Encontrar el camino del trabajo y la honradez…
De nada sirven los planes y programas macroeconómicos – en su mayor parte, doctrinas y teorías, puramente abstractas, etéreas y platónicas, que se estudian en las universidades y academias, pero que suelen carecer de sentido práctico y están muy lejos de la realidad cotidiana y del contexto humano y social -, si no encontramos, ante todo, el camino del trabajo y la honradez…
Hoy, más que nunca, para salvar al país y a la Patria, debemos encontrar todos unidos, por un mismo y hondo sentimiento de nación y argentinidad, el camino del trabajo y la honradez…
El trabajo fecundo, de las actividades productivas, el crecimiento, el desarrollo, el impulso progresista, la firme pujanza, la fuerza laboral y, la generación de mano de obra y de riqueza…
La noble y clara honradez, de la frente alta, las manos limpias, el honor, la dignidad, la probidad, la integridad en los actos y procederes, la entereza personal y la rectitud de conducta…
Hoy, más que nunca, para salvar al país y a la Patria, necesitamos poner la voluntad, el hombro y las mejores y más entusiastas ganas, con el esfuerzo mancomunado y fraterno y, la amplia y solidaria cooperación de todos, sin excepciones, favoritismos ni injustos privilegios…
Hoy, más que nunca, necesitamos recobrar los viejos y gloriosos valores morales, de esos tiempos ya pasados y añorados; los valores morales, humanos, sociales y comunitarios, que hicieron grande y próspera a la Argentina…
De nada sirven los rimbombantes y espectaculares planes y programas macroeconómicos – muchas veces, meramente abstractos, teóricos e ilusorios -, si, en primer lugar, no encontramos el auténtico y verdadero camino del trabajo y la honradez, y podamos volver a transitar, así, aquel sendero…, el único sendero, para levantar el país, todos los argentinos…
Encontrar el camino, por el procurador Carlos Armando Costanzo, fundador y director – organizador del Archivo Literario Municipal y el Salón del Periodismo Chivilcoyano, y miembro correspondiente de la Academia de Folklore de la provincia de Buenos Aires y la Academia Porteña del Lunfardo.
Quiera Dios, che, petiso, que algún día, / podamos encontrar – pulenta anhelo -, / el amor de un espíritu fratelo, / la verdad, sin tramoya y fulería… / Podamos encontrar, caro gomía, / la justicia, sin trampas ni camelo; / los debutes valores y un gran cielo / de banana ilusión y de alegría… Y muy lejos del chorro y tanto chanta, / la malaria del tipo siempre en yanta, / los curros y el dolor de la vejez…, / podamos encontrar – posta destino -, / una luz salvadora y el camino / del fecundo laburo y la honradez.