El ejemplo del prócer de Mayo, en lunfardo…
Hoy, los argentinos, necesitamos más que nunca, tener como bandera, emblema y guía, el aleccionador y hermoso ejemplo del prócer de Mayo…
Ese prócer noble, valiente y generoso, que en una actitud de abierta y profunda entrega, todo lo dio por el bien de la Patria…
Ese prócer íntegro, honrado y probo, que careciendo de intereses espurios, deshonestidad, egoísmos, mezquindades ni ambiciones dinerarias, luchó desde la primera hora, por el progreso y el engrandecimiento de la Patria, sin pedir nunca, nada a cambio, ni reclamar recompensa alguna…
Ese prócer heroico y apasionado, cuyo corazón fervoroso, latió al compás de las luchas revolucionarias, siempre animado por el alto ideal de la libertad, la verdad y la justicia…
Ese prócer ilustre y glorioso, que nos dejó el tan perdurable y bello legado moral, de sus firmes convicciones, su rectitud de conducta y sus hondos valores humanos…
Ese prócer entusiasta y optimista, lleno de fe, alegría, ilusiones y esperanzas…
Ese prócer, quizá desconocido, ignorado u olvidado, que hoy merece nuestro mayor reconocimiento y homenaje, y que debemos honrar y venerar cada día, pensando en una Patria mejor para todos los argentinos…
La figura simbólica y luminosa, del eterno prócer de Mayo…
Hoy, volviste debute, del pasado, / y aquí estás otra vez, posta y pujante, / con tu cuore ardoroso y palpitante, / y tu espíritu forte y denodado. / Aquí estás, muy canchero y abnegado, / de manera pulenta y bien constante, / porque siempre cinchaste hacia delante, / y es un kilo, lo mucho que has luchado… / Aquí estás otra vez – cachuza gloria -, / aunque el viento fulero de la historia, / borró el nombre y tu pinta más genuina… / Y hoy, sabés – te lo bate mi garganta -, / se las da de gran prócer, cualquier chanta / que jamás laburó por la Argentina.