El Salón del Periodismo Chivilcoyano, y su fundación, en febrero de 1994.

El Salón del Periodismo Chivilcoyano, y su fundación, en febrero de 1994.

febrero 19, 2018 0 Por archivol
Compartir

Salón del Periodismo Chivilcoyano, fundado y organizado, por Carlos Armando Costanzo, el 21 de febrero de 1994. Tiene su sede, en la calle Balcarce Nro. 39, de nuestra ciudad.

El 21 de febrero de 1994, hubieron de establecerse, las firmes bases fundacionales, del Salón del Periodismo Chivilcoyano, archivo, museo y biblioteca, ubicado en la calle Balcarce Nro. 39, de nuestra ciudad. Dicho repositorio, se creó, a través de la entusiasta iniciativa y la empeñosa acción realizadora, del procurador Carlos Armando Costanzo, su organizador y director. En las citadas instalaciones, siempre abiertas al vecindario y a toda la comunidad, pueden observarse, numerosas colecciones gráficas y periodísticas, de distintas épocas; libros, de la más diversa temática; enciclopedias; folletos y, una abundante y apreciable documentación, directa y estrechamente ligada, a nuestro pasado lugareño, la memoria colectiva, la identidad ciudadana, y la historia de Chivilcoy. El Salón del Periodismo Chivilcoyano, ha reunido objetos y elementos antiguos, pertenecientes al ayer, de las viejas imprentas locales y la vida informativa, de la prensa, de nuestra ciudad; siempre con un propósito docente, didáctico y educativo, de contribuir a un mayor conocimiento y valoración, de la historia y el pasado. El Salón, funciona en un inmueble, sito en la calle Balcarce Nro. 39, de Chivilcoy. Recordemos que, con anterioridad, el procurador Carlos Armando Costanzo, promovió la fundación del Archivo Literario Municipal, creado el 18 de octubre de 1984, y ambas instituciones, tienen el mismo objetivo, de rescatar, almacenar, salvaguardar y difundir, en una permanente evocación histórica, el ayer chivilcoyano; un ayer que, no debemos olvidar.

El ayer chivilcoyano, por Carlos Armando Costanzo.

Hoy, de pronto, yo quisiera, por un camino lejano, regresar, fiel y dichoso, al ayer chivilcoyano, y descubrir, como un sueño, de un modo feliz y mágico, un paisaje diferente, otro mundo ciudadano, los sucesos de la historia, y las cosas del pasado. Ese ayer, que encuentro, entonces, con sus aromas y encanto, su imagen casi perdida, y sus nombres olvidados, en medio de la llanura, junto al surco y el arado, los tan nobles labradores, los trigales de los campos, los bueyes y las carretas, el galope de un caballo, algún ombú, en la distancia, un sauce y un viejo rancho… Ese ayer, al que retorno, con los ojos asombrados, una sincera emoción, y un anhelo esperanzado, para así, ver muy de cerca, otro tiempo que ignoramos, detrás de dormidas huellas, y del polvo de los años… Ese ayer, cuyo recuerdo, es una voz, siempre en alto, que nos habla de episodios, y de hombres bien esforzados, con un gran y hermoso ejemplo, de honradez y de trabajo, los valores, la moral, y los principios humanos… Hoy, de pronto, yo quisiera, regresar hasta el pasado, y sentir, dentro del alma, el ayer chivilcoyano.