Reflexión lunfarda: El corazón de madre, en su Día.

Reflexión lunfarda: El corazón de madre, en su Día.

octubre 19, 2018 0 Por archivol
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La sentida y entrañable celebración, del Día de la Madre, nos invita hoy, de una manera cálida y espontánea, a descubrir y aproximarnos, al auténtico y profundo corazón maternal, para conocerlo y valorarlo, mucho más, apreciando su clara abnegación, su firme coraje, sus múltiples sacrificios y, su entrega constante y muy generosa. Ese corazón de madre, que tanto sabe de trabajo doméstico y hogareño, de largo esfuerzo familiar, y de reiteradas luchas cotidianas; enfrentando los escollos, dificultades y adversidades, de cada nuevo día. Ese corazón de madre, magnánimo y heroico, que todo lo comprende y, también, lo perdona… Ese corazón de madre, que en un gesto de amplitud y enorme altruismo, todo lo da de sí, abundantemente, sin pretender nada, sin reclamar nada, y en muchos casos – inocente víctima de los desagradecimientos e ingratitudes -, sin recibir nada, a cambio, excepto, desaprensión y ausencia de cariño… Ese corazón de madre, que jornada tras jornada, a pesar del cansancio y el peso de las fatigas, va bregando en favor de sus hijos, con particular denuedo, tenacidad, firmeza y energía… Ese corazón de madre, que no cesa en su labor ininterrumpida, por la dicha y el bienestar de la familia; siendo ello, su mayor y más importante recompensa espiritual  y humana. Ese corazón de madre, que está presente, en los más diversos momentos y circunstancias de la existencia, momentos buenos y malos; momentos de lágrimas y de sonrisas; momentos de recuerdos, añoranzas y emociones;  momentos de dolor y de simple  alegría. Ese corazón de madre, humilde y sencillo, que nos brinda la mejor lección y la más sabia enseñanza, del amor sin límites…

Corazón de Madre, por el procurador Carlos Armando Costanzo, fundador y director-organizador, del Archivo Literario Municipal y el Salón del Periodismo Chivilcoyano, y miembro correspondiente, de la Academia de Folklore de la Provincia de Buenos Aires y la Academia Porteña del Lunfardo.

El cuore de mi vieja, che, gomía, de una forma debute y siempre pura, con un cacho pulenta de ternura, sigue al mango, latiendo todavía… Late junto a la zapie, cada día, yo remanyo su amor y su dulzura, y entre tanta tristeza y mishiadura, me da toda su lunga compañía… Late guapo, muy lejos de la muerte, palpitando en el aire, posta y fuerte, con su voz de cariño y su parola… Y me bate, de un modo emocionado: “Estaré bien atenti, aquí, a tu lado, porque madre, en la vida, hay una sola”.