La visita de Juan Manuel Fangio a Chivilcoy, para la “Cena de Campeones” (1977).
El glorioso piloto argentino Juan Manuel Fangio (1911-1995), en su histórica visita a Chivilcoy, el 10 de diciembre de 1977, para participar de la «Cena de Campeones», organizada por el Auto Club, de nuestra ciudad. En esta fotografía, lo vemos, junto al entonces intendente municipal, ingeniero José María Ferro, y distintos miembros, de la comisión directiva, de la institución organizadora; mencionando entre ellos, al conocido vecino local, Oscar «Bibí» Moro (1939-2010). Dicha fotografía nos fue facilitada, muy gentilmente, por el hijo del nombrado, Javier Oscar Moro.
El 10 de diciembre de 1977, con motivo de la feliz realización, de la importante “Cena de Campeones”, organizada por la comisión directiva del Auto Club Chivilcoy, en las instalaciones del Club Social y Deportivo Cerámica Argentina, hubo de visitar nuestra ciudad, el extraordinario y tan memorable piloto argentino, Juan Manuel Fangio (1911 – 1995), toda una colosal y honrosa gloria, en el historial del automovilismo, nacional e internacional; quíntuple campeón del mundo, en los años, 1951, 1954, 1955, 1956 y 1957. También, en aquella misma oportunidad, estuvieron presentes, los recordados corredores y ases del deporte motor, Froilán González, Rodolfo de Álzaga, Juan Manuel Bordeau y Carmelo Galbato; como así también, el entonces intendente municipal de Chivilcoy, ingeniero José María Ferro. En esa ocasión, los ilustres visitantes, fueron objeto, de una cálida recepción o bienvenida, por parte del numeroso público, y de múltiples reconocimientos, y bien merecidas y honrosas distinciones. El Auto Club Chivilcoy, una significativa institución, con una prolongada y rica trayectoria, y una apreciable y muy valiosa labor de fomento, desarrollo y promoción, de las diversas actividades automovilísticas y deportivas, se había fundado, un 3 de enero de 1965, y la primera conducción, de dicha entidad, estuvo presidida por Juan Pedro Michellis, a quien acompañaban, en los diferentes cargos: Luis María Domínguez, Luis O. Giamichelli, Héctor Sarmoria, Derlis Clavel, Ítalo Fioretti, Alberto Bruno, Domingo Battista, Carlos M. Viglietti, Carlos H. Rodríguez, Francisco Ruggirello, Antonio Pingeón, Agustín Armentano, Juan M. Ayarza, Juan Latessa, Ernesto Maranessi, Hugo Caversazzi, Osvaldo Robledo, Andrés Bruni y Aldo Tossi. El Auto Club, hubo de llevar a cabo, durante los años 1969, 1971, 1972 y 1973, las resonantes e inolvidables “Vueltas de Chivilcoy”, con la participación, de popularizados pilotos, del mundo automovilístico, de nuestro país. Su sede, de la calle General Rodríguez Nro. 186, hubo de inaugurarse, el 14 de noviembre de 1970, y el circuito “Juan Pedro Michellis”, que lleva el nombre, de uno de los principales fundadores y primer presidente de la entidad, se habilitó el 14 de diciembre de 1975. El Auto Club, funciona, en la actualidad, en un amplio y moderno edificio, ubicado sobre la avenida Echeverría, de Chivilcoy.
A Juan Manuel Fangio, por Carlos Armando Costanzo, fundador y director – organizador del Archivo Literario Municipal y el Salón del Periodismo Chivilcoyano.
En el podio del automovilismo, exhibiendo su ejemplo y su grandeza, quedarán para siempre, la nobleza de su vida cabal y su heroísmo. Fiel piloto, seguro de sí mismo, voluntad y pasión, garra y destreza; fue una historia de temple y fortaleza, humildad, bonhomía y altruismo. Fervoroso y tenaz, surgió de abajo, y sus triunfos, ganó con el trabajo, la virtud, el coraje y el desvelo… Admirable Campeón y hombre genuino, hoy, eterno, acelera su camino, por las pistas de Dios, a todo Cielo.
Corredores de ayer, por Carlos Armando Costanzo.
Corredores de ayer, por el camino polvoriento, detrás de una proeza; garra tuerca, pasión y fortaleza, bajo el nombre de un Gran Premio Argentino. Vocación ejemplar, fervor genuino, fierros, coches, motores y entereza; corazón de cabal y fiel nobleza, emoción y valor, frente al destino… Corredores de ayer, hombres de acero. Hondo amor, al deporte verdadero, pistas, rutas, aliento y heroísmo… Con gloriosas carreras del pasado, sus hazañas, por siempre han perdurado, en la historia del automovilismo.
Alma tuerca, por Carlos Armando Costanzo.
Alma tuerca, destreza apasionante, que nos colma de euforia verdadera; emoción espontánea y duradera, honda fuerza interior, grito vibrante. Garra, pulso y valor, firme volante, voluntad que hace el cambio y acelera, y en la recta final de la carrera, con su coche veloz, marcha adelante. Larga pista, rugido de motores, autos, fierros y bravos corredores, curvas, tiempos y anhelos de victoria… Alma tuerca, que sueña, alborozada, y festeja, después de la llegada, en el podio del triunfo y de la gloria.
