Reflexión lunfarda: Qué no te agarren de gil, en esta Argentina del siempre lo mismo…

Reflexión lunfarda: Qué no te agarren de gil, en esta Argentina del siempre lo mismo…

febrero 26, 2021 0 Por archivol
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Despertemos, de pronto, de nuestro pasivo y conformista letargo. Descubramos la realidad. Qué no nos sorprendan la mentira y el engaño, en esta Argentina del siempre lo mismo, donde no cambia nunca nada… Recordemos que, para que triunfe el mal, sólo se necesita que los buenos no hagan nada, a fin de impedirlo…

Hoy, más que nunca, debemos exaltar y remarcar, de un modo categórico y elocuente, la fundamental importancia de la Verdad, por encima de las actitudes engañosas, las mentiras, las mistificaciones, los relatos ficticios, las falacias y las distintas falsedades, que artificiosamente, con mala fe, maniobras y múltiples ardides, envuelven, confunden y se burlan de la inocente o ingenua credulidad de la ciudadanía…

El tan eminente y prestigioso médico cardiocirujano argentino, Dr. René Gerónimo Favaloro (1923 – 2000), puntualizaba en su brillante y memorable “Declaración de Principios”: “Tenemos que sacrificarlo todo en aras de la Verdad, y nada más que la Verdad. Tenemos que decir en voz alta lo que se piensa por dentro. Nada puede sustentarse sobre la base de la mentira”.

Hoy, más que nunca, debemos luchar por el imperio y la consagración de la Verdad, para no resultar tristes y penosas víctimas anónimas del vil engaño, el fraude, la ruin estafa y la nefasta y deleznable mentira. Infortunadamente, nos hemos transformado, como diríamos a través del lenguaje lunfardo, “en un país de bolaseros, verseros y cuenteros, chantas, farabutes, chorros, malandras, garcas, tramoyistas, muleros y matufieros, que toman a la gente como una manga de gilunes, pipiolos, tarúpidos, mamertos, otarios, chitrulos, tololos, salames, nabos, merluzas, pancracios y perejiles”.

Hoy, más que nunca, debemos bregar con la sabiduría, la inteligencia, el criterio, la perspicacia y la claridad mental suficientes, para dejar de ser la Argentina del obscuro y eterno círculo vicioso del siempre lo mismo, donde no cambia nada (pues no existen el menor propósito o intención de cambiar nada) y siempre pierde, se perjudica, se empobrece y se funde la persona buena, honrada y laboriosa que trabaja y abona sus impuestos y obligaciones fiscales y tributarias… La Argentina donde todo queda en la nada (impunidad completa y absoluta) y siempre se habla mucho de lo mismo… La Argentina del fracaso, la frustración y la marcada y notoria decadencia, que nivela permanentemente hacia abajo y, necesita de la ignorancia, el asistencialismo y la miseria dependiente, para continuar siendo el país del “siempre, siempre lo mismo”…

Hoy, más que nunca, debemos de predicar y sembrar con el testimonio de nuestra conducta proba y el buen ejemplo de Vida, y recobrar los valores, el sentido ético, la conciencia moral y, la sagrada y sublime Cultura del Trabajo, junto con la unión sólida y fraterna, la concordia sin grietas ni rencores, la voluntad emprendedora, las actividades productivas, la generación de mano de obra de riqueza y, el soñado bienestar de todas las argentinas y argentinos. No bajemos los brazos y las ganas, en una actitud de letargo, adormecimiento, abatimiento y deprimente resignación conformista: Para que triunfe el mal, sólo se necesita que los buenos no hagan nada a fin de impedirlo; no podemos aguardar resultados distintos, haciendo siempre lo mismo; los pueblos que olvidan su pasado, están condenados a repetirlo y, los Hombres como los árboles, se conocen y aprecian por sus propios frutos”.

Alguien dijo que: “Cuando desaparezcan las últimas generaciones que aún trabajan y pagan impuestos, el Estado y el país llegan a su fin”. Evitemos ese patético y tan doloroso desenlace. Sólo hay un rumbo posible: Volver al luminoso y esperanzado camino de la Educación, la Honestidad y la Cultura del Trabajo”. Sin Educación ni Trabajo, sin la Verdad, la Honestidad y los Valores Morales, la Argentina carece de futuro, salida y destino alguno…

Meditemos profundamente, acerca de todo ello: “Señor: Concédeme Serenidad para aceptar las cosas que no puedo cambiar; Valor para cambiar aquellas que puedo, y Sabiduría para reconocer la diferencia”.

“Qué no te agarren de gil”, por el procurador Carlos Armando Costanzo, fundador y director – organizador del Archivo Literario Municipal y el Salón del Periodismo Chivilcoyano, y miembro correspondiente de la Academia de Folklore de la Provincia de Buenos Aires y la Academia Porteña del Lunfardo.

Qué no te agarren de gil, / avivate, pipistrelo, / porque vos te estás bancando/ las tramoyas y el camelo. / Avivate, pajarón, / fané, sin mosca y en yanta; / que no te vuelva a engrupir / cualquier turro, flor de chanta. / Avivate, cusifai, / hacete canchero y piola, / para que no te empaqueten / el chamuyo y la parola. / Avivate, chichipío, / cinchando de laburante, / qué no te vendan buzones, / el maula y el atorrante. / Avivate, che, merluza, / carburá bien el balero, / frente al chorro, el farabute / y el malandra tan fulero. / Avivate, paparulo, /-  te la digo, así cantada -: Mucho balurdo y bochinche, / y después, no pasa nada… / Avivate, che, mamerto, / cartonazo y zanagoria, / ¿no junás que este merengue, / es siempre la misma historia? / Pura cáscara y baruyo, / el espiche remanyado; / fayutas cortinas de humo, / el trucho cartón pintado… / Avivate, papa frita, / despertá del apoliyo, / para no ser, cachirulo, / sólo un triste poligriyo. / Avivate, de una vez, / que no te chapen de otario, / mientras vos la puchereás / con tu duro yugo diario. / Avivate, che, tarugo, / – te lo pide un buen gomía -, / ya podrido de la mugre / y de tanta porquería…/ Terminá con el cabrón, / garca, rufián y pirata; / los tongos y las matufias, / verso, bolazo y sanata. / Qué no te afanen la guita, / – memorizá la enseñanza -, / y no te morfen los sueños, / la ilusión y la esperanza. / Y jurame por la vieja, / te lo tengo que batir -: / Qué nunca, que nunca más, / te dejarás engrupir. –