LOS SONETOS DEL AFANO

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(Poesía lunfarda)

Por Carlos Armando Costanzo, fundador y director – organizador del Archivo Literario Municipal y el Salón del Periodismo Chivilcoyano; miembro del Instituto Internacional de Literatura Iberoamericana, de la Universidad de Pittsburgh (Pensilvania), Estados Unidos de  América, y miembro correspondiente de la Academia Porteña del Lunfardo.

El Lunfardo, constituye una jerga de índole popular, que conforma un vocabulario o repertorio léxico, integrado por términos o palabras, los cuales, ingresaron a nuestro país, a través de las distintas corrientes inmigratorias; en especial, italianas, francesas, españolas y portuguesas, y se incorporaron después, al habla o el lenguaje coloquial de los argentinos. El 21 de diciembre de 1962, se fundó la Academia Porteña del Lunfardo, cuyo lema expresa: “El pueblo agranda el idioma”. Cada 5 de septiembre, se celebra el Día del Lunfardo, recordando la aparición gráfica del libro “Lunfardía”, de Don José Gobello (1919 – 2013), el 5 de septiembre de 1953.

Debemos predicar y sembrar, con el buen ejemplo de vida, y recuperar la saludable y tan constructiva cultura del trabajo, los principios éticos y los valores morales, humanos, patrióticos y espirituales. Una sociedad, con impunidad, sin cultura del trabajo, sin justicia, sin un sistema de premios y castigos, sin educación, nivelando hacia abajo, y sin principios éticos ni valores morales; una sociedad, donde pierden las personas buenas, honestas y laboriosas, que luchan y trabajan, honradamente, y ganan aquellas, que carecen de trayectoria y de méritos, delinquen, violan las leyes y, acrecientan y enriquecen su patrimonio económico, no tiene futuro, ni tampoco, ningún destino… Para que triunfe el mal, sólo se necesita que los buenos no hagan nada, a fin de impedirlo. No podemos esperar resultados distintos, haciendo siempre lo mismo… Los hombres, como los árboles, se conocen por sus propios frutos.

Reflexión lunfa

Yo pregunto, che, Dios, bueno y sapiente, mientras juno las páginas del diario, ¿Por qué triunfa en la vida, el delincuente, y el chabón que labura, va de otario? ¿Por qué el tipo que yuga, honestamente, morfa apenas, y rasca un mal salario, y es bacán ganador, ante la gente, el peor de los chorros, con prontuario? ¿Por qué el hombre, se vuelve un atorrante, si lo tienta algún toco fascinante, que lo manda de jeta, hacia el afano? Dios, oí, lo que mi alma, parla y grita, y después, sin afán ni sed de guita, soñá un ispa más justo y más humano.

Carta a Dios, desde la Argentina

Con dolor y amargura, Dios querido, entre pálidas tristes y agobiantes, yo te zampo estas líneas alarmantes, y una mano, Señor, también, te pido. Sucede que hoy el ispa, está podrido, de tantos farabutes y maleantes; chantas, chorros, vivillos y atorrantes, que tus postas valores, han perdido… Todo suena a matufia, en alto grado. Moda son: Coimas, curro, negociado. De la vieja moral, minga de restos… Y ante ese horrible fato pestilente, yo pregunto, Señor, sinceramente: ¿Se fabrican aún, tipos honestos? Además, me carbura la sabiola, si pienso, como un pobre paparulo: ¿Por qué a cualquier bribón, lo junan piola, y al decente, lo agarran de chitrulo? Aclarame, che, capo, sin rodeo, el deschave social, tan sucio y feo. Ojalá, vengás pronto a visitarnos, en un cuete de pinta luminosa. Entonces, al final, podrás zafarnos, de la gran corrupción pecaminosa. Me despido de Vos y el Cielo entero. Saludos a Jesús, Aquí, te espero. La dirección, la tiro en la posdata: Yendo hacia el Sur ¡Atenti!, en una esquina, a diez cuadras del Río de la Plata, dice un cartel: República Argentina.

