EL PROCESO DE REORGANIZACIÓN NACIONAL Y SUS POLÍTICAS EDUCATIVAS Y CULTURALES

EL PROCESO DE REORGANIZACIÓN NACIONAL Y SUS POLÍTICAS EDUCATIVAS Y CULTURALES

junio 17, 2025 Desactivado Por archivol

                 CRITERIOS EMPLEADOS PARA LOS ESTABLECIMIENTOS DE ENSEÑANZA

     LA DESTRUCCIÓN DE LIBROS PROHIBIDOS Y LA PERSECUCIÓN DE ARTISTAS Y ESCRITORES

El miércoles 24 de marzo de 1976, hace ya, 49 años transcurridos, se produjo en el país un golpe de estado militar que, provocó el derrocamiento de la entonces presidenta de la Nación, María Stella Martínez de Perón, esposa del teniente general Juan Domingo Perón, quien, había asumido la primera magistratura de la República, tras el fallecimiento del teniente general Juan Domingo Perón, el 1 de julio de 1974. Con dicho golpe de estado castrense, se registraba, otra vez, en nuestro país, la ruptura del orden constitucional y el sistema democrático. Asumió la conducción de la Argentina, en nombre de las Fuerzas Armadas, una Junta militar, integrada por el teniente general Jorge Rafael Videla, el almirante Eduardo Masera y, el brigadier general Orlando Ramón Agosti. La Junta, anunció públicamente, de una manera oficial, los objetivos o propósitos fundamentales de aquella Junta de gobierno, encaminados, de una manera primordial, a combatir los movimientos subversivos y extremistas y, las células terroristas que, habían desencadenado en la Argentina, un clima y una atmósfera de violencia en gran escala, atroz y descontrolada. El Proceso de Reorganización Nacional, clausuró el Congreso; intervino las distintas provincias, cerrando sus legislaturas, clausuró los concejos deliberantes de las comunas y, destituyó a todas las autoridades democráticas, de nivel municipal, provincial y nacional; reemplazándolas por delegados del Poder Ejecutivo de la Nación e interventores federales. Pocos días más tarde, hacia fines del mes de marzo, la Junta designó como presidente de la Nación, al teniente general Jorge Rafael Videla, el cual asumió el cargo y sus respectivas funciones, conduciendo al país, hasta el mes de diciembre de 1980. Lo reemplazó luego, como presidente, el general Eduardo Viola, quien gobernó la Argentina, hasta diciembre de 1981. En esa fecha, hubo de asumir en calidad de presidente, el teniente general Leopoldo Fortunato Galtieri, bajo cuya gestión, se desarrolló, desde el 2 de abril, hasta el 14 de junio de 1982, el sangriento y trágico conflicto bélico entre nuestro país y Gran Bretaña, por las Islas Malvinas, Georgias y Sandwich del Sur. El teniente general Leopoldo Fortunato Galtieri, presentó su renuncia indeclinable, después de la derrota y la capitulación de las tropas argentinas, en junio de 1982, y con posterioridad asumió, en calidad de presidente de la Nación, el teniente general Reynaldo Benito Bignone, quien ejerció sus correspondientes funciones, durante los años 1982 y 1983, en la última etapa del denominado Proceso de Reorganización Nacional. Se convocó a elecciones generales, para el 30 de octubre de 1983 y, breve tiempo más tarde, de aquellos comicios, asumió como presidente de la Nación, en un nuevo período constitucional y democrático del país, el Dr. Raúl Ricardo Alfonsín, electo en los comicios del 30 de octubre. La ceremonia oficial de asunción del cargo, se registró el sábado 10 de diciembre de 1983.

