El buen consejo lunfardo, en esta Argentina del siempre lo mismo, donde no cambia nada…

El buen consejo lunfardo, en esta Argentina del siempre lo mismo, donde no cambia nada…

diciembre 22, 2021 Desactivado Por archivol

El buen consejo lunfardo, para construir, edificar o levantar, nuestro propio mundo de felicidad, ilusiones, proyectos, esperanzas y sueños, prescindiendo por completo, y desechando totalmente a los chantas de siempre, quienes a diario, nos engañan o engrupen, y nos roban y matan el presente, el futuro, el destino y el horizonte de progreso… Quizá nuestra constante frustración, tristeza, depresión y desaliento, provengan de las falsas expectativas y perspectivas, esperando, esperando y esperando, un cambio o transformación, que nunca llega… No esperemos más nada…  Construyamos y forjemos nuestro propio espacio de trabajo, acción, anhelos, motivaciones y, firme y fecunda acción realizadora… No esperemos más, y hagámoslo ahora, antes que se nos vaya la vida… Porque tal vez, dentro de cinco, diez, quince o veinte años, de no modificarse o transformarse esta realidad objetiva, en la Argentina del siempre lo mismo, con idénticas problemáticas, a las actuales, continuaremos hablando lo mismo, lo mismo, lo mismo que ahora…     

Hoy, más que nunca, en esta Argentina del siempre, siempre lo mismo, donde infortunadamente, nunca cambia nada y, todo queda absolutamente en la nada, necesitamos, de una manera urgente y perentoria, un aleccionador y sabio consejo…

Un noble y edificante consejo, que nos ayude a encontrar la paz espiritual, el dulce y tierno consuelo, el hondo amor, la divina gracia, el suave regocijo interior y, la auténtica y verdadera alegría, muy lejos de los chantas de siempre, las ambiciones, las injusticias, la corrupción, la impunidad, la vanidad terrenal y, las miserias y ruindades humanas…

Un profundo y elevado consejo que, nos permita construir un ámbito íntimo y hogareño, de felicidad y bienestar, al margen de los chantas de siempre, que intentan robarnos y matarnos la alegría, el entusiasmo y las ganas de vivir, de trabajar, de luchar, de estudiar, de avanzar, de progresar y de soñar. Los chantas de siempre, que pretenden robar y matar la cultura del trabajo, la cultura del esfuerzo, la cultura del saber y del estudio, la cultura de las lucha y la perseverancia y, la cultura de los genuinos y reales méritos… Los chantas de siempre, en una Argentina del eterno y fatal círculo vicioso del siempre lo mismo, donde nunca cambia nada, no pasa nada, todo queda en la nada, siempre se habla mucho de lo mismo, todo resulta igual, toda da lo mismo y, todo termina inexorablemente siendo, siempre, siempre lo mismo… La Argentina que nivela permanentemente hacia abajo, con ignorancia, exclusión social, pauperismo y miseria dependiente, donde por desgracia, siempre pierde, se perjudica, se empobrece y, hasta se funde, el abnegado y anónimo laburante, aquella persona buena, honrada y decente, que trabaja, se sacrifica y, abona sus impuestos y obligaciones tributarias…

Un oportuno y valedero consejo, para que los chantas de siempre, no nos distraigan, entretengan, confundan, engañen o engrupan, como vulgares vendedores de imagen, cartón pintado, cortinas de humo y pescado podrido, con sus meras palabras, vacías de contenido alguno, su berreta apariencia exterior y sus frívolas y superfluas fachadas, de pantalla televisiva; mientras transcurren los días, las semanas, los meses, los años y las décadas; se nos esfuma y se nos va la vida; no cambia nunca, nunca nada y, todo, todo sigue, sigue siempre como está… Porque en este punto esencial, consiste el propósito u objetivo – el gran curro y el colosal negocio – de los chantas de siempre: Mantener los privilegios y beneficios; asegurarse la impunidad – jamás hay responsables de nada -, y que, en definitiva, nunca cambie nada, y todo, todo, todo, siga como está… Recordemos la novela “El Gatopardo” (1958), de Giuseppe Tomasi di Lampeduza: “Hay que cambiarlo todo, para que nadie cambie”.

No podemos aguardar resultados distintos, haciendo siempre lo mismo; para que triunfe el mal, sólo se necesita que los buenos no hagan nada, a fin de impedirlo; los pueblos que olvidan su pasado, están condenados a repetirlo; debemos predicar y sembrar con el testimonio de conducta y el ejemplo de nuestra vida y, los hombres, como los árboles, se conocen por sus frutos…

Un buen consejo lunfardo, para recuperar el esperanzado y luminoso camino, de la educación y la enseñanza, los principios y valores, el sentido ético, la conciencia moral, la honestidad y, la sagrada y sublime cultura del trabajo.

Consejo lunfa, por el procurador Carlos Armando Costanzo, fundador y director – organizador del Archivo Literario Municipal y el Salón del Periodismo Chivilcoyano, y miembro correspondiente de la Academia de Folklore de la provincia de Buenos Aires y la Academia Porteña del Lunfardo.

Si todo es, che, melón, siempre lo mismo, / mucho verso, y al fin, no cambia nada; / si te chapan, la fiaca y la pavada, / el despiole, el bajón y el pesimismo… / Si te mandan al bombo y el abismo, / y te engrupen, igual que a la gilada; / si soñás una vida abacanada, / y tener flor de embale y optimismo… / Si en cana, no va nunca, el pistolero, / no quedan ya valores, che, gomía, /gana el chorro y la pierde el laburante… / Rajá de tanto chanta bolacero, / juná un sol de ilusión y de alegría, / y cinchando feliz, seguí adelante.