Un reportaje de 1973, al Dr. Francisco José Falabella, hace ya, medio siglo transcurrido…

Un reportaje de 1973, al Dr. Francisco José Falabella, hace ya, medio siglo transcurrido…

diciembre 29, 2023 Desactivado Por archivol

Se publicó en las páginas de la revista porteña “Gente”, a fines de aquel año

Sus proféticas palabras, acerca de la importancia del trabajo y el bienestar popular

La verdadera razón de la prosperidad argentina, entre los años 1880  y 1916

A fines de 1973 – hace ya, medio siglo transcurrido -, hubo de publicarse en las páginas, de la difundida revista porteña “Gente”, una extensa e ilustrativa entrevista, al tan prestigioso y siempre recordado abogado, dirigente político, orador, escritor, periodista, docente y hombre público chivilcoyano, Dr. Francisco José Falabella, quien había nacido el 4 de junio de 1920 y falleció, a la edad de 77 años, el 11 de febrero de 1998, después de una infatigable y singular existencia y una rica y valiosa trayectoria, en los más diversos ámbitos partidistas, sociales, institucionales y educativos; donde en todo momento, se distinguió y caracterizó por su brillante inteligencia, su vasta erudición, sus extraordinarias aptitudes para la elocuencia, sus múltiples iniciativas e inquietudes personales, su fiel e inquebrantable coherencia ideológica y, el sobresaliente rasgo de su  gran simpatía y su espontánea y proverbial generosidad.

En 1973, el Dr. Falabella, ocupaba una banca de diputado nacional en el Congreso, tras haber resultado electo en los comicios del domingo 11 de marzo, de aquel año. Con anterioridad, a principios de la década de 1960, ejerció como diputado provincial, en la Legislatura bonaerense, y tiempo antes, fue juez del fuero penal, en el Departamento Judicial Mercedes, hacia 1955, y comisionado municipal de Chivilcoy, en 1957; habiendo también, atravesado por el recinto del Honorable Concejo Deliberante, en calidad de edil.

En aquel reportaje de la revista “Gente”, titulado: “Un diputado peleador y poco convencional”, el Dr. Falabella trazó una ilustrativa reseña sobre distintos aspectos, facetas y pormenores de su vida: el hogar y la familia, los vínculos afectivos, las relaciones humanas y los entrañables amigos chivilcoyanos; subrayando, de modo claro y enfático, algunos conceptos rectores, referidos a su claro e invariable pensamiento ideológico, la religión, la moral y las normas de conducta. Dicha entrevista, se hallaba acompañada por distintas imágenes fotográficas, del Dr. Falabella, con su núcleo familiar; en el Parlamento de la Nación; en el Club Social, de nuestra ciudad, junto a sus amistades y, en el templo de la Virgen Nuestra Señora del Carmen, al lado del cura párroco de entonces, el presbítero Toribio de la Calva.

En uno de los segmentos del reportaje, al referirse a la situación argentina de ese tiempo, el Dr. Falabella, manifestó: “La prioridad número uno es que todo el pueblo trabaje; que el trabajo sea estimulado y organizado por el Estado, y que mediante la multiplicación de los bienes y la riqueza – única fórmula -, se le pueda dar al pueblo, bienestar”. Sin dudas, proféticas palabras, acerca de la importancia del trabajo y el bienestar popular, que cobran una particular vigencia, en las horas actuales. Palabras de hondo contenido y, una magistral definición, que reivindica la significación primordial y fundamental del trabajo. Únicamente, el país podrá recuperarse, reconstituirse y salir adelante, gracias al impulso y el empuje y, a través de la fuerza constructiva, pujante y poderosa del trabajo. Lo demás, son meras teorías y doctrinas económicas, en un plano académico, declaratorio y abstracto, muchas veces, alejadas del cuadro concreto y objetivo, de la realidad diaria y la práctica cotidiana. El país, solamente habrá de levantarse y fortalecerse, en el futuro, merced a la acción productiva y hacedora del trabajo, más que a las dogmáticas teorías, estudiadas y repetidas por los economistas profesionales, en los claustros universitarios.

Y aquí tenemos un ejemplo irrefutable: Algunos suelen afirmar que, el mayor desarrollo y esplendor de la República Argentina, se logró bajo los gobiernos liberales y conservadores, en el período comprendido entre los años 1880 y 1916, con las presidencias del teniente general Julio Argentino Roca, el Dr. Miguel Juárez Celman, el Dr. Carlos Pellegrini, el Dr. Luis Sáenz Peña, el Dr. José Evaristo Uriburu, el Dr. Manuel Quintana, el Dr. José Figueroa Alcorta, el Dr. Roque Sáenz Peña y el Dr. Victorino de la Plaza. Más allá de los análisis, consideraciones y evaluaciones, sobre los aspectos positivos y negativos de estos gobiernos, el rol de las clases dominantes y la ausencia de participación y protagonismo populares, hay un dato clave y esencial: las grandes corrientes inmigratorias europeas, que aportaron trabajo y mano de obra, en abundancia.

 En ese tiempo, buena parte, y en algunos lugares geográficos, casi la mitad de la población del país, era de origen extranjero, y la presencia de aquellas corrientes inmigratorias, determinó así, el nacimiento de una típica y pintoresca jerga idiomática: el lunfardo, como un peculiar fenómeno lingüístico del habla cotidiana, que proliferó en los conventillos, los bares y despachos de bebidas, las casas prostibularias y los ambientes del tango. .Conclusión: el trabajo de los tan abnegados y laboriosos inmigrantes, forjó la prosperidad y la opulencia del país, convirtiendo a la República Argentina, en el “granero del mundo” y, en una de las naciones más pujantes, ricas y progresistas. La Argentina fue grande – más allá de las políticas liberales y conservadoras, de los gobiernos de turno -, por la potencia y la energía del trabajo, la producción y la generación de riqueza. Sin trabajo, las políticas liberales y conservadoras, por sí solas, nada habrían conseguido… La  clave, el secreto y la auténtica razón de la prosperidad argentina, entre los años 1880 y 1916, radicó, entonces, en la obra del trabajo… Y hoy, muchas décadas más tarde, la Argentina sólo habrá de ponerse de pie y salvarse, por los principios y valores morales de nuestra tradición e identidad nacionales, la educación y la enseñanza y, la sagrada y sublime cultura del trabajo. Esa cultura del trabajo, que tanto necesitamos recuperar y, que jamás deberíamos haber perdido…

Procurador Carlos Armando Costanzo, fundador y director – organizador del Archivo Literario Municipal y el Salón del Periodismo Chivilcoyano.

Germán Carlos Nicolini, máster en P. C. e Informática, secretario del Archivo Literario Municipal.