Reflexión lunfarda: La conducta moral, en el país del más de lo mismo…

Reflexión lunfarda: La conducta moral, en el país del más de lo mismo…

enero 19, 2018 0 Por archivol
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Ilustraciones, del libro de Fábulas, del notable escritor francés, Jean de La Fontaine (1621-1695); una obra literaria, que a través de una serie de sabias enseñanzas, señalaba el recto camino, de la conducta moral y del sentido ético, de cada ser humano

La conducta moral, constituye también, un tema de seria y profunda reflexión, de esta humilde y franca columna lunfardesca, que nos invita a la meditación, el examen, la consideración y el análisis, auténtico y sincero, a lo largo de la vida, y en el desenvolvimiento cotidiano, de nuestra existencia. La conducta moral, que nos permite, mediante una facultad de claro discernimiento, la gran posibilidad de diferenciar, las buenas de las malas acciones; nos infunde, inculca y transmite, sanos y elevados principios, nobles y edificantes valores, y un alto sentido ético, y nos señala el camino del bien, el amor, la paz, la verdad, la justicia, la honradez, la rectitud, la misericordia y, las virtudes y cualidades humanas. La conducta moral, que nos fija o determina, el arquetipo, modelo o paradigma, de lo bueno y de lo malo, y por otra parte, nos aleja o distancia, del fantasma del mal, el vicio, la corrupción, las bajezas y miserias terrenas, y las múltiples y perniciosas ruindades del mundo contemporáneo… La conducta moral, en medio del triste y desalentador contexto, de una sociedad y de un país, del eterno y fatal más de lo mismo, donde no cambia nada, nunca pasa nada, todo queda en la nada, siempre se habla mucho de lo mismo, todos son iguales, todo da lo mismo y, todo termina siendo, inevitable e indefectiblemente siendo, más de lo mismo… La conducta moral, en medio del penoso y deplorable panorama escolar, del sistema educativo, donde, por desgracia, se iguala y se nivela, directamente, hacia abajo…La conducta moral, en los ámbitos, rincones y esferas,  de una sociedad y de un país, donde infortunadamente, siempre resultan perdedores y perjudicados, aquellos ciudadanos buenos, honestos y laboriosos, que trabajan y luchan, de una forma anónima y en silencio, haciendo, con su impulso, su tesón,  su empeño y sus mejores ilusiones, esta patria nuestra, de  cada día…La conducta moral, muchas veces, vilipendiada, agredida y olvidada, frente a una dura y abrumadora realidad circundante, llena de mezquindades, envidias, vilezas y egoísmos, y carente de un mínimo contenido ético, de buenos propósitos, de proyectos enaltecedores, de genuinos ideales, de inquietudes e iniciativas, de espíritu caritativo y solidario, de espontánea generosidad y de honda y genuina sensibilidad social… Hoy, más que nunca, debemos recobrar, la conducta moral, sinónimo de principios y de valores, éticos y humanos; como asimismo, la cultura y la conciencia del trabajo, el esfuerzo, el estudio, la educación y la enseñanza, si es que deseamos, construir y levantar, en el futuro, un país distinto, una nación nueva y, una patria fraternal y justa, con anhelo de progreso y horizonte de esperanza… Los hombres, al igual que los árboles, se conocen y aprecian, por sus propios frutos, y sin dudas, el único rumbo posible, es el sendero de la educación, la honradez y el trabajo…

La conducta moral, por Carlos Armando Costanzo, fundador y director-organizador del Archivo Literario Municipal y el Salón del Periodismo Chivilcoyano, y miembro correspondiente, de la Academia de Folklore de la Provincia de Buenos Aires y la Academia Porteña del Lunfardo.

A pesar del balurdo cotidiano, tantas broncas y fieros sinsabores; la malaria total – minga de flores -, y el ajuste brutal, de cayetano; a pesar, de la mula y el afano, la sabiola egoísta y los dolores, yo mantengo, bien postas, los valores, con un cacho de amor, en cada mano… Yo mantengo, sabés – facha y bandera -, la conducta moral, noble y canchera, sin camelo, matufias ni doblez… Y así yugo, en la vida – lindo aguante -, con un cuore fratelo y  palpitante, de pulenta laburo y honradez.