Reflexión lunfarda: La emocionada recordación del Día de la Madre

Reflexión lunfarda: La emocionada recordación del Día de la Madre

octubre 18, 2019 0 Por archivol
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El cálido y entrañable Día del Madre, nos invita hoy a reflexionar, mediante la voz y la palabra del Lunfardo, respecto de la tan especial y profunda significación espiritual, de esta celebración, que despierta en todos nosotros, el más sincero y el más hondo sentimiento de nuestros corazones, inclinándonos a la paz interior, la bondad, la pureza y la inmensa ternura. El Día de la Madre, que nos colma de un amor auténtico y verdadero; un amor elevado y sublime, capaz de sobrellevar las peores luchas, los enormes obstáculos y, los mayores esfuerzos y sacrificios cotidianos; un amor inmaculado y supremo, que se encuentra por encima de los mezquinos egoísmos, las antinomias y rencores, las ruines y viles bajezas, y las tristes miserias humanas. El Día de la Madre, que nos transmite e infunde, su particular e inefable cariño; un cariño que, supera todos los momentos y circunstancias difíciles, los contratiempos, las derrotas, los temores, el desaliento y las adversidades. El Día de la Madre, que nos aleja siempre de lo malo, y nos aproxima al mundo del eterno afecto, la piedad, la gracia y la hermosura. El Día de la Madre, que nos ayuda a descubrir, las cosas nobles y buenas de la Vida; esas cosas, diarias y sencillas, que nos acercan a Dios, y a un azul y hermoso cielo,  de esperanzada  fe y luminosa bienaventuranza. El Día de la Madre, que se convierte también, en un espacio de meditación, nostalgia y añoranza, cuando nos lastima y nos golpea,  el dolor de la inexorable ausencia materna y su tremendo y doloroso vacío. El Día de la Madre, y las emotivas reminiscencias, de aquellos popularizados versos, del gran payador argentino, José Betinotti: “Pobre mi madre querida, cuántos disgustos le daba, cuántas veces, escondida, llorando sola y vencida, en un lugar la encontraba”. El Día de la Madre, claro y presente, en cada una de las jornadas del almanaque del año; puntualizándonos sus atributos, cualidades y virtudes, y subrayando, de un modo categórico e irrefutable, que “Madre hay una sola”.

El recuerdo de mi vieja, por el procurador Carlos Armando Costanzo, fundador y director – organizador del Archivo Literario Municipal y el Salón del Periodismo Chivilcoyano, y miembro correspondiente, de la Academia de Folklore de la Provincia de Buenos Aires y la Academia Porteña del Lunfardo.

El recuerdo debute de mi vieja, en mi cuore, aquí está, con su dulzura, y me da su parola, posta y pura, porque sabe que soy, medio lenteja. Un recuerdo bien flor, que no se aleja, ofreciéndome un cacho de ternura; me acompaña en la vida, fiera y dura, me hace todo el aguante y me aconseja… Un recuerdo pulenta que me guía, y me llena de embale y alegría, frente a broncas, bajón y desengaños… Y que así, como un sol, bomba y querido, ilumina la noche del olvido, y me banca, a lo largo de los años.