Reflexión lunfarda: La Argentina del siempre lo mismo…, del siempre lo mismo…

Reflexión lunfarda: La Argentina del siempre lo mismo…, del siempre lo mismo…

noviembre 5, 2021 Desactivado Por archivol
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La Argentina, del eterno y fatal círculo vicioso del siempre lo mismo, donde no cambia nada, ni se modifica nunca nada, porque la íntima y profunda clave y, el auténtico y verdadero secreto, para que no cambie nunca nada, consisten, estriban y residen, precisamente, en el gran curro y el negocio de los chantas, quienes buscan, desean y pretenden una larga y permanente continuidad del sistema, las modalidades, los procedimientos y los mecanismos: Qué no cambie nunca nada, y todo, todo, siga, siga siempre como está…

Desde hace ya, largos años y varias décadas, en nuestra bendita Argentina, sumergida, encadenada y atrapada, en el nefasto y aciago círculo vicioso, el negro y obscuro túnel y, el intrincado e infinito laberinto del siempre lo mismo, el más de lo mismo, el cada día peor y el cada vez menos; no cambia nunca nada, jamás pasa nada, todo queda en la nada – impunidad absoluta e inapelable -, siempre se habla mucho de lo mismo, todo resulta igual, todo da lo mismo y, todo termina inexorablemente siendo siempre, siempre lo mismo…

Desde hace ya, largos años y varias décadas, de un curso cronológico, ininterrumpido e implacable, en nuestra bendita Argentina, se imponen y triunfan los chantas de siempre, con su ficticia e ilusoria apariencia, de vulgares y frívolos vendedores de imagen, pescado podrido, trivialidades y superfluas pavadas; sus meras y vanas palabras, vacías de substancia, significado y contenido; su verso y sus repetidas sanatas; su enorme egoísmo y desmesuradas  ambiciones; su carencia de principios, límites y escrúpulos; sus densas e impresionantes cortinas de humo; sus maniobras espurias y fraudulentas; sus miserias y ruindades humanas y, sus actitudes indignas, indecorosas y deshonestas…

Desde hace ya, largos años y varias décadas, en nuestra bendita Argentina, siempre pierden, se empobrecen, perjudican y se funden, los nobles, anónimos y esforzados laburantes – quienes, de un modo humilde y silencioso, van construyendo y forjando la Patria de cada día -, y toda una amplia y gigantesca cantidad de personas buenas, probas, decentes y honradas, que trabajan, luchan, se sacrifican y, abonan sus impuestos y obligaciones fiscales y tributarias…

Desde hace ya, largos años y varias décadas, en esta Argentina que nivela e iguala hacia abajo, con ignorancia, incultura, marginación social, miseria y pauperismo, los chantas de siempre, engañan y engrupen a la gilada, partiendo de la hipótesis según la cual, una mentira reiterada muchas veces y aceptada por la mayoría, se transforma automáticamente, en verdad… Mientras tanto, transcurren los días, las semanas, los meses, los años y las décadas; va envejeciendo y se extingue la vida, y no cambia, no cambia nunca nada, pues los propósitos e intenciones de aquellos chantas, apuntan, clara y categóricamente, a no cambiar ni modificar nunca nada: El gran curro o negocio, es que todo, todo siga como está…

Desde hace ya, largos años y varias décadas, en esta bendita Argentina, abundan, proliferan y se multiplican los malos y deleznables ejemplos, que merecen nuestro mayor repudio; los malos ejemplos, de la ausencia de patriotismo y amor hacia el prójimo, las mentiras y falsedades, la injusticia, la falta de honradez, la deslealtad, el enriquecimiento ilícito, la corrupción…   

Qué los chantas de siempre, no nos sigan engrupiendo y, nos roben y maten, la alegría, el entusiasmo y las ganas de vivir, de trabajar, de luchar, de estudiar, de avanzar, de progresar y de soñar… Que los chantas, no nos roben y maten, la cultura del trabajo, la cultura del esfuerzo, la cultura del estudio y, la cultura de los reales y genuinos méritos… De nosotros, depende, de nosotros, depende…

No podemos aguardar resultados distintos, haciendo siempre lo mismo; los pueblos que olvidan su pasado, están condenados a repetirlo; para que triunfe el mal, sólo se necesita que los buenos no hagan nada, a fin de impedirlo; en el mundo, cosecharemos y recogeremos, lo que hemos sembrado y, los Hombres, como los árboles, se conocen y aprecian por sus propios frutos…

El único rumbo posible, para trascender y superar esta Argentina decadente, del eterno círculo vicioso del siempre lo mismo, es sin dudas, el esperanzado y luminoso camino de la educación y la enseñanza, los valores, el sentido ético, la conciencia moral, la honestidad y, la sagrada y sublime cultura del trabajo… De lo contrario, continuaremos hundidos en este siniestro círculo vicioso del siempre lo mismo, sin proyectos, destino, porvenir ni salida alguna, que no nos lleva ni conduce a ninguna parte; y acaso, dentro de cinco, diez o quince años, en un eventual país del futuro, con idénticas y agravadas cuestiones y problemáticas, se estará hablando, exactamente de lo mismo, lo mismo, lo mismo que ahora…

El país del siempre lo mismo, por el procurador Carlos Armando Costanzo, fundador y director – organizador del Archivo Literario Municipal y el Salón del Periodismo Chivilcoyano, y miembro correspondiente, de la Academia de Folklore de la Provincia de Buenos Aires y la Academia Porteña del Lunfardo.

A esta historia, la tengo remanyada, / el merengue es igual, siempre lo mismo; / Mucho afano, la bronca, el pesimismo, / tanto verso, que engrupe a la gilada… / La malaria, el bolazo, la pavada, / la justicia forfai, sin patriotismo; / nos mandaron al bombo y el abismo, / y al final…, al final, no cambia nada… / Se han rajado, la guita y los valores, / nos coparon los fieros sinsabores, / pierde el tipo decente, de laburo… / Ojalá, que junemos, algún día, / todo un cacho pulenta, de alegría, / fe chipola, esperanza y gran futuro.