El intenso calor reinante y la voz humorística del lunfardo
Las tan elevadas y sofocantes marcas térmicas, que se registraron en los tórridos y bochornosos días estivales, de estos meses de enero y febrero, sin dudas han suscitado el permanente e inevitable comentario callejero y, las más diversas opiniones, en los más variados ámbitos y lugares del vecindario y la comunidad. Las altas e insoportables temperaturas, se convirtieron en el tema principal, forzado y obligado de toda conversación o encuentro coloquial y, el calor del verano, con su sol abrasador y su aire de fuego, es también un oportuno motivo de inspiración, para el humor chispeante y sabroso, del lenguaje lunfardo.
El calor, por el procurador Carlos Armando Costanzo, fundador y director – organizador del Archivo Literario Municipal y el Salón del Periodismo Chivilcoyano, y miembro correspondiente de la Academia de Folklore de la provincia de Buenos Aires y la Academia Porteña del Lunfardo.
Este lorca infernal – fato agobiante -, / en la zapie mistonga, me ha dejado / como un triste chorlito, bien planchado, / sin aliento, forfai y agonizante… / Aquí estoy, patiyudo, a cada instante, / suplicando el respiro más ansiado, / y carburo, chinchudo y revirado, / el tomarme el camino del espiante… / Sólo pido en la lona, algún cachito / de aire piola, que traiga despacito, / la frescura debute y celestial… / Y hasta sueño – locuras masculinas -, en rajarme, de pronto, con dos minas, / a una playa de facha tropical.