Recordando al eminente Dr. Héctor Osvaldo Vázquez Fanego (1934 – 2010).

Recordando al eminente Dr. Héctor Osvaldo Vázquez Fanego (1934 – 2010).

noviembre 29, 2017 0 Por archivol
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El tan eminente y prestigioso, médico forense, Dr. Héctor Osvaldo Vázquez Fanego, (1934-2010), toda una alta personalidad científica, a nivel nacional e internacional.

La página rememorativa de hoy, se complace en recordar, la muy destacada y prestigiosa figura, del Dr. Héctor Osvaldo Vázquez Fanego, todo un brillante y eminente médico, del campo forense, quien, durante un buen número de años, estuvo, directa y estrechamente vinculado, con Chivilcoy; residiendo en una finca, sobre la avenida “De la Tradición”, a la cual, bautizó, imponiéndole el nombre de “Ceferino”. El Dr.  Héctor Osvaldo Vázquez Fanego, había nacido, en el barrio porteño de Flores, en 1934, y cursó sus estudios, en los claustros de la Facultad de Ciencias Médicas, de la Universidad Nacional de Buenos Aires, graduándose de médico, a principios de la década de 1960. De prolongada y fecunda trayectoria profesional, integró el calificado cuerpo de médicos legistas, y supo ejercer la dirección, de la Morgue Judicial de la Nación, caracterizándose por sus vastos y admirables conocimientos, y su amplia y rica experiencia; cualidades y virtudes, que se sumaron a sus prendas y valores morales, de humildad, honradez, caballerosidad y rectitud. Notable personalidad, en dicha materia, con un alto relieve, nacional e internacional, fue asimismo, autor, de distintos artículos científicos, libros, obras y tratados, sobre temas de su especialidad; habiendo practicado, más de cuarenta mil autopsias; algunas, de popularizados casos policiales, de gran difusión, entre la opinión pública argentina. Leal y sincero amigo, de numerosos vecinos chivilcoyanos, el Dr. Héctor Osvaldo Vázquez Fanego, hubo de formar parte, de la comisión directiva, del Centro Tradicionalista “El Fogón”, sintiendo, en lo más profundo, de su corazón y su alma, un hondo y particular cariño, hacia la tierra, el paisaje campero, las costumbres criollas, el aire folklórico y las cosas nativas. El inquieto y tan conocido periodista local, Marcelo Fabián Lopardo, en el mes de noviembre de 1997, le efectuó al Dr. Vázquez Fanego, en las columnas, de la revista “Clip”, del matutino local “La Razón”, una excelente y ponderable nota, a través de la cual, el propio entrevistado, expresa: “Cuando me casé, en 1969, fui al cementerio de Lugo, el pueblo de mi mamá, en España. Y de arranque, en el frontispicio, leí una frase que me quedó grabada: “El destino de los cuerpos, ya lo veis; el de las almas, según obréis”. No le tengo miedo a la muerte, he visto a lo largo de los años, en qué terminamos, sé positivamente, que es un camino inexorable. Lo que aspiro, como todo cristiano, en general, es tener una muerte súbita, porque los padecimientos, al ser humano normal, le desagradan. Conozco lo que es la muerte, en forma científica (Según el Dr. Brouardel: “La cesación de todas las funciones nerviosas, respiratorias y circulatorias”); estuve en contacto con ella; miles de cuerpos, pasaron por mis manos, y espero la mía, sin miedos”. El Dr. Héctor Osvaldo Vázquez Fanego, falleció en Buenos Aires, en el mes de junio de 2010.

Las avenidas, “Aime Tschiffely” y “Gato y Mancha”, de Chivilcoy (1980).

El 12 de noviembre de 1980, por una feliz y plausible iniciativa, del Dr. Héctor Osvaldo Vázquez Fanego, durante la gestión municipal, del ingeniero José María Ferro, mediante el decreto Nro. 1440, se le impuso a la avenida Nro. 84, el nombre de “Aime Tschiffely”, y a la avenida Nro. 17, la denominación de “Gato y Mancha”. Aime Tschiffely (1895-1954), fue un inmigrante, de origen suizo, criador de caballos, quien realizó, el extraordinario raid, y la colosal hazaña, de unir Buenos Aires y la ciudad estadounidense de Nueva York, acompañado por los caballos criollos, Gato y Mancha. Tschiffely, emprendió su extenso viaje, de magnífica audacia, intensa aventura y auténtica proeza, el 23 de abril de 1925, comenzando el recorrido, desde los bosques de Palermo, y tras cumplir un itinerario, de dieciocho mil kilómetros, en más de tres años, llegó a los Estados Unidos – precisamente, a Nueva York -, el 28 de agosto de 1928. La sepultura de Don Aime Tschiffely, se halla ubicada, en la estancia “El Cardal”, de la familia, del Dr. Emilio Solanet, en el partido bonaerense de Ayacucho, junto a las tumbas, de sus fieles y queridos ejemplares equinos, Gato y Mancha. Los cueros de ambos caballos, se encuentran, en exhibición, en una sala del Complejo Museográfico “Enrique Udaondo”, de la ciudad de Luján.  En la ceremonia de bautismo, de las dos avenidas, estuvo presente, Don Félix Amie Tschiffely, sobrino del intrépido y heroico protagonista, de tan gloriosa e inolvidable hazaña.