Matar a la infancia – reflexión lunfarda –

Matar a la infancia – reflexión lunfarda –

enero 29, 2024 Desactivado Por archivol

La trágica y conmovedora muerte de una niña, de nombre Umma, en circunstancias de un grave episodio de inseguridad, cuando se intentó cometer un hecho delictivo, estremeció y sacudió las fibras más íntimas de la sociedad y la ciudadanía argentinas; impulsándonos a reflexionar, acerca de quienes, con brutal ferocidad y, un cruel y violento espíritu criminal y homicida, exceden y sobrepasan todos los límites humanos, y de un modo incalificable e imperdonable, sin el menor sentimiento de misericordia y piedad matan a la infancia…

Matan a la infancia, y destruyen así, el verdadero amor, la blanca pureza y la candorosa inocencia, las mágicas y azules ilusiones, la gracia angelical, el júbilo de vivir y, esa espontánea y natural alegría, que fluye de Dios, la doctrina cristiana y la palabra evangélica: “Dejad a los niños venir a mí y no se lo impidáis, porque de los tales es el Reino de los Cielos”.

Matan a la infancia, y aniquilan así, las dulces y tiernas horas del presente, colmadas de encanto, asombro, dichas, colores, fragancias, cadencias y sueños; como también, los días de un porvenir que jamás llegará, pues el futuro quedó, repentina e injustamente tronchado, por un mano cobarde y un disparo asesino…

Matan a la infancia, y siembran así, el estupor, la  desgarradora congoja, la tremenda desolación, el dramático vacío y, el dolor inmensurable…

Matan a la infancia, y sólo merecen, el implacable rigor de la condena y, el prolongado y severo confinamiento de la cárcel…

Matan a la infancia, y sólo brota de nuestros corazones, una humilde plegaria de fe, de  paz y, de balsámico y reconfortante consuelo,  junto a la  voz de Jesús, en la crucifixión del Calvario: “Perdónalos, Señor, porque no saben lo que hacen”.

Matar a la infancia, por el procurador Carlos Armando Costanzo, fundador y director – organizador del Archivo Literario Municipal y el Salón del Periodismo Chivilcoyano, y miembro correspondiente de la Academia de Folklore de la provincia de Buenos Aires y la Academia Porteña del Lunfardo.

Escuchame, chabón, el otro  día, / unos bestias mataron una nena, / que en el fondo del bocho, estaba llena / de un montón de pulenta fantasía. / Mataron su sonrisa y su alegría, / sus ganas de vivir, su jeta buena, / y no sé, si habrá, flaco, una condena / para tanto dolor y fulería… / Mataron su más linda y posta infancia, / su debute inocencia, sin distancia, / y su flor de ilusión, cada matina… / Qué los chorros, con furia despiadada, / nunca maten, en forma desalmada, / el cuore y el amor de la Argentina.