La estampa fotográfica, nos recuerda la imagen de la inolvidable “Occhialería Vidiemme”, una fábrica de anteojos, que se había fundado, hacia el año 1950, por un grupo de inmigrantes italianos, especialistas, en la materia: Atilio Tavacchi, Valentín Del Mónego, Armando Zandanel, Domingo Stiz y Victorio Giacobbi. El establecimiento que, funcionó en un inmueble, sito en la calle Pringles Nro. 21, confeccionó armazones para anteojos, cristales, moldes, bisagras, pernos, paños y pastas para el pulido, y por la singular y admirable calidad de sus productos, fue considerada la mejor fábrica de toda Sudamérica. En dicho establecimiento, dividido en cuatro secciones: “Pulido”, “Cristales”, “Matricería” y “Armazones”, se desempeñaban alrededor de 45 operarios; cumpliendo allí, diferentes tareas, Elías Montenegro, Ángel Delucchi, Rita Reynoso, Nella Stiz, Rodolfo Caminos, Enzo Abbene, José Diviacci, Manuel Grasso, Robledo, Mastrota, Nadale, Diguardi, Destéfano, Testa, Delorenzi, Spíndola y Lozzi, entre otros. La “Occhialería Vidiemme”, desapareció en la década de 1960.