Realización de la popular competencia ciclística “La Vuelta de los Locos” (1969).

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La "Vuelta de los locos", en diciembre de 1974. La tan popular y tradicional competencia chivilcoyana, organizada por el club Atlético Independiente, había comenzado, en el mes de diciembre de 1969.

La «Vuelta de los locos», en diciembre de 1974. La tan popular y tradicional competencia chivilcoyana, organizada por el club Atlético Independiente, había comenzado, en el mes de diciembre de 1969.

En el mes de diciembre de 1969, comenzó a llevarse a cabo, organizada por el club Atlético Independiente, la muy popular y tradicional competencia ciclística, denominada “La Vuelta de los Locos”; la cual, se desarrolló durante varios años, despertando el vivo y especial interés, y la particular atracción, de la amplia barriada de la plaza Belgrano y, de todo nuestro vecindario, y la comunidad de Chivilcoy. La citada prueba, se realizaba, a través de un recorrido, de unos 10 kilómetros, atravesando caminos asfaltados y de tierra (por la zona de quintas, de la sección tercera), con la simpática y curiosa característica, de que, buena parte de los corredores, lucía llamativos disfraces, y se desplazaba en estrafalarias bicicletas. De los ganadores y participantes, de dicha competencia, que hizo época, en el historial deportivo, de nuestra ciudad, mencionaremos a “Cachafás” Mauro, Luis Stanzú, “Chocho” Diciervi, Leonardo Lombardo, Atilio Ledesma, “Chaquepé” Melo, Tito Jorge, Argentino Ledesma, Carlos Ciboletto, Oscar Decunta, Vicente Caparelli, Vicente Giarra, Enrique Stanzú, Domingo Stanzú, Luciano Caprara, Héctor Onsi, Roberto Forti, Abel Risetto, Enrique Serio, Luis Trusso, Miguel Sciorra, “Fafo” Ausa, “Matecito” Burella, “Coco” Forti, Enrique Zillotti, C. Lausano, etc. En una nota periodística, publicada en las columnas del matutino “La Voz de Chivilcoy”, el martes 17 de diciembre de 1974, bajo el título “El porqué de la Vuelta de los Locos”, leemos que: “El periodismo deportivo del interior, no puede permanecer ajeno, a esta clase de inquietudes, sanas, alegres, y hasta se podría decir, de tipo familiar, porque la barriada de la plaza Belgrano, es precisamente eso, una gran familia, que todos los años, se vuelca en sus calles, para acompañar a un grupo de hombres, de distintas clases sociales, que olvidándose un poco, de sus problemas cotidianos, decide dar un poco de felicidad, a cambio, tan sólo, de un aplauso”.