La trágica muerte del poeta Carlos Ortiz
Herido en la noche del 2 de marzo, falleció a la mañana del día siguiente, el 3 de marzo de 1910.
El 3 de marzo de 1910, dejó de existir, a la prematura edad de 40 años, el inspirado y eximio poeta chivilcoyano, Carlos Ortiz, como consecuencia de las heridas de arma de fuego, que había sufrido, la noche anterior del 2 de marzo, durante el transcurso de un banquete, servido en los salones del Club Social, de nuestra ciudad, para despedir, al entonces director de la Escuela Normal, profesor Alejandro Mathus (1870 – 1921), quien, por razones de índole política – enfrentado con el régimen gubernativo, del dirigente político local, caudillo y ex intendente municipal, senador provincial y diputado nacional, Don Vicente Domingo Loveira -, fuera trasladado a la provincia de Mendoza. La trágica e incalificable muerte, del poeta Carlos Ortiz – una alta y exquisita voz lírica, de las letras de Chivilcoy, con una honrosa y bien merecida trascendencia, a nivel nacional e internacional -, constituyó un brutal e infame episodio, que alcanzó por entonces, una vasta resonancia, a través del periodismo porteño, la prensa de distintos lugares del país y, también, del exterior.
Carlos Ortiz, había nacido en la estancia “Las Palmeras”, ubicada dentro de nuestro Partido de Chivilcoy, el 27 de enero de 1870, siendo hijo de Don Francisco Ortiz y Acosta y Doña Petrona Calderón. En 1899, editó el volumen “Rosas del Crepúsculo”, bajo la influencia del movimiento literario, del gran vate nicaragüense, Rubén Darío, y en el mes de noviembre de 1901, entregó a la estampa, su obra cumbre y máxima: el bello y conmovedor “Poema de las Mieses”, dividido en un prólogo y doce cantos. “El Poema de las Mieses”, se reeditó, posteriormente, en 1919, mediante el sello gráfico de la “Cultura Argentina”; en 1962, gracias a la iniciativa de la poetisa, escritora, periodista, dramaturga y docente, Ángela Francisca Colombo, con un préstamo del Fondo Nacional de las Artes, y en el mes de septiembre de 1977, merced a la singular voluntad, emprendedora y hacedora, y a la ardua y esforzada labor, del impresor, investigador, escritor y hombre de la cultura chivilcoyana, Héctor Manuel Antuña. Además, en 1919, se efectuó otra edición del libro “Rosas del Crepúsculo”, y se recopilaron los textos poéticos inéditos de Carlos Ortiz, bajo los títulos: “El grito de los fuertes”, “El cuerno florido”, “Mensajes líricos” y “Cantos de amor, de esperanza y de duda”.
El 22 de octubre de 1939, al conmemorarse el 85 aniversario de la fundación de nuestra ciudad, durante la gestión del intendente municipal, Don Generoso Fernando Falivene, hubo de inaugurarse, en la plaza principal 25 de Mayo, el busto de Carlos Ortiz, una realización artística, del singular escultor argentino, Juan Zuretti. Por otra parte, en el mes de noviembre de 1963, a la Escuela primaria Nro. 28, ubicada sobre la avenida Dr. Antonio De Tomaso, y conocida popularmente, como la “escuela de chapas”, se le impuso el nombre De Carlos Ortiz, descubriéndose en el acceso al citado establecimiento, un busto del poeta, perteneciente al destacado y prestigioso escultor, docente y hombre público chivilcoyano, profesor Antonio Bardi. En aquel momento, la Escuela primaria Nro. 28, se hallaba a cargo, de los inquietos y laboriosos maestros normales, Rutilio Capobianco, y su esposa, Dora Grosso de Capobianco, pujantes gestores, propulsores y conductores, de la Unión Educadores Bonaerenses, de nuestra ciudad.
Asimismo, en el mes de enero de 1970, bajo la administración del intendente municipal, ingeniero José María Ferro, al conmemorarse el centenario del natalicio, del poeta Carlos Ortiz, hubo de asignársele su preclaro y luminoso nombre, a la calle Nro. 75, de Chivilcoy.
Procurador Carlos Armando Costanzo, fundador y director – organizador del Archivo Literario Municipal y el Salón del Periodismo Chivilcoyano.
Germán Carlos Nicolini, máster en P. C. e Informática, secretario del Archivo Literario Municipal.