Homenaje lunfardo al laburante, en esta Argentina del siempre lo mismo…

Homenaje lunfardo al laburante, en esta Argentina del siempre lo mismo…

diciembre 7, 2021 Desactivado Por archivol

El anónimo y esforzado laburante, que pierde y viene sufriendo, desde hace ya, prolongados y tristes años… Y de no cambiar la realidad objetiva de la Argentina, dentro de cinco, diez, quince o veinte años posteriores, le sucederá exactamente, exactamente lo mismo que ahora…El laburante trabaja, por miles y millones que no lo hacen, y en el país, no cambia…, no cambia nunca nada…   

Hoy, más que nunca, debemos tributarle un especial reconocimiento y un merecido homenaje, al anónimo y esforzado laburante que, de un modo silencioso y casi inadvertido, va construyendo y forjando, a lo largo del tiempo y en el curso de los años, nuestra bendita y entrañable Patria de cada día…

El noble y tesonero laburante, que trabaja, lucha, se sacrifica y, abona, además, sus impuestos y obligaciones de carácter tributario, siempre consciente de los deberes y las responsabilidades.

El modesto y muchas veces, inocente e incauto laburante, víctima de los vulgares vendedores de imagen y los chantas de siempre, que lo engrupen o engañan, con meras y vanas palabras, relatos ficticios e ilusorios, mentiras, falsedades y, densas e interminables cortinas de humo… cortinas de humo televisivas, que distraen, confunden, entretienen e idiotizan, mientras tanto, transcurren los días, las semanas, los meses, los años, las décadas…, se extingue la vida…, no cambia nunca nada, y todo sigue…, todo sigue como está…

El heroico y glorioso laburante, quien, dentro del actual contexto de la Argentina, del fatal y eterno círculo vicioso del siempre lo mismo y del más de lo mismo, siempre termina perdiendo, empobreciéndose y hasta fundiéndose, de una manera penosa e inevitable…

El abnegado y humilde laburante, que brega y produce sin descanso, infatigablemente, y es víctima de los chantas, los que viven a sus expensas, para ser mantenidos y, de aquellos elementos ociosos y parasitarios, que sirviéndose del asistencialismo en desmedida escala, no trabajan ni nada aportan al país, la sociedad y los distintos ámbitos comunitarios… Los chantas de siempre que, condenan al laburante, a la marginación y la miseria, dentro del contexto de un país, nivelando e igualando hacia abajo, con ignorancia, incultura, pauperismo y pobreza… Los chantas de siempre, que roban y matan el entusiasmo, la alegría y las ganas de trabajar, de luchar, de estudiar, de avanzar, de progresar y de soñar… Los chantas de siempre, que roban y matan la cultura del trabajo, la cultura del esfuerzo, la cultura del saber y del estudio y, la cultura de los auténticos y reales méritos… Los chantas de siempre que, carecen de cualquier intención o propósito de cambio, y no pretender cambiar o modificar absolutamente nada, pues su gran curro y su colosal y magnífico negocio, consiste, precisamente, en no cambiar nunca nada, y que todo, todo, todo, siga siempre como está… Bien se puntualizaba, en la famosa novela “El Gatopardo”, del escritor italiano Giuseppe Tomasi di Lampedusa: “Hay que cambiarlo todo, para que nadie cambie”, simulando un presunto cambio, que en verdad no resulta tal, porque el principal objetivo, es que todo, todo… siga como está…

No podemos aguardar resultados distintos, haciendo siempre lo mismo; los pueblos que olvidan su pasado, están condenados a repetirlo; para que triunfe el mal, sólo se necesita que los buenos no hagan nada, a fin de impedirlo; en el mundo, cosecharemos y recogeremos, lo que hemos sembrado y, los Hombres, al igual que los árboles, se conocen y aprecian por sus propios frutos…

Debemos predicar con el buen ejemplo de vida y el testimonio cabal de nuestra propia conducta – un buen ejemplo, representa mucho pero mucho más que, miles y miles de inútiles palabras -, y recuperar, además, el tan luminoso y esperanzado camino de la educación y la enseñanza, los principios y valores, el sentido ético, la conciencia moral, la honestidad y, la sagrada y sublime cultura del trabajo… Sin trabajo, producción, ni generación de mano de obra y de riqueza, la Argentina no tiene ningún futuro ni destino: Es un país que no nos conduce a ninguna parte… Podemos seguir hablando en demasía, con muchos discursos vacíos de contenido e inútil verborragia, pero sin valores morales y sin cultura del trabajo, el país no tiene porvenir alguno… Y quizá, de no modificarse esta realidad objetiva, de la Argentina y de nuestra sociedad, dentro de cinco, diez, quince o veinte años, se estará hablando exactamente, exactamente de lo mismo que ahora, y siempre terminará perdiendo, el abnegado, heroico y eterno laburante… El heroico y eterno laburante, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Homenaje lunfardo al laburante, por el procurador Carlos Armando Costanzo, fundador y director – organizador del Archivo Literario Municipal y el Salón del Periodismo Chivilcoyano, y miembro correspondiente de la Academia de Folklore de la Provincia de Buenos Aires y la Academia Porteña del Lunfardo.

Vos sos, el flor de tipo laburante, / que siempre la cinchás, humildemente; / no arrugás ni seguís a la corriente, / le metés, posta y fiel, para delante… / Vos sos, quien está forte, en el aguante, / bancándose el balurdo de la gente, / porque nunca va en cana el delincuente, / y te engrupen el chanta y atorrante… / Vos sos, el que sufrís tanta malaria, / y das siempre tu mano solidaria, / garpando los ajustes – fato duro -… / El cuerpo le ponés, día tras día, / y a pesar del afano, todavía / soñás un lindo cacho de futuro… / Y aunque todo, al final, quede en la nada, / perdiendo como un gil, cada matina, / vos sos – fija diquera y remanyada -, el gran héroe y campeón de la Argentina.