El hermoso recuerdo de la infancia, en la voz del lunfardo…
Hoy, la voz del lunfardo, de manera sentida y emotiva, nos acerca por un camino de nostalgias y añoranzas, al siempre hermoso e indeleble recuerdo de nuestra infancia…
Un recuerdo que, vuelve, de pronto, la memoria, a una etapa existencial y a un tiempo de límpido amor, tiernas ilusiones, candorosos sueños, fresca inocencia, dulzura y alegría…
Un recuerdo que, ennoblece y enriquece, profundamente, nuestros corazones, llenándolos de paz interior, claro bien, hondo regocijo, largo consuelo y mágica pureza…
Un recuerdo que, despierta y hace brotar en nosotros, una espontánea sonrisa, una especial reminiscencia o una lágrima de dolorosa pena…
Un recuerdo que, nos trae un amplio y entrañable bagaje de vivencias, anécdotas, episodios y momentos, los cuales, permanecen aún, nítidos y palpitantes, en el fondo del alma y el espíritu y, en la esencia y las entrañas de nuestra propia vida…
Un recuerdo que, nos aproxima a todo lo bueno, lo puro, lo divino y lo sublime y, por otra parte, nos aleja de las miserias, vilezas y ruindades humanas, las mezquindades y egoísmos, la vulgaridad, la pavada, la abyecta y corrupción moral y la maloliente podredumbre…
Un recuerdo que, nos permite evadirnos y nos libra de la repugnancia y el hartazgo, como de esta agobiante y asfixiante realidad cotidiana, de los chantas, los chorros y, los frívolos y superfluos tilingos, mersas y farabutes, vendedores de imagen y cortinas de humo, que engrupen y embaucan a la gente, con expresiones mentidas y engañosas, cartones pintados y espejitos de colores…
Un recuerdo que, frente a la frustración, el desencanto, la desazón y, el abrumador y fatal desaliento de esta Argentina, sin presente, porvenir ni destino – el país del siempre lo mismo y del más de lo mismo -; nos inyecta e infunde un manantial de gozo y una luz de esperanza…
Oración lunfarda a la infancia, por el procurador Carlos Armando Costanzo, fundador y director – organizador del Archivo Literario Municipal y el Salón del Periodismo Chivilcoyano, y miembro correspondiente de la Academia de Folklore de la provincia de Buenos Aires y la Academia Porteña del Lunfardo.
Che, Señor, este yorno yo quisiera, / ser el lindo purrete ilusionado, / que regresa al bulín de su pasado, / una tarde fetén de primavera. / Un purrete jugando en la vedera, / con un cuore feliz y emocionado; / una posta ilusión que se ha piantado, / y algún sueño mistongo, en la sesera… / Un purrete inocente, sin camelo, / que está cerca del más debute cielo, / en un tiempo chipola, a la distancia… / Y bien lejos de mugre y porquería, / otra vez, va chapando la alegría, / y el recuerdo canchero de la infancia.