El drama del jubilado, en lunfardo…

El drama del jubilado, en lunfardo…

febrero 26, 2024 Desactivado Por archivol

Desde hace ya varias décadas, el jubilado argentino, viene padeciendo el tan angustiante y doloroso drama de la insuficiencia económica de sus haberes y las múltiples y agobiantes necesidades, para enfrentar, con dignidad, entereza y coraje, tantas dificultades y vicisitudes de la existencia humana.

El drama del jubilado, con una vida y una trayectoria de consagración al trabajo, tesonero y sostenido, y todo un camino de arduas luchas y múltiples esfuerzos y sacrificios, a través de muchos, muchos años…

El drama del jubilado, que de una manera anónima y desconocida, mediante su laboriosidad y su valioso aporte, fue haciendo, silenciosa y humildemente, la patria nuestra de cada día…

El drama del jubilado, que todo lo dio, recibiendo como ínfima recompensa por sus servicios, muy poco, a cambio…

El drama del jubilado, que hoy más que nunca, merece la consideración y la mayor sensibilidad de los poderes públicos y, nuestro mejor reconocimiento y homenaje.

Un homenaje, para honrar su figura y enarbolar su ejemplo de trabajo, tenacidad, honradez y perseverancia. El ejemplo que, hoy, más que nunca, debe servirnos como luminosa guía, a todos los argentinos, porque el país – y esto debemos puntualmente, afirmarlo y remarcarlo-, habrá de salvarse y saldrá adelante, con la bendita educación y, la sagrada cultura del trabajo.

El jubilado, por el procurador Carlos Armando Costanzo, fundador y director – organizador del Archivo Literario Municipal y el Salón del Periodismo Chivilcoyano, y miembro correspondiente de la Academia de Folklore de la provincia de Buenos Aires y la Academia Porteña del Lunfardo.

Bancando la malaria, cada día, / después de andar a pie y haber yugado, / aquí estoy, ya forfai y bien sonado, / sin un mango ni un cacho de alegría. / Aquí estoy – lo deschavo, che, gomía -, / como un pobre gilún descangayado; / soy un  triste y mistongo jubilado, / puchereándola seco y en la vía… / Aquí esto, sin presente ni futuro, / después de lungos años de laburo, / a pata o en cachuza bicicleta… / Y si es que sigo así – viejo y al horno -, / yo me cuelgo a un cohete sin retorno, / y me rajo al final, a otro planeta. / Quiera Dios, que algún yorno tan soñado, / en un tiempo feliz, para junar, / tenga el pobre y doliente jubilado, / un pulenta y debute bienestar.