El último tren, de la Estación Ferroviaria “Norte” (1968).

El último tren, de la Estación Ferroviaria “Norte” (1968).

febrero 6, 2018 0 Por archivol
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La antigua e inolvidable Estación Ferroviaria «Norte», de Chivilcoy, cuando partió, el último tren, aquel histórico domingo 13 de octubre de 1968. El vecindario chivilcoyano, lo despidió en los andenes, con un sincero sentimiento, de profunda tristeza…

El 13 de octubre de 1968, a la hora 20. 35, se registraba, un trascendente y memorable episodio, para la historia de nuestra ciudad, el cual, sin dudas, dejó en el espíritu del vecindario, y en el corazón de toda la comunidad chivilcoyana, un profundo y sincero sentimiento de amargura, congoja, recuerdos, nostalgias y gris añoranza: la partida del último tren, de la antigua y querida Estación “Norte”, que había sido clausurada, de un modo drástico y terminante, por disposición, de las entonces autoridades, de la empresa Ferrocarriles Argentinos. La vieja e inolvidable Estación “Norte”, que acreditaba una larga y muy fecunda trayectoria, de más de un extenso siglo, desde su feliz y promisoria inauguración, aquel 11 de septiembre de 1866, cuando el ferrocarril, hubo de arribar, a esta fértil y próspera región geográfica, del oeste de la provincia de Buenos Aires. La vieja e inolvidable Estación “Norte”, que fuera, durante muchas décadas, fiel testigo, de una intensa y extraordinaria actividad, en aquel populoso barrio de la plaza España, con la presencia de hoteles, fondas, bares y peluquerías; múltiples movimientos y operaciones comerciales, y una gran afluencia de pasajeros… La vieja e inolvidable Estación “Norte”, que constituyó, de una manera nítida y palmaria, un factor fundamental, en el desarrollo agropecuario y mercantil, y en el venturoso y esperanzado progreso general de Chivilcoy. La vieja e inolvidable Estación “Norte”, posteriormente demolida, que se redujo a escombros y a la nada; levantándose los respectivos rieles, de una forma casi inmediata. La vieja e inolvidable Estación “Norte”, hoy, en la memoria de muchos chivilcoyanos, como una pintoresca y ya amarillenta estampa, de nuestro pasado lugareño; un ayer que, debemos recuperar y salvaguardar, cada día…

Un curioso Volante, de la empresa “Ferrocarril Oeste”

En el patrimonio documental, histórico y bibliográfico, del Archivo Literario Municipal, conservamos un curioso y atrayente Volante, de la empresa “Ferrocarril Oeste”, editado durante la década de 1940, el cual, se titula “Chivilcoy en la palma de su mano”, y ofrece a los lectores, una muy útil y valiosa información, acerca de los distintos horarios de trenes, y el precio de los correspondientes boletos; como también, sobre las Oficinas  y los Servicios Públicos; los diferentes clubes, centros culturales y deportivos e instituciones comunitarias; las parroquias y cultos de la ciudad; establecimientos educacionales; hoteles y órganos de prensa. En aquella época, ejercía el cargo de Jefe de la Estación “Norte”, Don Antonio Challiol, y era titular de la Estación “Sud”, Don Alfredo Armisen. El citado Volante, señalaba que: «Chivilcoy, palabra araucana, significaba, territorio que reúne las lagunas». Además, puntualizaba que, en aquel momento, la ciudad, contaba con una población, de 43.593 habitantes.

El último tren, por el procurador Carlos Armando Costanzo, fundador y director – organizador del Archivo Literario Municipal y el Salón del Periodismo Chivilcoyano.

Fue en la quietud rural de la mañana, cuando sonó el silbato a despedida, y entonces, emprendiste la partida, tras el adiós postrer, de la campana. Dejaste al irte así, toda una vana espera, en los andenes, ya sin vida; dolor de gris vacío y una herida, bajo la piel del alma provinciana… Después, una estación triste y desierta. Silencio, obscuridad, barrera muerta, herrumbre, olvido, gris melancolía… Sólo quedó algún duende ferroviario, que cada noche, en largo itinerario, desanda sus recuerdos, por la vía. La ilusión, de una azul locomotora, consuela al viejo riel, que abandonado, hoy, sueña con vagones del pasado, y junto a un pastizal, dormita y llora…