Domingo Faustino Sarmiento y Chivilcoy

Domingo Faustino Sarmiento y Chivilcoy

septiembre 9, 2025 Desactivado Por archivol

Se recuerda el 137 aniversario, del fallecimiento del fecundo e ilustre pedagogo, escritor, periodista, militar, gobernante y estadista argentino, Domingo Faustino Sarmiento, quien dejó de existir en Asunción del Paraguay, el 11 de septiembre de 1888. Había nacido en la ciudad de San Juan, el 15 de febrero de 1811. En su recordación y homenaje, se conmemora cada 11 de septiembre, el “Día del Maestro”. La figura de Sarmiento, se halla directa y entrañablemente unida a la historia y el desarrollo progresista de Chivilcoy, desde los heroicos y gloriosos momentos fundacionales de nuestra ciudad.

Sarmiento, descubrió las tan laboriosas y prósperas chacras chivilcoyanas, en la mañana estival del 27 de enero de 1852, cuando hubo de atravesar esta zona geográfica –particularmente, la “Laguna del Tigre” y las Saladas -, integrando el contingente bélico del Ejército Grande, del general Justo José de Urquiza, en calidad de boletinero. El insigne sanjuanino, se trasladaba en una lenta y pesada carreta, que transportaba una imprenta portátil, y así, podía redactar y editar, él mismo, los partes o “boletines” diarios, de aquellas tropas militares. Profundamente admirado, ante la belleza natural del paisaje, la opulenta plenitud de esas chacras y, la pujante contracción hacia el trabajo de los labradores lugareños, pronto estableció un vínculo franco y afectuoso con los pobladores, prometiéndoles su colaboración y su voluntad de apoyo, decidido y solidario.

En el mes de marzo de 1857, Sarmiento visitó Chivilcoy, para presidir la sentida y emotiva ceremonia oficial de inauguración de la primitiva Capilla del pueblo, pronunciando en esa especial ocasión, un elocuente y bello discurso, y el 13 de octubre – también, de 1857 -, mientras ocupaba una banca de senador en la Legislatura de la provincia de Buenos Aires, pudo lograr la sanción de la trascendental y tan valiosa “Ley de Tierras de Chivilcoy”, que promovió e impulsó, de una manera manifiesta, el desarrollo y el progreso de la agricultura de nuestra comarca. Once años más tarde, el sábado 3 de octubre de 1868, siendo ya presidente de la Nación electo, y a nueve días de asumir la primera magistratura del país, llegó a nuestra ciudad, y desde aquí – como una alta tribuna cívica -, proclamó su célebre discurso, programa de gobierno, expresando que: “Les prometo hacer Cien Chivilcoy, con tierra para cada padre de familia y escuelas para sus hijos”.

El 28 de julio de 1856, los miembros de la entonces Corporación Municipal, que se había instalado y constituido, el 25 de marzo, de aquel año, le enviaron una conceptuosa carta a Don Domingo Faustino Sarmiento, testimoniándole su mayor gratitud, y ofreciéndole el preciado obsequio de una “quinta cultivada en el ejido de este pueblo”. La mencionada quinta, se hallaba situada en cercanías de la Estación ferroviaria “Norte”, y Sarmiento nunca hubo de habitarla. Finalmente, la citada finca fue vendida, y el importe dinerario de la operación, remitido al ilustre prócer de la enseñanza. En el mes de noviembre de 1895, el Honorable Concejo Deliberante local, bautizó a las cuatro avenidas principales de Chivilcoy, y a una de ellas, hubo de asignarle el nombre de Domingo Faustino Sarmiento. A la Escuela Normal de nuestra ciudad, inaugurada el 12 de abril de 1905, se le impuso el nombre de Domingo Faustino Sarmiento, el 18 de abril de 1925, cuando conmemoró su vigésimo aniversario. Asimismo, la Escuela primaria Nro. 1, ubicada en la intersección de la calle Belgrano y la avenida Sarmiento, y demolida en el mes de abril de 1970, tenía la denominación de “Domingo Faustino Sarmiento”. El día patrio, 25 de Mayo de 1944, se inauguró en la plaza 9 de Julio de Chivilcoy, el monumento a Sarmiento, obra artística del escultor argentino, Juan Zuretti, y el 22 de octubre de 2007, en la celebración del 153 aniversario de la fundación de nuestra ciudad, se realizó la inauguración, en la plaza principal 25 de Mayo, de otro monumento sarmientino, en forma de libro; reproduciéndose los fragmentos más importantes del famoso discurso del 3 de octubre de 1868: “Les prometo hacer Cien Chivilcoy”. Dicha obra, pertenece a la siempre recordada artista plástica y docente, profesora María Ester Marangoni de Posik (1942 – 2013).  

A comienzos del mes de octubre de 1938, el ingeniero Mauricio Birabent, editó un libro sobre la historia chivilcoyana, al cual, le otorgó el título de “El Pueblo de Sarmiento”, y en el año 1988, en oportunidad del Centenario de su muerte, Don Vicente José Abriola, entregó a la estampa, el folleto evocativo “Domingo Faustino Sarmiento, el patriarca amigo de Chivilcoy”.

