Tres sonetos morales, para la reflexión.

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Moral.-IlustraciónTres sonetos morales, por Carlos Armando Costanzo, fundador y director – organizador del Archivo Literario Municipal y el Salón del Periodismo Chivilcoyano, y miembro académico correspondiente de la Academia Porteña del Lunfardo.

Debemos recuperar los principios y valores éticos, la honradez, la justicia, la educación y el saber, el respeto, la rectitud y, la conciencia, la cultura y el espíritu del trabajo, el esfuerzo, el estudio y los auténticos y reales méritos.

Hay que predicar y sembrar con el buen ejemplo, la conducta y el testimonio de nuestra vida. Un buen ejemplo, representa mucho más, que miles de vanas palabras y meras expresiones verbales. Hay que predicar, infundiendo, inculcando y transmitiendo, enseñanzas, conocimientos y valores.

Los hombres como los árboles, se conocen y aprecian por sus propios frutos.

Tenemos que sembrar  

Tenemos que sembrar, sembrar ahora, en tiempos de dolor y de pobreza, una tierna simiente de nobleza, de ilusión y de gracia bienhechora. Sembrar con mano firme y luchadora, – voluntad, decisión y fortaleza -, un mensaje de sueños y belleza, de optimismo y de vida salvadora. Ir sembrando, sembrando cada día, la justicia, la paz y la alegría, la honradez, los valores, la confianza… Y así, con un anhelo bien genuino, ser, por siempre, a lo largo del camino, sembradores de amor, fe y esperanza.

Hoy debemos luchar

Hoy debemos luchar con entereza, por la vida, la paz y la dulzura, la verdad, la justicia, clara y pura, el amor, la honradez y la nobleza. De una forma tenaz – garra y firmeza -, hoy debemos luchar por la cultura, y sentir todo el bien y la ternura, con un alma de sueños y belleza. Hoy debemos luchar por los valores, nuestros propios ideales y fervores, la ilusión y esa luz que no se alcanza… Y colmados de un sano patriotismo, seguir siempre de pie, con optimismo, este rumbo de lucha y esperanza.

Refundemos la Patria

Hoy, con ansias, fervor y fortaleza, refundemos la Patria tan sufrida, que padece, golpeada y abatida, la injusticia, el dolor y la pobreza. Refundemos la Patria, con nobleza, y después, de una forma bien unida, construyamos un tiempo y una vida, de trabajo, esperanza, fe y grandeza. Refundemos la Patria y sus cimientos, con valores y nuevos pensamientos, el honor, la moral, pura y genuina… Y soñando una etapa promisoria, iniciemos al fin la bella historia de otra límpida y próspera Argentina.