Recordando al odontólogo, Dr. Salomón Moldavsky

Recordando al odontólogo, Dr. Salomón Moldavsky

abril 11, 2018 0 Por archivol
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La página evocativa de la fecha, la destinaremos, a la merecida recordación de la figura, de un destacado y prestigioso odontólogo, que residió a lo largo de muchos años, aquí, en nuestra ciudad de Chivilcoy, desarrollando, de una manera digna y honesta, su estimable actividad, de índole profesional. Nos referimos al Dr. Salomón Moldavsky, quien hubo de ejercer, en este medio, su labor, durante las décadas de 1930, 1940 y 1950; alejándose, con posterioridad, de nuestro ambiente ciudadano, después de haber cumplido en él, una importante tarea. El Dr. Moldavsky, formó parte, como miembro integrante, del grupo fundador del Círculo Odontológico de Chivilcoy, creado un 13 de junio de 1936, y como “cirujano dentista”, instaló su consultorio, en la calle San Martín Nro. 84, brindando así, sus valiosos servicios, a toda la comunidad chivilcoyana, y en particular, a la Asociación de Maestros, a la Sociedad Operaria Italiana de Socorros Mutuos y, a la empresa mutual “La Cosmopolita”. En 1941, hubo de presidir el “Círculo Odontológico”, y además, dentro de la esfera de su vida social, fue un hombre ligado a distintas instituciones locales y ofreció conferencias, sobre temas de su especialidad; publicando también, en ciertas oportunidades, distintos artículos y notas periodísticas, de índole histórica.

Otros odontólogos, de aquella época…

En esos años, también ejercían su trabajo profesional, como “cirujanos dentistas”, otros odontólogos, de nuestro medio, colegas del Dr. Moldavsky, y componentes, algunos de ellos, del “Círculo Odontológico”, de nuestra ciudad. Podemos mencionar así, a los doctores: Publio E. Barrancos, Manuel A. Ghigliazza Biaus, Teodoro Marino, Vicente J. Goñi, Leonildes De Santis, Eugenio Rosito, Juan B. Luchini, José Romis, Roberto Solveyra Varela, Juan A. Larrañaga, Prudencio Elósegui, Atilio Sacco, Juan L. Castorino y Nicolás Walter Costanzo.

La visita al dentista, soneto humorístico lunfardesco, del procurador Carlos Armando Costanzo, fundador y director – organizador del Archivo Literario Municipal y el Salón del Periodismo Chivilcoyano, y miembro correspondiente, de la Academia de Folklore de la Provincia de Buenos Aires y la Academia Porteña del Lunfardo.

Bancándome una espera de novela, con una horrible caries, negra y loca, entré al final, boleado y musarela, y me atendió, más duro que una roca. Llevándome a un sillón, junó la muela, después gritó: – Bien grande, abra la boca, y un torno que te escarba, hasta que duela, me hizo saltar, lo mismo que una foca… Knock – out, de tanto fiero sufrimiento, sin arrugarme, casi ni un momento, me aguanté aquel taladro torturante… Luego, buche, algodón y blanca pasta. – Venga el miércoles, dijo, – por hoy, basta. Entonces, tras garpar, me tomé el piante. Y afuera, pensé yo, como un consuelo, sabiendo del doctor y sus pacientes: – Este tipo, ya nunca me ve el pelo, que otro pobre gilún, ponga los dientes.