La Argentina primaveral de la esperanza…
Qué dejando atrás, el país del siempre lo mismo y el más de lo mismo, resurja con nuevos y renovados bríos espirituales, la Argentina primaveral de la esperanza…
Qué dejando atrás, el país que sólo nivela e iguala hacia abajo, con ignorancia, analfabetismo, marginación social y miseria, florezca la Argentina primaveral del trabajo, las inversiones, la producción, el crecimiento económico, el desarrollo y la generación de expectativas, puestos laborales, mano de obra y promisoria riqueza…
Qué dejando atrás, el país donde triunfan los chantas y los chorros y, pierden los ciudadanos honestos y laburantes, porque resulta lo mismo, un hombre instruido que un ignorante, o una persona honrada que un delincuente, renazca la Argentina primaveral de los principios y valores morales, la justicia, frente a la impunidad judicial y la corruptela, la verdad, el respeto, la educación y la probidad y transparencia de conducta…
Qué dejando atrás, el país donde se distrae y engrupe a la gilada, con ficticias y engañosas pantallas televisivas y, se imponen, muchas veces, las ambiciones, los odios, las discordias y las antinomias, despierte la Argentina primaveral del amor hacia el prójimo, la paz, el reencuentro y la unión, noble y fraterna…
Qué dejando atrás, el país de las frustraciones, el desaliento y los fracasos, brote, de pronto, en la Argentina primaveral, una atmósfera de entusiasmo y regocijo, con profundas ganas de vivir, trabajar, luchar, avanzar y progresar…
Que dejando atrás todo lo nefasto y negativo, renazca una Argentina primaveral, con hombres de bien, moralmente sanos, justos, fraternales, generosos y solidarios, muy lejos de las chantas, los chorros, los garcas, los arribistas, los oportunistas y, los vulgares vendedores de imagen, meras y vanas palabras, figuración, apariencia, cortinas de humo, frivolidad y cartón pintado…
Qué dejando atrás todo lo malo, en una nueva Argentina primaveral, sobre un firmamento límpido y azulado, se asome el brillante sol de la alegría, el optimismo, las ilusiones y la mejor esperanza…
Qué no sea, chabón, más de lo mismo: / esa historia fulera y remanyada;/ tanto verso, la fiaca, la pavada, / la injusticia, el bajón y el pesimismo… / Qué no sea – la canto con realismo -, / la mistonga malaria bien junada; / el chamuyo que engrupe a la gilada / y la falta de amor y patriotismo… / Qué no sea, los curros y el afano, / el camelo, el balurdo cotidiano, / chantas, chorros y el mango que no alcanza… / Y qué un yorno florezca – gran futuro -, / la Argentina del morfi y el laburo, / la alegría y el sol de la esperanza.
Procurador Carlos Armando Costanzo, fundador y director – organizador del Archivo Literario Municipal y el Salón del Periodismo Chivilcoyano, y miembro de la Academia Porteña del Lunfardo.