Domingo Faustino Sarmiento y Chivilcoy

Su presencia en la historia lugareña. Los homenajes que se le tributaron en nuestra ciudad

 Domingo Faustino Sarmiento, dejó de existir, en Asunción del Paraguay, a los 77 años de edad, el 11 de septiembre de 1888, después de una infatigable y fecunda trayectoria, de grandes luchas, esfuerzos, extraordinaria laboriosidad y, magnífica acción, constructiva y realizadora; habiendo ocupado la primera magistratura de la Nación, entre los años 1868 y 1874. Había nacido en la provincia de San Juan, el 15 de febrero de 1811.

Sarmiento, descubrió las prósperas chacras chivilcoyanas, cuando atravesó esta región geográfica del oeste bonaerense – más precisamente, la zona de la “laguna del Tigre”, en la actual localidad rural de Gorostiaga -, entre los días 27 y 29 de enero de 1852, integrando en calidad de boletinero, las huestes y el contingente bélico del Ejército Grande, del general Justo José de Urquiza, que se dirigía hacia la Capital, para enfrentar a las tropas del gobernador de la provincia de Buenos Aires, brigadier general Don Juan Manuel de Rosas; derrotándolas en la memorable batalla de Caseros, el 3 de febrero de 1852. Sarmiento, como un curioso boletinero, se desplazaba en una lenta y pesada carreta; transportando en el interior, una humilde imprenta portátil que, le permitía editar, los “partes diarios”, por él mismo redactados. Al hallar en este paraje, aquellas pujantes y admirables chacras, se sorprendió y conmovió, ante la nobleza y la tan formidable contracción al trabajo, de los habitantes chivilcoyanos, y de una manera espontánea y admirable, estableció desde entonces, una franca amistad y, un vínculo directo y afectuoso, con el modesto y laborioso vecindario. A mediados del mes de marzo de 1857, Sarmiento visitó Chivilcoy, para asistir a la ceremonia de inauguración, de la primitiva capilla de nuestro pueblo, pronunciando un enjundioso discurso, y el 13 de octubre, de ese mismo año, como senador en la Legislatura de la provincia de Buenos Aires, presentó un proyecto, y logró la sanción, de la singular “Ley de Tierras del Partido de Chivilcoy”, todo un valioso y trascendental hito o precedente, en el historial agrario argentino. Finalmente, en calidad de presidente electo de la República, el 3 de octubre de 1868, otra vez, trajo su presencia y su elocuente oratoria, a nuestra ciudad, enunciando su célebre programa de gobierno: “Les prometo hacer Cien Chivilcoy, con tierra para cada padre de familia y escuelas para sus hijos”.

El 28 de julio de 1856, la Corporación Municipal, como un claro testimonio de sincera gratitud, por sus importantes gestiones, en favor del pueblo, hubo de efectuarle la donación de una “quinta cultivada”, la cual, se hallaba situada en el sector de la antigua Estación ferroviaria (actual Terminal de Ómnibus, de Chivilcoy) y la planta del molino harinero de Martelletti Hnos. Sarmiento, nunca habitó esta quinta, la cual, mediante una operación inmobiliaria, hubo de venderse, finalmente, remitiéndose su respectivo aporte dinerario, al ilustre sanjuanino.

En noviembre de 1895, el Honorable Concejo Deliberante, sancionó una ordenanza que, bautizó a las cuatro principales avenidas, de nuestra ciudad y, a una de ellas, le impuso el insigne nombre de nombre de Domingo Faustino Sarmiento. El 12 de abril de 1905, se llevó a cabo la inauguración de la Escuela Normal, de Chivilcoy, adjudicándosele, posteriormente, el 18 de abril de 1925, la denominación de Domingo Faustino Sarmiento. Además, ostentaba idéntico nombre, la siempre recordada Escuela primaria Nro. 1 – sita en la intersección de la calle Belgrano y la avenida Sarmiento -, cuyo edificio se demolió, en el mes de abril de 1970. Asimismo, a la Escuela primaria Nro. 26, de la localidad rural de Indacochea, creada en 1903, se le impuso el nombre de Paula Albarracín, la abnegada madre de Domingo Faustino Sarmiento. El día patrio, 25 de mayo de 1944, en la plaza 9 de Julio, de nuestra ciudad, se procedió a inaugurar el monumento a Sarmiento, una obra artística, del escultor y artista plástico argentino, Juan Zuretti, y años más tarde, el 22 de octubre de 2007, se efectuó la inauguración de otro monumento sarmientino, en forma de libro, que diseñó la destacada artista plástica y docente chivilcoyana, profesora María Ester Marangoni de Posik. En el mes de octubre de 1938, el investigador, ensayista, escritor, poeta, periodista y docente, ingeniero agrónomo Mauricio Birabent, editó un interesante e ilustrativo libro, dedicado al ayer de Chivilcoy, desde sus orígenes, hasta el año 1880; bautizando a dicho volumen, con el nombre de “El Pueblo de Sarmiento”, en virtud de la profunda gravitación, moral y espiritual de Sarmiento, en la historia de nuestra ciudad; y en septiembre de 1988, con motivo del fallecimiento del prócer, el dirigente político y deportivo, investigador de nuestro pasado lugareño, orador, periodista y hombre público, Vicente José Abriola, entregó a la estampa, el folleto: “Domingo Faustino Sarmiento, el patriarca amigo de Chivilcoy”.

Procurador Carlos Armando Costanzo, fundador y director – organizador del Archivo Literario Municipal y el Salón del Periodismo Chivilcoyano.

Germán Carlos Nicolini, máster en P. C. e Informática, secretario del Archivo Literario Municipal.