 de diciembre de 1934, sobre Chivilcoy.

Compartir
Fotografías, de nuestra ciudad de Chivilcoy, publicadas en las páginas de la revista porteña "Caras y Caretas", el 24 de noviembre de 1934. Un mes más tarde, se produciría la gigantesca y memorable tormenta, que asoló esta zona, el día de Navidad, martes 25 de diciembre de 1934.

Fotografías, de nuestra ciudad de Chivilcoy, publicadas en las páginas de la revista porteña «Caras y Caretas», el 24 de noviembre de 1934. Un mes más tarde, se produciría la gigantesca y memorable tormenta, que asoló esta zona, el día de Navidad, martes 25 de diciembre de 1934.

El martes de Navidad, 25 de diciembre de 1934, en las primeras horas de la noche, hubo de abatirse, sobre nuestra ciudad, una espectacular y extraordinaria tormenta, de agua, viento y piedra; la cual, provocó una considerable cantidad de daños y perjuicios, dentro de la planta urbana, propiamente dicha, y en la región rural del distrito. Un inusitado y devastador fenómeno meteorológico, de esas características, no se registraba, aquí, en Chivilcoy, desde hacía largas décadas. La crónica periodística de la época, subrayaba que: “Ocasionó daños cuantiosos, en Chivilcoy y su zona, la tormenta de agua, viento y piedra, que se desencadenó y se mantuvo, durante más de media hora”. Y luego, puntualizaba: “Una tormenta imponente y espectacular, como hacía muchísimos años, no contemplábamos, por esta zona, se desencadenó en las primeras horas del martes 25 de diciembre, sobre nuestra ciudad y una parte del partido, ocasionando perjuicios cuantiosos, en las quintas, además de haber producido no pocos trastornos y daños, de distinta índole, en diferentes lugares y domicilios, de la planta urbana. Los pequeños aguaceros, de la madrugada y mañana de Navidad, eran indicios de que la atmósfera estaba cargada y, el intenso calor de la tarde, el presagio de una tormenta brava, que se venía gestando desde temprano. A las 19 horas, ya se vislumbraba la tormenta, por medio de luminosos relámpagos, pero asimismo, se creía que ella no vendría tan pronto, ni menos que adquiriría, las proyecciones que tuvo. Y a las 21 horas – prosigue el relato de la prensa -, comenzaron a caer las primera gotas, que desbandaron a la concurrencia, que pese a las perspectivas atmosféricas, se había congregado en nuestro principal paseo, dispuesta a disfrutar de la temperatura fresca y agradable, que a esa hora se gozaba. Enseguida, empezó a llover torrencialmente, acompañado de un fuerte viento, y casi al mismo tiempo, se inició una fuerte granizada, que a los pocos minutos, blanqueó las calles, como los jardines y patios, de las casas de los diferentes barrios. Por efecto de la lluvia, las calles se convirtieron en verdaderos arroyos”. La gigantesca tormenta, causó, como señalábamos, una significativa cantidad de perjuicios: rotura de vidrios y muebles; pérdidas de mercaderías y artículos, en diversos comercios; destrucción de sembrados y cultivos, de quintas; caída de postes, de la línea telefónica, etc. El comentario informativo, finalizaba remarcando que: “En resumen, pues, la impresionante tormenta de la noche de Navidad, ha dejado ingratos recuerdos en Chivilcoy, a raíz de que, los daños materiales, son cuantiosos. La lluvia alcanzó, en tan poco tiempo, a unos ochenta milímetros”.