Ninguno está en gayola

Escuchame, huevón, esta parola, que de onda, yo te bato, francamente: Siempre ganan el chanta y delincuente, y el honrado, anda seco, a la bartola. Quien la yuga, no tiene una chirola, puchereando en la lona, humildemente; la trabaja de otario, el más decente, y ninguno… ninguno está en gayola. Siempre pasa por gil el laburante, y al ispa, lo han copado, el atorrante, el malandra que engrupe y el que afana… Y al final, ¡Qué bajón y fulería!: Pierde el nabo, que cincha todo el día, pero el chorro, jamás termina en cana. Por eso, quiera Dios, che, zanagoria, que alguna santa vez, cambie la historia, y vuelvan a existir  – linda noticia -, la posta honestidad y la justicia.

El que labura…

Yo soy siempre, el salame que labura, con embale tenaz, de cayetano, bancándome el camelo y el afano, la matufia habitual, la yeca dura… Yo soy, el que la yuga y la carbura, remanyando el jotraba cotidiano; nunca arrugo, jamás meto la mano, y así aguanto, la fiera mishiadura… Yo soy, el que se cae y se levanta, el que garpa sus cuentas, diariamente, se le raja la guita, y queda muerto… Y ante tanto malandra, chorro y chanta, con el cuore sin pilas, hoy se siente un triste perdedor y un gran mamerto. Es por eso – te bato, che, gomía -, a pesar de bajones y dolores, hay que seguir luchando, todavía, por la honradez, el morfi y los valores. Y que al final – futuro milagroso -, gane el chabón, honesto y laborioso.

El laburo

Escuchame, fiacún, bien cayetano, lo que quiero batirte, muy seguro: De verdad, defendamos el laburo, el debute laburo cotidiano. Sin pensar en el tongo y el afano, de una forma tenaz, cinchemos duro, y junemos el cielo del futuro, con un cuore fraterno, de la mano… El laburo es embale y energía, un buen kilo de esfuerzo, cada día, una flor de polenta y de pujanza… Recordalo, salame, en la piojera, y al laburo, tené como bandera, por el morfi, la vida y la esperanza. Ojalá, que en los yornos venideros, gane el tipo que yuga – así, senciyo -, y se encane a los chorros pistoleros, que se llenan, pipones, el bolsiyo… Ojalá, que en un tiempo más copado, sin matufias y negros sinsabores, haga roncha y avance, el hombre honrado, con principios morales y valores. Y que nunca, se pianten de la mesa, el pan tierno, la mosca y la ilusión… El laburo es amor, lucha, nobleza, y una posta y eterna bendición.

Chorro viejo

Vos – chorro viejo -, te afanaste todo, por tu angurria feroz, casi infinita, y la jugaste entonces, a tu modo, sabiendo que robar, no es verdurita. Malandra de verdad, siempre en el lodo de la tramoya obscura y tan maldita; peleando el buen fangote, codo a codo, te quedaste, vos solo, con la guita… Después, la vida bomba y bien debute, del chantún, atorrante y farabute, que se da de bacán, con la gilada… Y allí estás, muy pipón, prendido al queso. Algún juez, intentó meterte preso, y al final…, al final, no pasó nada. Tenés suerte, cabrón, seguí adelante, porque en este balurdo maloliente, siempre pierde el eterno laburante, pero nunca va en cana, el delincuente.

CARLOS  ARMANDO  COSTANZO

CHIVILCOY (Provincia de Buenos Aires), 2016.

Procurador

Dr. Carlos Armando Costanzo:

Poeta e investigador, nació en Chivilcoy (Provincia de Buenos Aires), el 24 de diciembre de 1958. Fundador y organizador del Archivo Literario Municipal, creado el 18 de octubre de 1984, fue designado su director, mediante sistema de concurso. Fundó, asimismo, el Salón del Periodismo Chivilcoyano, creado el 21 de febrero de 1994, y sito en la calle Balcarce Nro. 39, de la ciudad de Chivilcoy. Autor de distintos folletos de versos lunfardescos, en el mes de diciembre de 2009, asumió como miembro correspondiente de la Academia Porteña del Lunfardo, y viene desarrollando, una sostenida labor cultural. Estudió Derecho, en la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales, de la Universidad Nacional de La Plata. Por Internet, en la red You Tube, puede verse el filme documental: “Carlos Armando Costanzo, la memoria en medio del ruido”, película rodada en el año 2014, por Daniel Muchiut, Ignacio Oteiza, Agustín Manavella y Elías Suárez, con motivo del 30 aniversario del Archivo Literario Municipal.

Diseño y confección de la página y el folleto:

Germán Carlos Nicolini, máster en P. C. e Informática, y secretario técnico del Archivo Literario Municipal de Chivilcoy.