Reflexión lunfarda: La sentida celebración, de la festividad navideña

Reflexión lunfarda: La sentida celebración, de la festividad navideña

diciembre 20, 2019 0 Por archivol
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La próxima y jubilosa celebración, de la dulce y enternecedora Navidad cristiana, nos lleva al maravilloso milagro del nacimiento, en un humilde pesebre, de Belén de Judea, del Mesías Salvador o Redentor del Mundo, el Emanuel y el Hijo de Dios, quien una vez más, desde la inocencia, la pobreza y el desolador desamparo,  de su promisorio y ansiado advenimiento, nos trae todo un mensaje de amor, de paz, de justicia y de hermandad universal. Jesús, el Divino Maestro, que nuevamente nos brinda, su bella y consoladora palabra evangélica, de entrega hacia el prójimo y los semejantes; señalándonos, como fiel y luminosa guía, el camino de la vida y la verdad y, la estrella celestial y rutilante, de la auténtica fe, la gracia espiritual y la profunda esperanza. Qué esta Navidad, más allá del cálido y afectuoso encuentro familiar, el pan dulce, el vino, la sidra y los distintos platos y manjares gastronómicos, nos acerque, de nuevo, a Dios, por la senda del arrepentimiento, el perdón y la misericordia, y nos vuelva, en lo profundo y esencial de nuestros corazones, más buenos, más nobles, más honestos, más generosos y mucho más solidarios. No podemos amar a Dios, que nunca hemos visto, si no amamos, ante todo,  al prójimo, que con frecuencia vemos y frecuentamos. Sin amor a los semejantes, sin obras y sin vocación de genuino servicio, no somos, en definitiva, nada… Los Hombres como los árboles, se conocen y aprecian por sus propios frutos…

Los Villancicos arrabaleros, por el procurador Carlos Armando Costanzo, fundador y director – organizador del Archivo Literario Municipal y el Salón del Periodismo Chivilcoyano, y miembro correspondiente de la Academia de Folklore de la Provincia de Buenos Aires y la Academia Porteña del Lunfardo.

En el cachuzo pesebre, de algún mistongo arrabal, hoy, nació el Divino Niño, con un cuore fraternal. Nació lleno de pulenta, y de una fuerza tenaz, y nos trajo la alegría, y una lunga y bella paz. Nació lleno de ternura, con su debute bondad, su pinta clara y chipola, y su mayor humildad. Nació con una sonrisa, sin la mufa ni el bajón, y nos dio su onda canchera, y su posta bendición. Nació con su gran consuelo, y su chamuyo especial, copándonos, de repente, la pureza celestial. En un cachuzo pesebre, donde hace roncha, el amor, en esta noche banana, ha nacido el Salvador. Allá, en un rioba lejano, de las tierras de Belén, nació el purrete más lindo, del amor y todo el bien. Nació, según me han batido, en un humilde bulín, y su onda fratela y buena, jamás tendrá ningún fin… Nació sin lujos bacanes, en fulera soledad, regalándonos un kilo, de justicia y de verdad. Allá, en un rioba lejano, con un gran cacho de luz, de una manera debute, hoy, ha nacido Jesús. Yo quisiera, che, gomía, que en esta azul Navidad, encontremos el cariño y la más pancha amistad. Encontremos, la dulzura, todo un fangote de amor, y la chipola esperanza, de un mundo piola y mejor. Encontremos, el laburo, el morfi para vivir, y la fetén esperanza, de un diquero porvenir. Encontremos un chamuyo, sin grupo, fiero y falaz; una parola de gozo, de unión posta y mucha paz. Yo quisiera, che, gomía, que en esta azul Navidad, encontremos, todos juntos, una auténtica hermandad.