Reflexión lunfarda: San Valentín y el Día de los Enamorados.

Reflexión lunfarda: San Valentín y el Día de los Enamorados.

febrero 16, 2018 0 Por archivol
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El pasado 14 de febrero, hubo de conmemorarse, la antigua y muy arraigada celebración religiosa y popular de San Valentín, una festividad que, nos recuerda la simpática y entrañable figura, de este joven y valeroso sacerdote, quien en los tiempos, del cruel y sanguinario Imperio Romano, llevaba a cabo, una serie de ceremonias matrimoniales, de acuerdo con el espíritu y el rito cristianos, no obstante, la severa prohibición, de las inflexibles e implacables autoridades de la época. San Valentín, desoyendo aquella rigurosa advertencia, realizaba, igualmente, esos matrimonios, entregándoles a las futuras esposas, una bella flor blanca, como un símbolo o emblema de pureza y de fidelidad conyugal. En un principio, se determinó su encarcelamiento, y con posterioridad, fue decapitado, bajo el gobierno del emperador Claudio II, el 14 de febrero del año 270; transformándose así, en un auténtico y glorioso mártir del evangelio, la fraterna y humanitaria doctrina de Jesús y, la historia de la Iglesia. En nuestra ciudad, durante la década de 1940, se efectuaba la fiesta de San Valentín, en los ámbitos de la parroquia Nuestra Señora del Carmen, donde se había entronizado, la respectiva imagen de dicho santo. El sábado 14 de febrero de 1948, hace ya, exactamente, setenta años transcurridos, tuvo lugar, la citada festividad, en honor de San Valentín. La crónica periodística, nos informaba que: “Hoy, sábado 14 de febrero, a las 10, se oficiará en la iglesia del Carmen, una solemne misa cantada, en honor de San Valentín mártir, por el coro de niñas de la Congregación de Santa Marta y panegírico del santo, por un sacerdote agustino. Terminada la misa, se organizará la procesión, con la imagen del santo, siendo el recorrido, hasta la plaza 9 de Julio. Durante la procesión, las niñas de Santa Marta, cantarán gozos al santo y a la Virgen del Carmen, dando al final, la bendición, con el Santísimo. La fiesta, se anunciará con disparos de bombas, y la comisión de festejos, invita al público, a asistir a los cultos religiosos”. Hoy, más que nunca, debemos remarcar y subrayar, la esencial y fundamental importancia del amor, como un sublime y divino sentimiento, que dignifica, ennoblece y enaltece, a todos los Hombres. Bien lo puntualizaba el apóstol San Pablo, en su carta a los Corintios: “Si yo hablase lenguas humanas y angélicas, y no tengo amor, vengo a ser como metal que resuena, o címbalo que retiñe. Y si tuviese profecía, y entendiese todos los misterios y toda ciencia, y si tuviese toda la fe, de tal manera que trasladase los montes, y no tengo amor, nada soy. Y si repartiese todos mis bienes para dar de comer a los pobres, y si entregase mi cuerpo para ser quemado, y no tengo amor, de nada me sirve. El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece; no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor; no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad. Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta…“Y yo, al final, digo ahora, en este soneto lunfa, dedicado a mi esposa y compañera del camino, Nélida Ester Dabi.

Cuando estoy a tu lado, por Carlos Armando Costanzo, fundador y director, organizador del Archivo Literario Municipal y el Salón del Periodismo Chivilcoyano, y miembro correspondiente de la Academia de Folklore de la Provincia de Buenos Aires y la Academia Porteña del Lunfardo.

Cuando estoy, che, percanta, aquí, a tu lado, yo me siento, más piola y más canchero; se me llena de sueños, el balero, y el bulín, hace facha, perfumado. La matina comienzo, ilusionado, bajo un rayo de sol, posta y diquero, y así canto, garifo, el yorno entero, con un cuore feliz y enamorado. Cuando estoy junto a vos, che, naifa buena, se me raja del alma, toda pena, y me chapa una paz, que no se olvida… Porque sos, esa estreya linda y pura, que volvés claridad,la cheno obscura, y alumbrás el sendero de mi vida.