Nevada chivilcoyana, del 12 de julio de 2000.

img_20160908_103148El 12 de julio de 2000, alrededor de la hora 21.45, hubo de registrarse una significativa y apreciable nevada, aquí, en nuestra ciudad, despertando, dicho fenómeno meteorológico, bastante inusitado, en esta zona geográfica, del oeste bonaerense, el asombro, la admiración y el regocijo, de todo el vecindario chivilcoyano. El matutino La Razón, del jueves 13 de julio de 2000 (Edición Nro. 38.058), refiriéndose al singular episodio, puntualizaba que: “Después de siete años, nevó en Chivilcoy. Por espacio de 45 minutos, el fenómeno que se abatió sobre nuestra ciudad, constituyó un motivo de alegría y entretenimiento, para los chivilcoyanos, que jugaron con nieve. La hermosura del espectáculo, nos hace desear que, no tengamos necesidad de esperar tanto tiempo, para volver a ser testigos de un hecho similar”. Leer más…

Nevada chivilcoyana, del 12 de julio de 2000.

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img_20160908_103148El 12 de julio de 2000, alrededor de la hora 21.45, hubo de registrarse una significativa y apreciable nevada, aquí, en nuestra ciudad, despertando, dicho fenómeno meteorológico, bastante inusitado, en esta zona geográfica, del oeste bonaerense, el asombro, la admiración y el regocijo, de todo el vecindario chivilcoyano. El matutino La Razón, del jueves 13 de julio de 2000 (Edición Nro. 38.058), refiriéndose al singular episodio, puntualizaba que: “Después de siete años, nevó en Chivilcoy. Por espacio de 45 minutos, el fenómeno que se abatió sobre nuestra ciudad, constituyó un motivo de alegría y entretenimiento, para los chivilcoyanos, que jugaron con nieve. La hermosura del espectáculo, nos hace desear que, no tengamos necesidad de esperar tanto tiempo, para volver a ser testigos de un hecho similar”. Por su parte, el diario La Campaña (Edición Nro. 6.829), también, del jueves 13 de julio de 2000, subrayaba: “Todos recordaremos el 12 de julio del 2000, como el día en que la nieve, volvió a Chivilcoy. La plaza principal, nuevamente concentró la alegría. Los padres con sus hijos, llegaban corriendo, para disfrutar de un paisaje impensado. Los pinos, el césped, los monumentos, los autos que optaron por la vuelta; todos se cubrían de un blanco maravilloso. Los flashes de las cámaras fotográficas, destellaban bajo los árboles. Las filmadoras, apuntaban hacia las luces, y descendían con el foco, para buscar el blanco familiar, que esperaba registrar su imagen, a fin de conservar una noche distinta. Fueron menos de 45 minutos. Lo suficiente, para que todos recordemos la noche del 12 de julio de 2000, como aquella en que el frío dejó de castigar, para ser el cómplice de imágenes imborrables”. El conocido y destacado meteorólogo local, Marcelo Speranza, en tanto, remarcó que, “La nevada, si bien, en duración, fue más breve que la del año 1993, durante 10 minutos, ésta, resultó mucho más intensa, en lo que respecta al tamaño de los copos de nieve”.