Reflexión lunfarda: Soñar el país, en nuestra Argentina del eterno más de lo mismo…

Reflexión lunfarda: Soñar el país, en nuestra Argentina del eterno más de lo mismo…

septiembre 24, 2020 Desactivado Por archivol

Soñar la Argentina del futuro, donde reinen ante todo, la moral, la educación, los auténticos y reales méritos y la sagrada Cultura del Trabajo. Sin Trabajo y sin el esfuerzo mancomunado de todos, jamás habrá futuro, salida ni destino posible alguno: Es una senda que no nos conduce a ninguna parte…

Soñar el país del porvenir, con un proyecto de trabajo genuino, actividad industriosa y realizadora, producción, desarrollo económico, bienestar y riqueza.

Soñar el país del futuro, con moral, honestidad, educación y Cultura del Trabajo, lejos de la Argentina del siempre lo mismo… La Argentina de la unión fraternal, la verdad, la armoniosa concordia y la pacífica convivencia cívica, republicana y democrática, lejos de los odios, divisiones y antinomias,  la corrupción, la impunidad, la injusticia, las desigualdades sociales, la maldad y el egoísmo… La Argentina, del cartón pintado, las pantallas y cortinas de humo, las sanatas, el verso y el camelo, donde todo es lo mismo y todo da lo mismo… La Argentina, donde pierde el hombre cabal y honrado, y ganan los chantas y arribistas, truhanes, pillos, malandras y deshonestos…

Soñar el país de un futuro claro y luminoso, para dejar de ser esta Argentina del eterno y mortal más de lo mismo… Esta Argentina que no cambia nada (pues no existe propósito o intención de cambiar nada), nivela totalmente hacia abajo y va agudizando, intensificando y profundizando la ignorancia, el pauperismo y la miseria dependiente… (No podemos aguardar resultados distintos, haciendo siempre lo mismo…).

Soñar el país, laborioso, pujante y progresista, de la mentalidad, la conciencia y la sublime y sagrada Cultura del Trabajo, la inversión, las actividades productiva, el avance, el crecimiento y la generación de riqueza; para dejar de ser esta Argentina injusta, absurda e incomprensible, donde no cambia nada, nunca pasa nada, todo queda en la nada (impunidad total y absoluta), siempre se habla mucho de lo mismo, todo resulta ser lo mismo, toda da lo mismo, algunos se han hecho ricos, de manera ilegal, ilícita y espuria; otros muchos, viven de arriba, sin trabajar y, siempre, siempre pierde, se empobrece y hasta se funde la persona buena, honrada y decente, que trabaja, lucha, y abona sus impuestos y obligaciones fiscales y tributarias…

Soñar el país, con principios y valores morales, humanos, patrióticos y espirituales, donde se reivindiquen, resalten y revaloricen el buen concepto y el significado del mérito: “Lo que hace a un individuo digno de elogio, reconocimiento, recompensa y alabanza”. Sin la idea fundamental del mérito y el legítimo esfuerzo, y sin un adecuado mecanismo o sistema de premios o castigos, infortunadamente, todo da lo mismo y todo termina siendo siempre lo mismo: El individuo instruido e ilustrado o el ignorante y analfabeto; quien trabaja o el holgazán que vive de arriba; el hombre honesto o el buscón, malandrín, tránsfuga y delincuente…

El caracterizado, prestigioso y siempre recordado abogado, dirigente político, escritor, periodista y docente chivilcoyano, Dr. Francisco José Falabella (1920 – 1998) – de quien se ha cumplido el Centenario de su natalicio -,  ex comisionado municipal de nuestra ciudad, Juez en el fuero criminal, diputado en la Legislatura bonaerense y diputado en el Congreso Nacional, hacia fines de 1973, clara y sabiamente, puntualizaba: “La prioridad número uno es que todo el pueblo trabaje, que el trabajo sea fomentado y organizado por el Estado, y que mediante la multiplicación de los bienes y la riqueza – única fórmula -, se le pueda brindar al pueblo, el bienestar general”.

Debemos predicar y sembrar con el testimonio de nuestra conducta y el aleccionador y edificante ejemplo de vida, y recuperar – hoy, más que nunca -, los principios y valores y la Cultura del Trabajo. No podemos aguardar resultados distintos, haciendo siempre lo mismo; los pueblos que olvidan su pasado, están condenados a repetirlo; para que triunfe el mal, sólo se necesita que los buenos no hagan nada a fin de impedirlo; en el mundo, siempre cosecharemos lo que hemos sembrado y, los Hombres como los árboles, se conocen y aprecian por sus propios frutos.

Existe únicamente un rumbo: Volver al camino de la Educación, la Honestidad y la sagrada Cultura del Trabajo… Volver a los valores morales, las mejores expectativas, la hermosa ilusión y la querida y consoladora esperanza. Para encontrarle sentido a la Vida, en un país que merezca ser vivido por todos…

Soñar el país, por el procurador Carlos Armando Costanzo, fundador y director – organizador del Archivo Literario Municipal y el Salón del Periodismo Chivilcoyano, y miembro correspondiente de la Academia de Folklore de la Provincia de Buenos Aires y la Academia Porteña del Lunfardo.

Sueño y manyo un país – te lo aseguro -, de justicia fetén  y esperanzada, sin la bronca, el afano y la pavada, y con gente de bien y de laburo. Un país, sin bochinche fiero y duro, ni chantunes que engrupan la gilada, donde lejos de chorros y agachada, brille el sol, y al final, haya un futuro… Un país, sin malaria ni egoísmo, donde nunca, ya todo dé lo mismo, y no pierda y se funda el laburante… Relojeando , tal vez, tiempos mejores, sueño y manyo un país – flor de valores -, que de un modo tenaz, salga adelante. Un país, sin bajón ni desconfianza, con un guapo y debute porvenir, que abra un posta horizonte de esperanza, y que unido, sea digno de vivir.