Chivilcoy, en el año 1923
Nuestra ciudad, hace ya, un siglo transcurrido…
En 1923, hubo de asumir como jefe de la comuna, Enrique Gerónimo Taramasco, quien, substituyó en sus funciones, al frente del Departamento Ejecutivo municipal, al anterior comisionado, farmacéutico Fidel Florán. Rigió los destinos de nuestra ciudad, hasta 1924, cuando lo reemplazó Sebastián Berrondo. Taramasco, cumplió una administración modesta y austera, que se caracterizó por su responsabilidad, transparencia ética y honradez.
Se registró la aparición gráfica, del periódico “La Tarde”, una publicación, bajo la diestra y avezada dirección, del destacado periodista de la época, Juan Guidobono Bianchi y, asimismo, salió a luz, la revista estudiantil, denominada “Juventud”, que editaron los alumnos del viejo Colegio Nacional de Chivilcoy. Recordemos que, dicho establecimiento educacional, inaugurado el 17 de mayo de 1914, funcionó, desde aquella fecha, hasta 1939, en una antigua casona, sita en la intersección de las calles San Lorenzo y Garibaldi, la cual, había sido arrendada a la familia Badano.
También, circuló en distintos ámbitos y esferas, de la sociedad chivilcoyana de entonces, un interesante e ilustrativo “Boletín”, de la Cosmopolita, una sociedad cooperativa, de carácter asistencial, que se fundara el 13 de abril de 1912, y que supo desenvolver, a lo largo de muchas décadas, una sostenida y fructífera trayectoria institucional, al servicio de la comunidad. El citado “Boletín”, dirigido por el notable y prestigioso médico lugareño, Dr. Pedro S. Acuña, ofrecía a los lectores, todo un amplio y heterogéneo bagaje informativo, con distintos comentarios, instrucciones, recomendaciones sanitarias y, didácticos consejos, sobre prevención de enfermedades y preservación de la salud. La mencionada publicación, cesó en sus ediciones, hacia el año 1930.
En la faz de las obras públicas, se efectuó la inauguración del puente “La Salada”, situado sobre el camino, rumbo a Ramón Biaus, y en lo que respecta a las visitas de funcionarios nacionales y provinciales, estuvo en Chivilcoy, el gobernador bonaerense, Dr. José Luis Cantilo, quien procedió a la habilitación oficial, de la Exposición Regional de Fomento Agrícola.
En aquel tiempo, hubo de alcanzar una profunda gravitación y, una muy significativa notoriedad, la casi legendaria figura del comisario Alcides Calvento Roquart que, en todo momento y circunstancia, se distinguió por su extraordinario coraje y su espíritu enérgico y valeroso; luchando, de una manera implacable y heroica, contra elementos orilleros y marginales y, el submundo del hampa y la delincuencia. Chivilcoy, tristemente había logrado, una obscura y repudiable fama de “pueblo bravo”, por la presencia de diferentes bandas o pandillas de guapos y compadritos, reyertas y riñas, en las calles, y recios y violentos tiroteos, con un penoso saldo de muertos y de heridos, en esas contiendas. El comisario Calvento, pudo restablecer el orden perdido, y le devolvió al vecindario, la paz, la seguridad y la tranquilidad, que tanto ansiaban; conquistándose así, – merced a su porte, su estampa y su acción tan efectiva -, el profundo respeto y la mayor admiración, de nuestra comunidad chivilcoyana. La Comisaría de Policía, por entonces, funcionaba en un inmueble de la calle Lavalle Nro. 28, que contaba con oficinas de índole administrativa, un patio y, los respectivos calabozos, donde eran alojados los detenidos. Permaneció allí, hasta el 1 de enero de 1929, cuando se inauguró el edificio de la actual Comisaría, sito sobre la calle San Martín 75.
Procurador Carlos Armando Costanzo, fundador y director – organizador del Archivo Literario Municipal y el Salón del Periodismo Chivilcoyano.
Germán Carlos Nicolini, máster en P. C. e Informática, secretario del Archivo Literario Municipal.