La importancia fundamental de la cultura del trabajo

La importancia fundamental de la cultura del trabajo

marzo 12, 2024 Desactivado Por archivol

Más allá de las palabras, los rimbombantes anuncios, los debates y las expresiones sonoras y declamatorias, ante todo necesitamos, de manera urgente e imperiosa, recobrar la cultura del trabajo. Porque sólo salvarán a la Argentina, la educación, la cultura y la escuela del trabajo. 

Solamente salvarán a la Argentina, la educación y la cultura del trabajo. Sin trabajo, no existen presente, porvenir ni destino alguno… Sin trabajo, únicamente hay meras palabras y palabras, pero careciéndose de logros y resultados… Sin trabajo, no cambiará nunca nada…

Saldremos adelante, merced al ahínco, los bríos y el impulso profundo del trabajo, traducidos en actividades productivas y generación de mano de obra, bienes y riqueza… El desarrollo, el crecimiento, la prosperidad y el auténtico progreso, únicamente se logran, gracias al trabajo fiel, perseverante y honrado… El trabajo dignifica al ser humano y, lo eleva y enriquece espiritualmente; haciéndolo sentir útil y beneficioso, en su propio ámbito social y, frente al prójimo y los semejantes…

Los programas y planes macroeconómicos – en su mayor parte basados, en doctrinas teóricas y abstractas, de estudio, análisis y divulgación, dentro del plano académico y universitario, pero sin aplicación y resultados prácticos, en la realidad cotidiana -, de nada sirven, si no están acompañados por el fomento, la promoción y la expansión masiva del trabajo…

En la segunda mitad del siglo XIX y las primeras décadas del XX, la Argentina acrecentó su potencial, de un modo notorio, en virtud de las vastas y tan numerosas corrientes de humildes y sacrificados inmigrantes, quienes, con su ejemplo de tesón, múltiples esfuerzos y admirable laboriosidad, aportaron al país, trabajo en gran escala; incrementaron la producción en los más diversos rubros y, multiplicaron la riqueza, de manera asombrosa y extraordinaria… De allí, la importancia fundamental de la cultura del trabajo, y la necesidad primordial de volver a ella, recuperando además, los valores morales, la educación y, el sentido ético y la conciencia de la rectitud y la honestidad… Sin trabajo, no hay presente, futuro, salida ni destino, y de este modo, continuaremos,  infortunadamente siendo, el país del siempre lo mismo y el más de lo mismo, que no despierta expectativas ni ofrece perspectivas halagüeñas, de un horizonte alentador y promisorio…

El caracterizado y prestigioso abogado, dirigente político, orador, escritor, docente y hombre público chivilcoyano, Dr. Francisco José Falabella (1920 – 1998), afirmaba en una declaración, ciertamente profética, de todo un visionario, vertida y expresada hacia fines de 1973, hace ya, más de cincuenta años transcurridos: “La prioridad número uno es que todo el pueblo trabaje; que el trabajo sea fomentado y organizado por el Estado, y que merced a la multiplicación de los bienes y la riqueza – única fórmula -, se le pueda dar al pueblo, bienestar general”.  Aquí residen entonces, la verdadera clave y el secreto: recuperar la cultura del trabajo, la producción, el desarrollo económico y, el bienestar colectivo, alejándonos de la ignorancia y la miseria…; de una Argentina vacía de expectativas, ilusiones y contenido, que no nos lleva ni conduce a ninguna parte…  Porque cultura del trabajo, es sinónimo de futuro, sueños y luminosa esperanza… Esa eterna y entrañable esperanza que, ahora más que nunca, tenemos que recobrar los argentinos, por nuestro bien y el de las nuevas generaciones de la patria… Una patria que, solamente, habrá de salvarse y salir adelante, gracias al bendito milagro del trabajo.

La cultura del trabajo, por el procurador Carlos Armando Costanzo, fundador y director – organizador del Archivo Literario Municipal y el Salón del Periodismo Chivilcoyano, y miembro correspondiente de la Academia de Folklore de la provincia de Buenos Aires y la Academia Porteña del Lunfardo.

Ya no hay otra, chabón – poné el oído, / y escuchá este chamuyo bien seguro -, / que el camino pujante del laburo, / y el embale tenaz y sostenido. / Ya no hay otra, que el posta y fiel latido / de un cuore sin bajón, alegre y puro, / para hacer más pintón, nuestro futuro, / quedando tanta mufa en el olvido… / Ya no hay otra, chabón, qué forte y piola, / vuelva a funcar y brote, muy chipola, / una fuerza pulenta, desde abajo… / Porque igual que el gran sol de la matina, / sólo habrá de salvar a la Argentina, / la debute cultura del trabajo.