Bajo la etapa del Proceso de Reorganización Nacional, en diferentes centros clandestinos de detención, se cometieron múltiples y atroces vejámenes y violaciones de los derechos humanos, con una gran cantidad de muertos y desaparecidos; en su mayor parte, jóvenes universitarios, sindicalistas, abogados, profesores universitarios, periodistas y personas integrantes de distintos movimientos y organizaciones sociales. Las autoridades, confeccionaron listas o nóminas de artistas teatrales, televisivos y cinematográficos y, de artistas musicales, que fueron terminantemente prohibidos y eliminados de los escenarios, las emisoras radiofónicas y los canales de televisión. En las emisoras de radio, no podían difundirse o propalarse los discos y los temas de esos intérpretes prohibidos, bajo apercibimiento de recibir las radios que violaren aquellas disposiciones legales, serias y drásticas sanciones. Se persiguió a los escritores y, algunos de ellos fueron asesinados o se encuentran desaparecidos. Podemos mencionar así, a Rodolfo Wals, Paco Urondo y Haroldo Conti; este último, oriundo de la ciudad bonaerense de Chacabuco. También, en diversas circunstancias y oportunidades, se quemaron, incineraron y destruyeron, miles y miles de libros, sospechados de doctrinas e ideologías de izquierda o de contener propaganda de carácter terrorista o subversivo.

En los establecimientos educacionales, se prohibieron diferentes libros de lectura y estudio y, distintos manuales, y se impartieron estrictas instrucciones, por parte de los inspectores de enseñanza, dirigidas a los directivos de aquellos establecimientos, en lo que se refiere al mantenimiento de la disciplina, el régimen de amonestaciones y expulsiones de alumnos, el respeto hacia los profesores, las evaluaciones del alumnado, etc. Además, en los discursos de los directivos, de esos centros de enseñanza, primaria o secundaria, como también, en los claustros de las universidades, debía remarcarse, subrayarse y puntualizarse la acción y la lucha de las Fuerzas Armadas, contra la subversión terrorista, para defender los “valores occidentales y cristianos” y salvar a la Patria del marxismo.   

El Proceso de Reorganización Nacional, utilizó el slogan “Los argentinos somos derechos y humanos” y, asimismo, se valió del Mundial de Fútbol, del año 1978, para ocultar o encubrir la dramática y penosa realidad de aquel momento: los allanamientos nocturnos, a distintos domicilios particulares; la desaparición forzada de personas; la clausura de órganos periodísticos y de salas teatrales; los centros ilegales de detención; las torturas y las innumerables muertos; los cadáveres N. N. , inhumados en cementerios de la Capital, la ciudad de La Plata y, diversos puntos geográficos del país. Se suprimió por completo la libertad de prensa; la información se hallaba muy limitada y, si trascendía alguna noticia, ella llegaba a la opinión pública argentina, a través de radios uruguayas y medios de comunicación extranjeros.

En las colegios secundarios y universidades, fueron dejados cesantes, numerosos catedráticos y profesores; estableciéndose un severo control del material de estudio, los libros y los manuales; fijándose un régimen de exámenes y pruebas de evaluación, con una gran cantidad de exigencias, para aprobar los cursos y el año. Además, en las universidades nacionales, se dieron de baja y quedaron libres, muchísimos alumnos. No existía la libertad de cátedra y, ni los profesores ni los alumnos, podían emitir opiniones o formular comentarios, acerca de cuestiones históricas, ligadas a la defensa de la justicia y los derechos laborales de los trabajadores, y la realidad nacional de aquella época. No se trataban o abordaban temas sociales comprometidos y, la industria cinematográfica de esos años, produjo películas de mero entretenimiento; filmes frívolos y superficiales, carentes de argumentos profundos y de valores estéticos, donde no se reflejaba y, menos aún, se analizaba y cuestionaba la actualidad de aquel momento, la cual, permanecía totalmente escondida u oculta; distrayendo a la gente, con la presentación de un panorama irreal o ficticio, de la vida argentina.

PROCURADOR CARLOS ARMANDO COSTANZO, FUNDADOR Y DIRECTOR – ORGANIZADOR DEL ARCHIVO LITERARIO MUNICIPAL Y EL SALÓN DEL PERIODISMO CHIVILCOYANO Y, MIEMBRO DE LA ACADEMIA PORTEÑA DEL LUNFARDO.

                             CHIVILCOY (PROVINCIA DE BUENOS AIRES), JUNIO DE 2025.