La Virgen del Carmen, su festividad y el Lunfardo

Los 130 años, de una antigua y tradicional celebración de Chivilcoy

Se conmemora, una nueva celebración patronal, religiosa y popular, de la antigua y tan tradicional festividad, en honor de la Virgen Nuestra Señora del Carmen, la cual, después de un cronológico y muy prolongado itinerario, de muchas décadas, con una firme y sostenida trayectoria, arriba hoy, a sus 130 largos y fecundos años de vida, en el alma devota de la feligresía, el espíritu de la gente y, el corazón de nuestra comunidad chivilcoyana. Una festividad que, sin dudas constituye, una vieja y gloriosa tradición, un auténtico símbolo y baluarte y, una franca y genuina expresión, de la identidad ciudadana; siendo, por otra parte, la celebración más remota, y de mayor perdurabilidad, en los anales de la historia lugareña. La primera fiesta del Carmen, hubo de llevarse a cabo, los días, sábado 20 y domingo 21 de julio de 1889, merced a la iniciativa, de un grupo de inmigrantes italianos, del sector geográfico, del típico y pintoresco “Barrio del Pito”, bajo la férrea conducción, de la patriarcal figura de Don Pascual Grisolía (1835 – 1920), ferviente y gran propulsor, organizador y realizador, de esta importante celebración. Luego, surgió el feliz y plausible proyecto, de erigir una capilla, destinada a la Virgen del Carmelo: El 16 de julio de 1895, se procedió a colocar la “piedra fundamental”, sobre un predio, espontánea y generosamente donando, por el propio Don Pascual Grisolía; en febrero de 1896, comenzó la construcción, a cargo del maestro albañil, Don Antonio Colisigno, y el 19 de julio de ese año, de una manera resonante y jubilosa, se inauguró la modesta y entrañable capilla; todo un verdadero santuario, de la Virgen del Carmen. El 16 de julio de 1900, se ofició en esa humilde iglesia, la primera misa o ceremonia litúrgica, y el 10 de septiembre de 1903, los vecinos del barrio, encabezados por Don Pascual Grisolía, transfirieron y entregaron la capilla, a los sacerdotes españoles, de la Orden Agustina, quienes cumplieron una noble y fructífera misión pastoral, evangelizadora y docente (A través del colegio primario “Buen Consejo”), durante casi un siglo, pues abandonaron nuestra ciudad, en el mes de mayo de 2003. El 16 de julio de 1937, mediante un decreto, del entonces Obispo de Mercedes, monseñor Dr. Juan P. Chimento, la capilla del Carmen, alcanzó el rango y la jerarquía eclesiástica de Parroquia, con su respectiva jurisdicción territorial. El 16 de octubre de 1945, de un modo completo, se desmoronó la capilla que, por razones de seguridad, ante un peligro de grave derrumbe, se había clausurado, a principios de ese año; el 16 de julio de 1946, se colocó la “piedra fundamental”, de la nueva iglesia; el 8 de septiembre, de ese año, comenzaron los trabajos de edificación, conformándose una Comisión – Pro Templo, presidida por el Dr. Francisco José Falabella, y el 22 de octubre de 1949, en oportunidad del 95 aniversario, de la fundación de Chivilcoy, se efectuó la inauguración oficial, del templo Nuestra Señora del Carmen, con la presencia del gobernador de la provincia de Buenos Aires, coronel Domingo A. Mercante. La festividad del Carmen, mantiene sus peculiares características, con los banderines, sobre la avenida Villarino; la clásica procesión callejera; la participación del cuerpo de bomberos voluntarios y la banda de música; los juegos infantiles, como el “palo enjabonado”; el espectáculo artístico y musical, en horas de la tarde; la enternecedora “Paloma de lsa Paz” y el atrayente “Castillo de la Virgen”, etc. Ejerce las funciones, de titular de la Parroquia del Carmen, el presbítero Hernán Lucía, y preside la Comisión Pro – Festejos, el ingeniero Gustavo Elbio Faccinetti, a quien acompañan, Juan José Rodríguez, Miguel Caggiano y el procurador Carlos Armando Costanzo.

Soneto a la Virgen del Carmen, por Carlos Armando Costanzo, fundador y director – organizador del Archivo Literario Municipal y el Salón del Periodismo Chivilcoyano, y miembro correspondiente, de la Academia de Folklore de la Provincia de Buenos Aires y la Academia Porteña del Lunfardo.

Frente a Vos y tu altar, Virgen chipola, de una forma mistonga, en este día, te queremos batir, con alegría, nuestra lunga oración, sencilla y piola. Y también, te pedimos, tu parola, de esperanza debute y armonía; tu dulzura fetén, de clara guía, y tu amparo profundo y segurola. Te pedimos, el morfi y el laburo, el camino pulenta del futuro, tu cuore maternal y tu consuelo… Y aquí estamos, sin guita y sin orguyo. Escuchá, por favor, nuestro chamuyo, posta y fiel Virgencita del Carmelo.