El poeta y diplomático, Leopoldo Díaz, nacido en Chivilcoy, en 1862, y fallecido en Buenos Aires, en 1947.
El 28 de septiembre de 1947, a los 85 años de edad, falleció en Buenos Aires, el inspirado y eximio poeta, traductor y diplomático chivilcoyano, Leopoldo Díaz, admirable sonetista y relevante figura, en la historia de nuestras letras argentinas; quien supo destacarse y caracterizarse, por su elevado sentir creativo, su gran maestría literaria, su vasta formación cultural, su profunda emoción interior y, su exquisito y refinado lirismo. Había nacido, el 11 de agosto de 1862, en el hogar del comerciante español, oriundo de Málaga, Don Lorenzo Díaz, y de Doña Martina Calderón, y fue primo hermano, del alto vate lugareño, Carlos Ortiz (1870- 1910). Representante de nuestro país, en diferentes naciones, americanas y europeas, se desempeñó como secretario de Legación, encargado de Negocios y cónsul general, en Paraguay, Venezuela, Suiza y Noruega. Efectuó significativas traducciones, de autores franceses, italianos, ingleses y portugueses; ejerció el periodismo, fue miembro fundador, de la Academia Argentina de Letras, creada en 1931, y correspondiente de la Real Academia Española. De sus obras editadas, citaremos los libros: “Los genios”, “Fuegos fatuos”, “La cólera del bronce”, “Poemas”, “Bajorrelieves”, “Las sombras de Hellas”, “Las ánforas y las urnas”, “Atlántida conquistada”, “Traducciones”, “El sueño de una noche de invierno”, “En la batalla”, “Canto a Byron”; los libretos de ópera “Tucumán” y “Ariana y Dionisyos”, etc. Perteneció al movimiento Parnasiano, y en muchas de sus composiciones poéticas, le cantó a distintos motivos y temas, de la antigua mitología griega.
